Capítulo 1
SNOW
“Vamos Dennise, arriba, levántate mon petit lapin,
despierta ya mon cher flocon de neige, hoy es el gran día mon
petit prince”
Annette Winter una hermosa mujer de 30 años, de cabellos rubio
platino, estatura alta, piel blanca como la leche, sacudía y agitaba a una
pequeña figura escondida debajo de las cobijas.
“Vamos mon cher lapin,
arriba es hora de despertar”.
La dulce vos de la joven madre se escuchaba divertida, no
molesta.
Un gemido de inconformidad brotó de aquel monton de cobijas y la
creatura que estaba debajo se hizo un ovillo para poder protegerse de las
tiernas sacudidas de su madre.
“No quiero”, La voz que
respondió era igual de delicada, dulce y melodiosa que la de Annette, solo que
aún más aguda y suave, más infantil.
“Pero hoy es un día tan importante mon
amour, deberías estar emocionado, yo lo estoy”.
“Pues no lo estoy, no quiero
levantarme, no iré a ese lugar”.
La hermosa madre simplemente sonrió enternecida ante la
negativa, su hermoso rostro europeo, blanco como la porcelana, pero salpicado
de un millar de diminutas pecas en el puente de la nariz jamás mostró un atisbo
de enojo o molestia al contrario sus ojos azul cielo brillaban, alegres,
inocentes y curiosos como los de una niña de 10 años.
“No hablas en serio mon petit
lapin, sé que tú también estabas esperando este día con ansias”.
Annette adoptó una pose molesta, doblando sus caderas hacia un
lado haciendo destacar sus redondeadas caderas y con las manos en su cintura de
manera delicada y femenina.
La rubia mujer miró la pequeña habitación, un cuarto de apenas
dos metros por tres metros, donde con esfuerzos se amontonaba una pequeña cama,
un closet viejo, y un librero lleno a rebosar de libros viejos y gastados, en
la pequeña ventana que daba hacia la calle una docena de macetas contenían
montones de flores diferentes y exóticas que desprendían sus empalagosas
fragancias a la luz del nuevo día, el pequeño espacio olía a flores y libros
viejos.
En una de las paredes estaba colgado un calendario de conejos,
este mes Agosto una linda conejita blanca de largas orejas ciadas lucía un moño
rosa mientras husmeaba entre margaritas en un campo verde y hermoso que
representaba la primavera en todo su esplendor.
Los días en el calendario estaban tachados y marcados con plumón
rojo, seis días hasta llegar al segundo martes del mes, el cual estaba rodeado
por un furioso círculo rojo remarcado tantas veces que el papel a su alrededor
estaba desgatado y roto, y en grandes letras escarlata estaba escrito, “Test
Day”, 7 de agosto, unas cuantas semanas antes del inicio de clases.
Era obvio para la hermosa madre que su cachorro esta tan ansioso
por la fecha como ella, y Annette sí que estaba ansiosa y nerviosa, la noche
anterior ni siquiera había podido dormir bien, esperando con ansias locas el
amanecer del nuevo día.
“No voy a levantarme y no puedes
obligarme a ir”.
Annette suspiró, no enojada simplemente divertida, encantada de
poder disfrutar de esta pequeña rabieta de su hijo.
“No voy a obligarte, pero si no vas
maman pleurera beaucoup, maman se pondrá triste porque su petit lapin
no es un bon garçon”.
La fingida tristeza de la joven madre era más que obvia pero el
solo escuchar ese falso dolor lo consiguió.
Por fin, el niño arrojó las frazadas al suelo y levantó la mirada.
Dennise se estiró con las manos hacia el techo de rodillas sobre
su colchón, con las piernas abiertas usando una pequeña camisola de algodón color
azul claro tan vieja y desgastada que gracias a la luz de sol que entraba por
la ventana abierta se podía ver claramente la delicada y delgada silueta del
pequeño cuerpo del niño, en ese momento el niño estaba estirándose como un
perezoso gato, la pequeña bata dejó al descubierto el suave y plano vientre y
sus largas y blancas piernas, que destacaban escandalosamente, su entrepierna
cubierta por un ajustado calzoncillo blanco, los gruesos y contundentes muslos
del niño ponían a prueba la resistencia del algodón.
Su piel blanca como la leche y suave como el terciopelo estaba
sonrosada por el calor de las sabanas, mostrando que había heredado la piel y
también las pecas de su madre, luciendo pequeñas constelaciones de puntitos color
canela en las caderas, el vientre, y los hombros, y al igual que su madre, en
la nariz y los pómulos.
Dennisse se talló los ojos con su delicada mano echa un puño, dándole
el especto de un gato acicalándose, un pequeño gato blanco, mientras que
Annette lucía un sedoso cabello rubio platino, su hijo había nacido con el
cabello blanco plateado, Annette creía que al crecer el color de su cabello se oscurecería,
pero a sus casi doce años Dennise seguía teniendo el cabello tan blanco como la
nieve, el niño volteó a ver a su madre mientras se quitaba de los ojos largos
mechones de cabello plateado
“Está bien, iré, ¿ya estas feliz?”.
Los ojos irritados y la adormilada aguda y suave voz de su hijo
le dijeron que él también había pasado la noche en vela, era muy tierno que
fingiera que no quería ir a su día especial, cuando era obvio que también él estaba
emocionado.
“Sí ya estoy feliz, el baño está
listo, asi que apresúrate y baja a desayunar no queremos llegar tarde”.
“Está bien me daré prisa”.
La bella madre salió del pequeño cuarto con una sonrisa en sus
sensuales labios.
Dennisse al contrario dejó de sonreír y una mueca amarga se
dibujó en sus delicados y hermosos rasgos franceses.
El pequeño niño miró su calendario, y suspiró derrotado, había
temido que este día llegara, pero sabía que tarde o temprano pasaría, a veces
parecía que era imposible huir del destino que aquel mundo en el que vivía le había
dictado.
Dennisse se levantó y miró por su ventana, a cinco pisos de
altura se encontraba el pequeñísimo departamento que su padre rentaba en una
pequeña y estrecha callejuela en las orillas de Chicago
Respiró el aire cargado del dulce aroma de las flores que
estaban en macetas colgadas fuera de la ventana, adoraba sus flores, miró sus
geranios, y tocó con la punta de sus delgados dedos sus petunias, los tulipanes
habían florecido bien este año, pero su orgullo eran sus hermosas rosas blancas
que justo ahora seguían siendo pequeños y bonitos capullos pero que esperaba
pronto abrieran sus pétalos a la luz del sol primaveral.
Denisse se quedó mirando el callejón donde las personas estaban
despertando y saliendo de sus casas para iniciar sus labores diarias, el niño
pudo ver en ese estrecho callejón a muchas mujeres y hombres rubios de ojos
claros, el pequeño barrio en el que vivía estaba habitado por descendientes
franceses, ingleses e incluso alemanes, todos ellos de piel blanca y cabellos
rubios, aunque también había castaños, pero todos ellos con elegantes y
hermosos rasgos europeos todos reunidos en ese pequeño rincón de Chicago es
donde A.C.E había establecido a muchas de las familias de origen ario cuando
comenzó con su programa de actos de reparaciones, y obligaron a las familias
caucásicas a dejar sus viviendas en el centro de la ciudad.
Por supuesto ni un solo hombre o mujer de ascendencia africana
vivía en ese barrio pobre, aunque en realidad estaban bastante bien si lo
comparabas con los guetos poblados de latinos, o los parques de caravanas donde
los redneks subsistían.
Denisse observó como los hombres fuertes y robustos con sonrisas
felices pero estúpidas irían a las grandes fábricas, o construir altísimos
edificios en el centro de la ciudad, las mujeres trabajarían como sirvientas y cocineras
en lujosos hoteles y restaurantes, los jóvenes servirían comida rápida en las
grandes cadenas de comida chatarra de todo el país, y los pequeños, inteligentes
pero feos y patéticos nerds vestidos de traje irían a las oficinas de grandes
empresas millonarias que pertenecían a los poderosos gobernantes del nuevo
orden mundial.
Cada persona en ese lugar tenía un lugar y un propósito elegido
por A.C.E y todos ellos parecían contentos y felices de aceptarlo, descendientes
irlandeses, latinos, asiáticos, alemanes, ingleses e incluso rusos, contentos
de ser engranes bien engrasados de la enorme maquinaria que era el nuevo
gobierno mundial, todos felices de aceptar y seguir el destino que A.C.E. había
decidido para todos ellos.
Pero no Denisse, él sabía que sus padres esperaban y deseaban que
hoy Dennisse fuera elegido por el programa SNOW, para convertirse en una pieza
útil y funcional para el nuevo orden mundial.
Todos a su alrededor lo esperaban, o mejor dicho lo sabían, con
solo echarle un vistazo nadie ponía en duda que Dennisse seria reclutado por el
programa SNOW, pero el pequeño niño se negaba a aceptarlo, haba estudiado hasta
quemarse las rizadas y largas pestañas que adornaban sus verdes ojos para
demostrar que sus habilidades serian útiles en un campo como la tecnología o
las matemáticas, cualquier empleo de oficina que le dieran sería mejor que ser
elegido para el programa SNOW, cualquiera, incluso trabajo manual, él
preferiría trabajar en las minas y en las grandes construcciones cargando
materiales peligrosos y pesados, que ser usado como una vulgar…
Por supuesto con su débil y pequeño cuerpo era imposible que
pudiera trabajar como obrero, por eso Dennise se había esforzado día con día
estudiando todos los libros sobre matemáticas y programación que habían caído
en sus manos, los cuales no eran muchos dado el hecho de que A.C.E se aseguraba
que la población blanca no tuviera total acceso al estudio de las ciencias,
Dennisse había buscado entre la basura e inclusive se había visto obligado a
robar libros de una biblioteca en el centro de la ciudad para poder pulir sus
habilidades académicas e intelectuales para ponerlas al servicio de A.C.E, y
evitar ser reclutado por SNOW.
Denisse había pasado años estudiando como loco para este día,
hoy se enfrentaría a una serie de exámenes, pero solo uno de ellos le importaba
y después de superarlo con la más alta calificación iría a una secundaria para
seguir estudiando y graduarse en alguna licenciatura que el gobierno le
impondría.
Él no sería transformado por SNOW, no señor, el iría a una
escuela normal, porque él era un niño normal, no un maldito beta como todos
decían.
Denisse regó sus flores y después fue al baño donde una antigua bañera
de porcelana con agua caliente y burbujas lo esperaba, el pequeño niño se quitó
su vieja camisola de seda mostrando al espejo del baño su blanco delgado y
delicado cuerpo pubescente.
El niño se miró durante largos y tortuosos minutos y tuvo que
admitir que sus padres tenían razón al creer ciegamente que él sería elegido
por el programa SNOW, su pecho era plano como el de cualquier niño, pero sus
rosados e hinchados pezones resaltaba escandalosamente en su blanca piel
salpicada de pecas rojizas.
Dennise cerró enojado los ojos y dándole la espalda a su obsceno
reflejo el delicado niño se metió en la aromática espumosa y caliente bañera.
De inmediato noto el empalagoso perfume a manzana con canela que
despedían las sales de baño que su amada madre había vertido en la bañera.
Dennise se relajó disfrutando de la calma antes de la tormenta,
y sumergiéndose en la cálida espuma pensó que sería buena idea ahogarse en las aromáticas
y cálidas aguas, al menos asi no tendría que enfrentarse al examen que el
programa SNOW tenía preparado para él.
Denisse bajó a desayunar vestido con unos ajustados jeans negros
que se pegaban a sus pequeñas pero redondeadas y bien paradas nalgas, que
destacaban aún más gracias a su plano vientre y su delgadísima cintura, sus
gordos y bien torneados muslos estiraban la mezclilla al límite. Una playera de
algodón negra con un corazón blanco estampado en el pecho y un hoodie del mismo
deprimente color completaban su atuendo, la ropa negra solo lograba resaltar
aún más su sedoso cabello plateado dándole el aspecto de una adolescente
gótica.
Su madre estaba de espaldas preparando el desayuno, y su padre
Jimmy Winter un hombre gordo pequeño calvo y de pequeños ojos grises estaba
sentado desafiando la resistencia de una de las viejas sillas a soportar sus
110 kilos de grasa inglesa.
Jimmy estaba leyendo el “A.C.E Today” el diario preferido de
América, y el único diario de América en realidad.
El calvo hombrecillo levantó la mirada al escuchar a su hijo
bajar las escaleras y sonriendo bobaliconamente lo saludó.
“Pero si ahí está el niño del
momento, listo para su día especial, siéntate y come hijo necesitarás energía
para el día hoy… no queremos que te desmayes en medio de las pruebas, ¿verdad?”.
Denisse miró con envidia a su padre, su calva cabeza, su
sobrepeso, su estúpida y fea cara y su rosada piel lo hacían parecer mucho a un
cerdo, si al menos él hubiese heredado alguno de aquellos desagradables
aspectos físicos, no estaría nervioso de asistir a las oficinas del programa
SNOW, pero desgraciadamente Dennise era una copia pequeña de su madre, la misma
blanca piel los mismos delicados y elegantes rasgos europeos, el mismo cabello
plateado, y por sobre todo las mismas firmes y redondeadas nalgas en forma de
corazón, no importaba que pantalones usara todo y cada uno de ellos lucían
ajustados y apretados en su redondo y gordo culo.
“Mon petit lapin, ya
escuchaste a tu padre siéntate y desayuna, tenemos que salir pronto si queremos
llegar a tiempo, escuché que los Woods acamparon fuera de las oficinas desde
ayer en la tarde, quieren que Ronnie sea uno de los primeros en ser evaluados,
tal vez debimos de haber hecho lo mismo”.
La bella mujer puso delante de su hijo un plato con huevos
revueltos tocino y dos croissants a la plancha, y un tazón de frutas con miel y
granola, y un vaso de leche con chocolate.
“Es demasiado… ¿ustedes ya
comieron?”, Preguntó preocupado el pequeño niño, mirando desconfiadamente a
su madre.
Annette se giró rápidamente para no ver directamente a su hijo.
“Preocúpate por ti, tu padre tiene
razón hoy tú debes de comer bien, por lo que escuchado las pruebas duran varias
horas y quien sabe si les dan de comer ahí adentro, asi que date prisa y come, mon
amour”
Denisse miró enojado a su padre quien misteriosamente había
regresado su atención al diario, pero su rosada piel se había puesto roja hasta
la calva.
“Estoy demasiado nervioso, solo
comeré los huevos y el tocino tú puedes comer la fruta y papá los croissants”.
Denisse acerco el delicioso pan a su padre, y alejó el tazón de
frutas hacia su madre.
“Mon petit lapin, tienes que
comerlo todo necesitarás energías, este es tu día…”.
“Si ustedes no comen yo tampoco”.
Annette se giró para ver esos los verdes ojos de su hijo llenos
de determinación y terquedad.
Suspiró sabiendo que ya nada podía hacer para cambiar a opinión
de su bonito hijo.
“Está bien, pero tendrás que
prometerme que te esforzaras en las pruebas”.
Denisse suspiró enojado, pero al final también accedió.
“Oui, oui, lo haré maman, lo
prometo”.
Y asi los tres miembros de la familia Winter desayunaron
ansiosos, emocionados, y uno de ellos aterrado.
♠♥♠♥♠
Mientras Denisse veía el paisaje urbano de chicago pasar desde
la ventana del tren en movimiento, repasaba en su cabeza todas las fórmulas
matemáticas y todos los códigos de programación que había aprendido en su corta
vida, estaba decidido a demostrar que su cerebro era más útil y valioso que su
cuerpo.
Annette y Jimmy estaban sentados a su lado platicando
animadamente del trabajo de oficina del gordo hombre y del pequeño negocio de
costura que su madre planeaba comenzar, Annette además de increíblemente hermosa
era muy hábil con la aguja, todos los bonitos vestidos que usaba la francesa
los había diseñado y creado ella misma, y desde hace algún tiempo la rubia
madre quería usar esas habilidades para poder llevar algún dinero extra a la
casa, ya había hecho algunos vestidos y atuendos para sus vecinas y las hijas
de estas, pero era muy tardado y poco rentable coser todos los pedidos a mano, tenía
que comprarse una máquina de coser si quería dedicarse al negocio de la costura
de manera seria.
Lo triste era que el bajo sueldo de Jimmy apenas era suficiente
para rentar el pequeño departamento y llevar comida a la mesa, no estaban
muriendo de hambre, pero definitivamente podrían estar mejor.
Denisse sintió un nudo en el pecho al ver a su madre tan hermosa
delicada y elegante padecer pobreza gracias a A.C.E.
Y se prometió a si mismo que haría todo lo que estuviera en sus
delicadas y pequeñas manos para darle a su madre una vida mejor.
El niño siguió repasando formulas y números en su cabeza
mientras miraba las calles llenas de personas, personas blancas todas ellas, ir
y venir, también vio la propaganda de A.C.E pegada por todas partes,
promoviendo y alentando el nuevo estilo de vida americano.
“BL♠CK IS BETTER”
“PAY, PRAY, PROMOTE THE
AFRICAN CULT EDEN”
“WHITE WIFES FOR BL♠CK MAN”
“God is ebony, paradise
is African”
“NEW BL♠CK WOLD ORDER”
“BLACK SUPERIOR + WHITE
SUBMISSIVE = PERFECT WORLD”
“BL♠CK RACE IS BETTER, BL♠CK RACE IS BIGGER”
“IN A.C.E. WE TRUST”
“PAY REPAIRS, WHITE
GIRL”
“A GOOD CUCK IS A HAPPY
CUCK”
Pero las que provocaban que Dennisse temblara de
aprensión eran…
“YOUR WOMAN IS OUR,
YOUR DAUGHTERS ARE OUR, YOUR SISSY SONS ALSO”
“BETA BOYS FOR ALPHA
MALES”
“WHITE BOYS WERE BORN
TO SERVE”
“BE SUBMISIVE, BE PROUD,
BE HAPPY, BE SISSY”
“WHITE BOYS ♥ BLACK ♠”
“WHITE BETA BOY = SLUT
SISSY SLAVES”
La pica negra con la A mayúscula estaba estampada en todos
lados, ensalzando la sabiduría y superioridad del nuevo orden mundial.
Y además de las proclamas normales, también la ciudad entera
estaba decorada con banderines pancartas, y murales que celebraban los 100 años
del African Cult Eden.
“100 YEARS OF PACE, 100
YEARS OF A.C.E”
“100 YEARS OF BLACK
WORLD IS 100 YEARS OF PERFECT WORLD”
“MAKE THE L♥VE WITH THE BL♠CK RACE, NO THE WAR”
“SERVE IS ALWAYS THE
ANSWER”
“ALL RACES UNITED TO
SERVE A.C.E”
Denisse suspiró al ver el exagerado despliegue de propaganda del
gobierno.
En una de sus expediciones al basurero municipal había
encontrado un antiguo libro de historia, y descubrió como era el mundo antes de
que el gran y poderoso Mukasa fuera elegido como emperador del mundo entero, Denisse
se sorprendió de cuanto podía cambiar el mundo en cincuenta años, al parecer
hace un siglo el mundo estaba envuelto en guerras, hambruna y pobreza, y todas
las razas se odiaban y competían, y existían miles de religiones, e idiomas.
Dennisse no podía imaginar aquel mundo, y muchas de las cosas
que leyó le parecían francamente delirios y mentiras, el pequeño niño no podía
imaginar un mundo en el que existieran delincuentes o rateros, violencia, odio
y violaciones, según el viejo libro estas personas infringían la ley por falta
de dinero, escolaridad o por adicción a las drogas, Dennisse ni siquiera podía
creer que en algún momento las drogas fueran ilegales, o que existiera gente
pobre, A.C.E se aseguraba que cada persona realizara un trabajo útil y
necesario para el nuevo orden mundial y eran recompensados por ello, y se le hacía
casi imposible creer que hubieran violadores en la antigüedad, cuando una de
las prioridades del African Cult Eden era la satisfacción sexual de cada
individuo, tampoco comprendía que existieran muchas religiones, él como todo el
mundo vivía su vida bajo la guía del único y todopoderoso Dios negro Yahveh, y
definitivamente no podía creer que en algún momento la poderosa raza negra
hubiese sido esclavizada por los hombres blancos, aunque eso explicaría el por
qué los Maestros Negros exigían que las demás razas pagaran reparaciones por
los pecados de sus antepasados, Dennisse tenía un millón de preguntas pero no
podía preguntarle a nadie sobre el pasado pues era tabú, lo que si era cierto
es que desde hacía 100 años no existía ni el hambre ni la guerra, ni la
violencia sin sentido, A.C.E había demostrado ser el mejor sistema de gobierno
de la historia.
El chico miró a sus padres y se sorprendió al ver que eran la única
pareja que se comportaba de manera cariñosa, pues, aunque había claramente más
parejas casadas en el mismo vagón la actitud de las bellas mujeres caucásicas para
con sus maridos era de indiferencia o incluso de desprecio.
Justo en ese momento una pareja que estaba de pie frente a
Dennise se encontraba en medio de un pequeño drama surrealista la hermosa y
sexy mujer castaña de enormes tetas estaba hablando animadamente con alguien
por celular mientras que su patético y delgado marido, le sostenía el bolso.
“Me muero por verte Jamal, por
favor, por favor, quiero que me folle de nuevo mi Rey, por supuesto mi marido
preparara la cena ya sabes que es chef en ese restaurante que te gusta tanto…
¿verdad Cucky?”.
La despampanante latina miró con odio a su débil esposo, el cual
con la mirada baja y los hombros caídos respondió afirmativamente.
“¿Quieres que él te lo pida?, como
tú quieras mi Rey, ya escuchaste perdedor, ruégale a mi toro negro que me
folle, y será mejor que lo convenzas…”.
La feroz mujer le pasó el teléfono a su débil marido.
El pequeño hombre tomó con una temblorosa mano el celular y se
lo llevo a la oreja.
“Buenos días señor, Mónica quiere
que vengas a cenar esta noche, yo te preparare tu platillo favorito y…”.
Denisse no pudo escuchar que él lo que el otro hombre respondió,
pero no debía de ser nada bonito ya que el patético hombre se encogió de miedo.
“No… no le estoy ordenando nada
señor… jamás me atrevería señor… yo se lo estoy pidiendo… se lo ruego… venga
esta noche a fo… follar a mi esposa, por favor venga a follarse a mi esposa porque
yo no soy lo suficientemente hombre para satisfacerla… le pido por favor que
venga y se coja a mi esposa con su enorme verga negra… hare la cena y compare
ese vino que tanto le gusta, y por supuesto que le pagaré por su tiempo… por
favor señor se lo ruego”.
La voz del sujeto era aguda y temblorosa, y su cuerpo temblaba
por la humillación, pero Denisse pudo notar sorprendido como el sujeto tenía
una pequeña erección en público mientras le rogaba a otro hombre para que se
follara a su esposa.
Denisse aparto la mirada de aquel patético espectáculo mientras
escuchaba a la mujer habla de nuevo feliz con su amante negro.
Por fin después de viajar por más de una hora en tren llegaron
al centro de chicago, más específicamente a las oficinas centrales de A.C.E,
cuando buscaron el edificio dedicado al programa SNOW Denisse se sorprendió al
ver a decenas de familias llevando de la mano a sus hijos varones a la prueba
de selección.
Denisse miro a al menos cincuenta niños haciendo fila para
entrar en las lujosas e imponentes oficinas del programa SNOW, había pequeños
niños asiáticos con lacio cabello negro, y niños americanos rubios que en el
pasado hubiesen podido ser actores o cantantes de pop, también había niños de
facciones más elegantes que como él tenían sangre europea, y una docena de
pelirrojos de cabellos rizados e incluso pudo ver a un par de niños latinos de cabello
negro y piel bronceada color caramelo pero a pesar de la diferencia de colores
y razas todos esos niños eran pequeños, delgados y delicados.
Denisse siempre se sintió diferente al resto, todos sus
compañeros de escuela eran chicos de rasgos y actitudes netamente masculinas,
rudos, tontos y salvajes, y a diferencia de él no eran para nada bonitos, en
realidad la mayoría eran francamente feos y desagradables.
Denisse siempre fue el blanco de las burlas de sus compañeros y
la envidia de las niñas gracias a sus hermosos rasgos, él era hermoso, era un hecho,
y aun cuando sus padres y maestros le felicitaban y por ser tan afortunado por
tener su futuro asegurado él nunca se sintió cómodo con su bello rostro y su
delicada y curvilínea silueta.
Pero ahí viendo a media centena de niños con rasgos igual o más
femeninos que él, con siluetas aún más curvilíneas que la de él por fin se
sintió normal.
No era un fenómeno, no era único, había más niños como él.
“Mira a estos niños son igual de
bonitos que tú”, dijo su padre sorprendido al ver a todos aquellos
hermosos niños caminar y hablar con gestos amanerados y delicados.
“Mon Dieu, claro que no, mon
petit lapin es mil veces más bonito que todos estos aburridos niños, no
tienen una sola oportunidad contra, mon cher prince”
Annette se inclinó hacia su hijo y comenzó a llenarlo de castos
y tiernos besos mientras lo abrazaba amorosamente.
“Arrête maman, arrête, me
avergüenzas”
Denisse se escapó de los mimos de su madre y decidió alejarse de
sus padres.
“¿A dónde vas, mon chéri?”.
“Voy al… baño, voy a buscar el
baño”.
Sus padres lo miraron preocupados, pero lo dejaron marchar,
mientras ellos se acercaban al final de la fila para hablar con los otros
padres que como ellos estaban esperando con ansias que las oficinas abrieran
sus puertas.
Dennisse dejo escapar un suspiro cansado, se sintió abrumado ahora
ahí delante de las oficinas viendo a las demás familias, a los otros niños tan diferentes,
pero al mismo tiempo tan parecidos a él, su corazón latía como loco y las
palmas de sus manos estaban sudando por los nervios.
Esto era real, por fin estaba pasando, en unos minutos el
cruzaría las puertas de ese edificio de cristal y su vida cambiaria para
siempre, de una forma u otra.
Mientras caminaba con la mente perdida en su inminente futuro el
pequeño niño tropezó con alguien, el impacto del golpe hizo que Dennisse cayera
sobre sus redondas nalgas, el peli-plateado cerró los ojos por el dolor,
mientras dejaba escapar un delicado gemido de sus rojos labios.
Al abrirlos frente a él y también sentado en el suelo y
sobándose la nariz estaba un niño de ondulado cabello negro como las alas de un
cuervo, ojos de color miel que brillaban detrás de unas gafas cuadradas de
pasta gruesa, que lo hacían parecer un completo nerd y delicada piel bronceada
color caramelo claro, sus hermosas pestañas rizadas eran gruesas y tan negras
como su cabello, adornando sus enormes y hermosos ojos que eran lo más
llamativo de sus bonitos rasgos latinos, aunque sus gruesos y llenos labios
rosados pelaban por el puesto.
“Perdona, no estaba viendo por
donde caminaba”, Dennisse se levantó apresuradamente del suelo y le
tendió la mano al chico de negros cabellos.
El pequeño niño aceptó su ayuda y mientras se ponía de pie se
sobaba unas enormes y llamativas nalgas, Dennisse no pudo evitar quedarse
mirando aquel enorme y redondo culo, sus nalgas eran escandalosas, el pequeño
niño era unos diez centímetros más bajo que Denisse, de hombros pequeños y
delicados y una cintura igual de estrecha que la de él pero sus enormes caderas
y su gigantesco culo convertían la silueta del niño en la de una avispa, de la
cabeza a la cintura era delgado, pequeño e infantil, pero de la cintura para
abajo unas caderas y una cola tan grandes que resultaba casi caricaturescamente
obscena, pero como con las avispas su figura no resultaba desagradable, al
contrario, el absoluto contraste entre el pequeño cuerpo del niño y sus
gigantescas nalgas lo hacían ver extremadamente erótico y elegantemente vulgar.
Dennisse siempre había llamado la atención tanto de hombres como
de mujeres por su femenina silueta, y siempre eran sus firmes redondeadas y
bien paradas nalgas las que más atención llamaban, era una peculiaridad en su
barrio ver a un dulce y delicado niño con una bonita cola de una modelo de
Vitoria Secret, pero las gigantescas caderas del niño que ahora estaba de pie
frente a Dennisse hacían parecer sus bonitas nalgas de niña adolescente… inferiores,
y por alguna razón desconocida Dennisse odió profundamente a aquel niño.
“No pasa nada…”.
La voz del pequeño salió en un susurro tan suave, tímido y dulce
que casi era un gemido.
“Yo solo estaba…”, Dennisse
trató de recordar que mentira había contado a sus padres, pero el tímido niño
delante de él habló primero.
“¿Nervioso?”, los grandes
ojos dorados le miraron curiosos mientras una linda sonrisa se dibujaba en sus
gruesos labios.
El repentino y extraño odio que sintió Dennisse hacia el latino
despareció, cuando pudo ver que aquel chico estaba igual o más asustado que él
mismo.
“Sí, bastante nervioso, ni siquiera
puedo creer que esté a punto de… ya sabes”.
“Lo sé, yo tampoco me lo creo, me
llamo Eleuiu Flores por cierto”.
El pequeño y tímido latino se balanceo de un lado al otro
emocionado, y Dennisse pensó que tal vez aquel chico no estuviera nervioso, más
bien ansioso de entrar a las oficinas del programa SNOW.
“Eleuoe…”, Dennisse trató de repetir el dulce gemido que
aquel niño había pronunciado como su nombre, pero las vocales se negaban a
encajar unas con las otras.
La cristalina risa del latino hizo sonrojar de manera salvaje a
al rubio, y se sintió un poco humillado al no poder pronunciar bien aquel
bonito nombre.
“Es náhuatl… mis padres son
mexicanos, significa deseo, pero puedes decirme Ele (Eli)”.
“Eli, es un bonito nombre, como tú”.
Dennisse se reprendió por haber dicho aquello, pero al ver los
delicados y femeninos rasgos latinos y esas despampanantes caderas no pudo
evitarlo, Eli era muy bonito.
“Tú también eres hermoso…” Eli lo
miró de arriba abajo deteniéndose en su brevísima cintura, su plano vientre, y
sus redondas y paradas nalgas, pero lo que más le llamó la atención fue el
cabello completamente blanco de Dennisse “¡Oh por dios eres tan hermoso, seguramente
eres un βetaboy de cuarta o quinta generación, ¿verdad?!”.
Dennisse apenas y captó la pregunta de su nuevo amigo, pues aún seguía
confundido por apreciar la belleza en otro hombre.
“¿Qué?, no, claro que no… soy el
primero de mi familia en recibir la carta, mi madre ni siquiera a echo actos de
reparación, se embarazó de mi padre de manera… normal”.
“¿En serio?, juraría que eres un βetaboy
de quinta generación, eres tan blanco, y tan bonito, ¿tu cabello es natural?”.
Dennisse se sonrojó furiosamente, no supo si alagado o
humillado.
“Sí, es natural, está prohibido
venir a las pruebas con cualquier modificación o alteración de la aparecía”.
“Es cierto, me leí el manual
completo unas mil veces”, Eli se golpeó cómicamente la cabeza mientras
sacaba la lengua y guiñaba un ojo de una manera completamente infantil y
femenina, “espero no fallar en el examen”.
“No te preocupes seguro que te irá
bien en el examen académico”.
Eli lo miró con un gesto de profundo desconcierto, como si no
entendiera lo que acababa de decir el rubio.
“A quien le interesa el examen
académico… me preocupa no recordar las reglas de una buena Sissy,” el bonito
latino se inclinó hacia Dennisse y le susurró con gemidos en la oreja, Dennisse
captó el aroma a chocolate y caramelo que Eli desprendía, “el toro de mi mamá
consiguió el examen de personalidad del año pasado y pude estudiar las
respuestas, pero no se lo digas a nadie, mamá me lo dio como regalo por mi
cumpleaños ¿tú cuándo cumpliste los 13?”.
Dennisse se quedó paralizado, un poco por descubrir el dulce
aroma que Eli tenia, y recordar que su propia piel siempre olía a pay de manzana,
y otro poco por tener que reconocer que aquel dulce niño de piel bronceada
deseaba ser elegido por el programa SNOW a tal grado que haría trampa para
lograrlo.
Al contrario de él que había hecho hasta lo imposible por
asegurarse de no ser elegido, creía que había encontrado un aliado en Eli, pero
mirando a su alrededor a aquella multitud de delicados amanerados y bonitos
niños, se dio cuenta de que una vez más estaba solo.
Pero cuando el pequeño latino lo miró con tanta curiosidad y
entusiasmo en sus dorados ojos, no pudo alejarse de él.
“Aún no tengo 13 los cumpliré en
septiembre… el 26”.
“Oh que emoción… si somos elegidos
podremos celebrar tu cumpleaños en la escuela… he escuchado que es un castillo
en medio de un bosque, como un cuento de hadas… ¿no es maravilloso?”.
Definitivamente Eli estaba deseando ser elegido, Dennisse sintió
un golpe de melancolía, aunque solo había hablado unos cuantos minutos con
aquel niño de cabellos negros Dennisse ya se sentía unido con él, pensar que no
lo volvería a ver lo llenaba de una profunda tristeza.
Dennisse estaba a punto de explicarle a Eli que él había
estudiado durante los últimos tres años para no ser fichado por SNOW, pero en
ese momento las puertas del enorme edifico se abrieron por fin y una hermosa
alta y poderosa mujer negra con un traje italiano que la hacía ver como una
exitosa abogada salió junto con dos delicadas y sexis enfermeras rubias que
parecían salidas de una película porno, incluso sus atuendos parecían disfraces
de Halloween.
“Buenos días y bienvenidos pequeños
niños blancos a las instalaciones del programa SNOW, veo que este año son más…
es natural, pronto la mitad los hombres blancos serán delicados y hermosos
niños beta como ustedes”.
Cuando la profunda pero femenina voz de aquella Black Queen
callo, todos los padres y niños ahí reunidos aplaudieron entusiasmados,
mostrando su apoyo incondicional.
La poderosa y exitosa mujer miró con ternura y lastima a la
pequeña multitud de niños frente a ella con una sonrisa como la que pondría al
ver a un montón de gatitos huérfanos.
Todos los presentes se quedaron viendo a esa hermosa diosa negra
de rizados cabellos africanos demasiado impresionados por estar por frente a
una Black Queen en persona, cuando la ronda de aplausos terminó todos los niños
que estaban ahí reunidos instintivamente bajaron la mirada y entrelazaron sus
manos detrás de sus espaldas en señal de respeto.
Dennisse nunca había estado en presencia de un Black Mistress, y
cuando vio a la sensual y perfecta mujer afroamericana pudo comprender por fin
la propaganda que estaba diseminada por toda la ciudad.
“Black Is Better”, Al ver a
la atlética, ponderosa y confiada mujer negra Dennisse tuvo que admitir que
aquella sentencia era cierta, esa mujer lucia más fuerte más inteligente y
poderosa que él, en realidad parecía que podría patearle el trasero a su padre.
“Dije… Buenos días… patético monton
de niños blancos”.
La ternura en la voz de la dominante mujer había desaparecido y
un odio amargo resonaba en su preciosa voz.
“Buenos días… señora…”.
El coro de delicadas y agudas voces infantiles fue interrumpido
por la voz cargada de odio de aquella mujer.
“Cuando se dirijan a una Black
Queen, la llamaran Mistress o Queen, ¿está claro pequeños niños beta?”.
“Si, Mistress”.
Dennisse repitió el saludo aún con la mirada en el suelo.
“Muy bien niños beta, están aquí porque fueron elegidos para que
el programa SNOW les aplique el test de detección temprana de niños Sissy, pro
el que sean unos patéticos y débiles niños beta no les asegura que sean Sissys
naturales, es por eso que el día de hoy pasarán por diversas pruebas para
determinar si solo son unos patéticos y débiles hombres blancos, o si tienen la
suerte de que la naturaleza los ha programado para convertirse en el tercer género,
ahora formen una fila con sus documentos en la mano y comiencen a entrar de
manera ordenada, ¿quedó claro?”
“Si Mistress”.
El coro de niños bonitos respondió al unisonó, mientras comenzaba
a formarse delante de las oficinas.
Dennisse se dio cuenta de que no tenía la carta que el gobierno
le había enviado, estaba por correr a buscar a sus padres cuando su hermosa
madre apareció como por arte de magia detrás de él.
“Aquí tienes mon petit lapin…
siempre tan distraído”.
Dennisse tomó el folder que su madre le ofrecía, en ese momento
la hermosa francesa notó al pequeño latino que estaba frente a su hijo.
“¡Oh Mon Diu, regarde ce petit
minou!, mírate, ¿no eres la cosa más bonita del mundo?”.
La bella mujer rubia tomo las mejillas del pequeño latino y las
pellizcó mientras las estiraba, el débil y sumiso niño no pudo hacer otra cosa
que gemir adolorido mientras soportaba aquella tortura.
“Maman arrête, lo estas
avergonzando”.
“Claro que no”, respondió
la aludida mientras ahora acariciaba el negro cabello del infante.
“Pues me estas avergonzando a mí”.
“Mon cher, que cosas
horribles dices, que va a pensar de ti esa hermosa Queen si te escucha decir
tales cosas y ¿cómo se llama este pequeño niño de caramelo?”
“Me llamó Eli, mucho gusto en
conocerla señora Winter”.
En ese momento la mujer abrazó ferozmente al pequeño Eli
hundiéndolo entre sus firmes senos mientras lazaba un chillido de alegría como
una fan-girl.
“Sabe mi nombre, y que bonita es su
voz”.
Dennisse rodó los ojos mientras deseaba que la tierra se abriera
bajo sus pies y se lo tragara, asi podría dejar de sentir vergüenza por su
madre ya al mismo tiempo evitaría entrar en las instalaciones del programa
SNOW.
“Maman, arrête s'il te plait, creo
que la fila es solo para…”.
“Los βetaboy, lo sé, lo sé… es que
estoy tan emocionada”.
La joven madre dejo ir a Eli, pero sumergió a su hijo entre sus senos
con aún más fuerza, cuando a Dennisse estaba por morir por hipoxia su madre por
fin lo liberó y se fue con una sonrisa enorme.
“Perdón por eso, mi madre está muy
emocionada por esta… cosa”.
“Mi madre también esta emocionada…
no habla de otra cosa… desde que pagó reparaciones hace tres meses, ha estado
tan contenta, y cuando recibí la carta de SNOW ella literalmente salto de
alegría, lo primero que hizo fue contárselo a su toro, y cuando King Zaref se
enteró le dijo a mamá que si era elegido para el programa él quería adoptarme,
¿no es fantástico?”.
Dennisse sabía que su propia madre tendría que pagar reparaciones
en algún momento y seria asignada a un toro negro, pero pensar en ello le
provocaba sentimientos extraños asi que evitaba aquel tema lo más posible.
El niño de cabellos plateados estaba tratando de idear alguna
respuesta sensata a aquella pregunta, pero justo en ese momento el rugido de un
motor provocó que todos los niños ahí reunidos voltearan sus bonitos y
delicados rostros.
Un antiguo y lujoso Roll Royce, se detuvo en la entrada de la
plaza.
Un viejo y delgado hombre blanco, vestido con un elegante traje
de cochero se bajó de la parte delantera, y se apresuró a abrir la puerta del
pasajero.
Un enorme y apuesto hombre negro vestido con un elegante traje
que remarcaba sus impresionantes músculos salió de la parte trasera, el enorme
macho negro se irguió en toda su impresionante altura unos dos metros, miró a
su alrededor con una blanca y perfecta sonrisa, su negra mirada recorrió toda
la fila dulces y pequeños niños beta, con una expresión complacida y divertida,
pero esa mirada cambió cuando posó su intensa mirada en Dennisse, el hermoso
niño sintió un escalofrío recorrer su espalda y terminar en su bajo vientre
donde un cálido cosquilleo nació.
El toro negro desvió su atención del intimidado Dennisse y tendió
su enorme mano hacia la puerta abierta, después de un momento, una diminuta,
delicada y nívea mano salió a la luz del sol, donde el apuesto macho negro la
cubrió completamente con su gigantesca zarpa negra ayudando a bajar al
pasajero.
Una larga bien torneada y lechosa pierna desnuda salió de dentro
del lujoso auto, seguida de otra preciosa y femenina pierna.
De aquel auto salió una hermosa ninfa rubia, alta delgada y de
femeninas curvas tan marcadas que aun desde lejos Denisse pudo ver la perfecta
figura de reloj de arena que aquella hermosa aparición tenia, larguísimas
piernas enfundadas en unos micro mini shorts de mezclilla que resaltaban sus
gruesos muslos de blanco marfil, un ajustado top color rosa de tirantes que
dejaba al descubierto sus delgados y blancos hombros, y su vientre plano y
femenino que dibujaba una sexy “V” hacia su entrepierna que a pesar de lo
extremadamente ajustado del minishort apenas y podía notarse un diminuto bulto,
que extrañamente lucia natural y coqueto.
Pero no era el esquicito y curvilíneo cuerpo del recién llegado
lo que llamó la atención de todas las personas, fue su hermoso rostro de
femeninas e infantiles facciones enmarcadas por un lacio y rubio cabello dorado
como el trigo tostado el sol, tan largo que le llegaba a las hermosas y bien
redondeadas nalgas.
El hermoso niño llevaba unas costosas gafas de sol que la hacían
parecer una estrella juvenil de cine.
“Wow, él es tan hermoso”.
Eli dijo con una exclamación de asombro y envidia.
Dennisse tuvo que admitir que Eli tenía razón, la única manera
de saber que aquella hermosa hada rubia no era mujer era por en sus manos
llevaba como ellos su carta del programa SNOW.
El enorme hombre negro tomó de la mano al hermoso y rubio ángel
y caminó hacia la entrada del edificio, el hermoso niño caminaba contoneando
las caderas de forma lenta y sensual un pie delante de otro, como en una
pasarela, hombros atrás el pequeño y plano pecho hacia adelante la espalda
arqueada de manera sexy, la barbilla hacia arriaba lo cual remarcaba su
respingada y pequeña nariz, y sus altos pómulos de princesa aria.
La pareja caminó con paso seguro hasta la entrada de la sede,
donde Eli y Dennisse estaban primeros en la fila, el enorme toro puso a la
rubia princesa delante del pequeño latino como si pudiese hacer cualquier cosa
que él quisiera, y Dennisse sabía que asi era, el poderoso hombre negro podía
tomar cualquier cosa en el mundo, porque el mundo entero le pertenecía.
El enorme hombre se quedó de pie junto al rubio niño de largo
cabello que en ese momento revisaba con ilusión la carta del programa SNOW, el
macho alfa estaba revisando algo en su iPhone.
Eli bajo la mirada respetuosamente, pero Dennisse simplemente quedó
paralizado ante la masculina y dominante aura que exudaba el gigantesco toro
negro, el peli-plateado ni siquiera era consciente de que había dejado de
respirar hasta que sus sofocados pulmones le exigieron oxígeno.
Pero cuando el pequeño niño respiró profundamente en lugar de
despejar su mente, sus sentidos quedaron abrumados por el fuerte y masculino
almizcle de aquel Rey negro, el varonil aroma de una loción mezclado con el
almizcle de macho africano intoxicó las neuronas del pequeño Dennisse, provocando
que otro escalofrío recorriera su frágil cuerpo, las cálidas cosquillas en su
vientre subieron de temperatura.
La asombrada mirada de Dennisse era tan intensa que el apuesto hombre
negro volteó a verlo, clavando sus negros e intensos ojos en el pequeño niño
que lo miraba embelesado.
Dennisse se sintió como un ciervo ante los faros de un auto,
completamente paralizado del asombro, terror, y fascinación, el enorme africano
también se quedó mirando con una expresión de sorpresa, que inmediatamente
cambió a una la maliciosa mirada de un zorro al ver una presa fácil.
Una sonrisa malvada se dibujó en el africano rostro del
caballero negro, quien olvidando por un momento su teléfono dedicó toda su
atención al pequeño niño blanco.
Hermosos tímidos y cristalinos iris verdes, contra los negros
profundos e intensos ojos oscuros del guerrero africano, el pequeño niño sintió
de inmediato como una conexión se forma entre ambos, chispas volaron entre las miradas
de esos dos seres tan diferentes, un enorme y poderoso toro negro y un pequeño
y débil conejito blanco.
Dennisse sintió que un fuego crecía en su bajo vientre, un fuego
que calentaba todo su cuerpo desde dentro, pero aquella intensa conexión se
rompió cuando una aguda y mimada voz se hizo oír.
“Papi, ¿por qué tengo que formarme con todos estos niños feos y
pobres?, dijiste que sería la primera en ser evaluada… y tú que haces mirando a
mi papi a los ojos, ¿qué no te han enseñado a bajar la mirada ante un Rey negro?”
Dennisse recordó en ese instante todas las enseñanzas de sus
padres y de la escuela, y trató de bajar la mirada humildemente, pero los
oscuros ojos de aquel macho negro eran dos pozos de oscuridad que lo
hipnotizaban.
Fue el hermoso hombre quien rompió aquella repentina unión, Dennisse
se sintió desolado cuando aquel apuesto hombre dejo de mirarlo, el fuego que había
nacido en su vientre se apagó al igual que la extraña bruma que embotaba su
mente.
“No te preocupes Danielle, serás el
primero en ser evaluado, pero eso no significa que no debas de seguir las
reglas como los demás, y no seas malo con un niño tan hermoso”.
El macho negro se giró para estar frente a frente al pequeño y
blanco niño que lo miraba embobado.
“Oh my Gosh, si sigue mirándote, el
muy grosero, se nota que es de clase baja”.
Dennisse sabía que debía bajar la mirada para mostrar sumisión
ante el hombree superior que tenía delante, pero todos sus sentidos estaban
paralizados gracias a la abrumadora esencia a macho alfa que inundaban sus
sentidos, era como estar ante un poderosos león africano, su mente sabía que
debía correr, pero su cuerpo se negaba a moverse totalmente hechizado por la
poderosa presencia de aquella poderosa fiera.
Pero la azul mirada de aquel niño de largo cabello rubio lo
obligó a agachar la cabeza, avergonzado.
El enorme toro negro no mostró molestia alguna a ante la mirada
atónita del pequeño Dennisse, al contrario, con un elegante movimiento, tomó la
pequeña mejilla del niño con su enorme mano negra, obligando al pequeño
Dennisse a mirarlo de nuevo mientras acariciaba con su pulgar la suave y
aterciopelada mejilla del niño blanco.
De nuevo sus miradas se cruzaron y las brasas que estaban apagándose
en el vientre de Dennisse crecieron de nuevo hasta convertirse en una fogata y
las pequeñas cosquillas ahora eran pequeños temblores que sacudían su cuerpo.
“¿Mírate no eres el niño más blanco
que he visto? ¿Como te llamas pequeño?”.
Dennisse apenas podía respirar, apenas podía pensar en realidad,
la poderosa mirada lo tenía completamente subyugado, y con mucho esfuerzo se
obligó a contestar.
“Je m'appelle Dennisse mon maître”
La suave voz salió como un gemido desesperado.
Dennisse se sentía tan abrumado por el toque de aquel hombre que
no se dio cuenta que había respondido en francés, toda su conciencia estaba
enfocada en aquel perfecto Dios de ébano de dos metros que había bajado del
paraíso para abrumarlo no solo con su divina presencia, también le había
regalado el infinito honor de ser tocado por un ser superior, un ser más sabio,
un ser más poderoso, un ser más fuerte, y más inteligente, un ser perfecto.
“Asi que eres francés Dennisse, yo
me llamo Ekon es un placer saber que cada año los niños beta son más y más
bonitos, dime Dennisse ¿estas listo para ser elegido, estas listo para
descubrir y aceptar el plan que la naturaleza dicto para ti?, ¿estas listo para
descubrir tu razón de existir? ¿Iras a la academia y aprenderás a cumplir tu
lugar natural en nuestra sociedad? ¿Servirás al African Cult Eden y a tus amos
negros?”.
Dennisse trató de recordar porque no quería ser parte del
programa SNOW, pero su cerebro trabajaba a cámara lenta, y ahora mismo lo que más
deseaba era ser elegido.
“Oiu Mon Roi, Je ferai tout
ce qui te rendra heureux”.
Ekon sonrió aún más, no sabía francés, pero entendió cada
palabra, los suaves gemidos de sumisión que este pequeño niño beta le regalaba
eran iguales a todas las declaraciones de adoración, obediencia y amor que
todos los sissys le daban diariamente.
“Tienes potencial, putito hermoso,
espero verte en la academia para enseñarte modales patético niño blanco”.
Ekon acaricio los femeninos y rojos labios de Dennisse, para
después propinarle una sonora bofetada, que casi derribo al débil niño blanco.
Dennisse, apenas y pudo sostenerse en pie, su cerebro de por si
saturado de esa esencia masculina que lo atontaba se quedó en blanco por la
sorpresa y el repentino dolor, pero su instinto le obligo a responder al
poderoso macho que tenía delante.
“Désolé mon roi s'il te plait
pardonne-moi”.
Ekon ya no estaba escuchando al patético niño blanco, se dirigía
con pasos confiados y elegantes hacia la entrada de aquel edificio de cristal.
Dennis seguía aturdido, aunque no sabía si era por la bofetada o
por la embriagadora aura masculina del primer hombre que había visto en
persona.
“Eso te enseñara a respetar a tus
amos negros estúpido campesino, papi ni siquiera debería interesarse en niños
corrientes como tú”.
La mimada e infantil voz de Danielle se burló de él cargada de
odio y desprecio, pero con sus azules ojos abiertos de sorpresa, Dennisse se
dio cuenta que aquel ángel rubio estaba genuinamente sorprendido por la actitud
de su “papi”.
Eli también estaba viendo a Dennisse con asombro, y con la punta
de sus delgados y bronceados dedos acarició tiernamente la enrojecida mejilla
del peli-plateado, sus hermosos ojos color miel cambiaron de ternura a una
profunda mirada de envidia.
“¡No puedo creerlo!” El pequeño
latino jadeó, “él te tocó, un toro negro te tocó… te odio, maldito suertudo, no
solo eso, ¡un Rey negro te castigó!, fue tan impresionante, tan… ¡aaaahhhhhhh…!,
¿y que fue eso?, ¿Por qué hablaste en francés? ¿Eres francés?”
Eli lanzó un grito de fan-girl tan agudo que Dennisse tuvo que
alejarse por miedo a quedarse sin tímpanos.
Danielle también se asustó con el repentino y agudo chillido de
aquel niño de gordas nalgas, pero después de recuperarse, adopto una pose de
diva, arqueando la espalda y ladeando coquetamente sus redondas caderas, y
mientras ponía un mechón de su rubio cabello detrás de su oreja en gesto de
niña rica miró de nuevo a Dennisse con esos ojos azules cargados de desprecio.
Dennisse simplemente miro a sus pies mientras se acariciaba la
adolorida mejilla, no quería ver a los dos hermosos niños a la cara.
“Oh vamos, ¿ahora vas a llorar?, deberías
agradecer que mi papi le dio una lección a un feo niño como tú”.
Dennisse se odio a sí mismo en ese momento porque no eran
lagrimas lo que trataba de esconder, era una enorme y avergonzada sonrisa de
emoción y orgullo.
♠♥♠♥♠
Dennisse entro con las piernas temblando y el corazón acelerado
aún notaba la bofetada en su mejilla como recuerdo de que aquel toro negro
realmente le había dedicado su atención.
“Vamos Dennisse, contrólate, recuerda
que debes concentrarte si quieres aprobar el examen de conocimientos, hazlo por
tu familia, por ti mismo, para no convertirte en una asquerosa esclava sexual,
eres mejor que eso”.
Mi mente seguía torpe y lenta, y mi vientre permanecía tibio y
tembloroso, tenía que espabilarme si quería aprobar el examen.
“Muy bien pequeños niños beta, desnúdense y pónganse las batas
que las enfermeras les están dando después esperen a ser llamados, entonces un
doctor le hará un examen físico, obedezcan en todo momento y cuando les
pregunten algo respondan rápida y honestamente”.
La hermosa y poderosa Reina negra les hablaba de manera marcial
al grupo de cinco niños que ahora estaban dentro de las lujosas instalaciones
del programa SNOW.
Dennisse, Danielle, Eli y otros dos delicados niños estaban en
un elegante vestidor.
Las dos rubias enfermeras les repartieron un pequeño paquete de
plástico sellado, cuando Dennisse lo abrió descubrió dentro una ajustada y
femenina camisola de seda rosa.
Denisse jamás había tocado algo tan suave como aquella prenda,
eran tan suave y resbaladiza, tan ligera como el aire, se sentía como si
estuviese echa de fluido en lugar de tela.
Dennisse seguía embobado por la exótica tela asiática, cuando la
mimada y presumida voz de Danielle lo sacó de su aturdimiento.
“Es una pena que solo elijan a
trece βetaboys, para la Snow Sissy School, aunque viendo los βetaboys de este
año será un milagro que se llenen los trece puestos, todos son feos y
ordinarios”.
El hermoso niño de largos cabellos dorados, estaba quitándose la
cortísima blusa de tiras, dejando al descubierto unos alegres e hinchados senos
pubescentes que recién estaban desarrollándose, coronados por unos pequeños y
hermosos pezones rosas que al contacto con el aire se pusieron erectos e
inflamados.
Los otros cuatro niños se quedaron maravillados y sorprendidos
por ver aquellas tetas de niña adolescente que destacaban en el delicado y
blanco cuerpo del hermoso niño.
Danielle arqueo la espalda para resaltar aún más sus encantos, y
sonrió con verdadero placer al saberse observado y admirado.
“Wow, tienes… senos, ¿cómo es
posible?”, un bonito niño de cabello rubio paja con verdes ojos miraba
alucinado a Danielle.
“¿Son implantes?, ¿te has
hormonado?”, el otro chico, un pequeño castaño de ojos grises preguntó
curioso.
“Tomar hormonas antes de ser
elegido por el programa es ilegal”, Eli explico sin poder ocultar la
amarga envidia que destilaba su tímida y susurrante voz.
Dennisse simplemente no podía apartar sus verdes ojos de
aquellos hermosos senos juveniles, y de sus bonitos pezones rosados.
“Yo no necesito tomar hormonas, y
jamás desobedecería las reglas del A.C.E, y de mi papi Ekon estas bellezas…”
Danielle tomos sus pequeñas tetitas y las apretó orgulloso, “…son 100%
naturales”.
La azul mirada de aquella ninfa se clavó en Dennisse, con una
sonrisa malvada.
“¿Pero ¿cómo es posible?”, La
asombrada y delicada voz del pequeño castaño resonó llena de escepticismo.
“Es porque tú eres un βetaboy de última
generación, ¿cierto?”.
Danielle puso sus delicadas manos en sus estrecha cintura y poso
de manera altanera.
“Sí, lo soy, asi que no se comparen
conmigo… yo soy una Sissy de sangre pura, no como ustedes que solo son unos
βetaboys comunes y ordinarios”.
“¿Que es un βetaboy de última
generación?”, el niño de lentes preguntó curioso.
Danielle estaba por responder cuando la melodiosa voz latina de
Eli se adelantó ansioso por compartir sus conocimientos.
“Tú y yo somos βetaboys de primera
generación, lo que quiere decir que somos los primeros en nuestras familias en
ser clasificados, fuimos concebidos de manera natural, cuando una mujer ha dado
a luz a un βetaboy, es fichada como una βetawomb, si los resultados de hoy demuestran
que no solo somos βetaboys, sino que en realidad somos genética, físicamente,
físicamente y espiritualmente Sissyboys nuestras madres serán fichadas como
βetawombs, a las βetawombs solo les está permitido reproducirse artificialmente
con semen de βetaboys,” Eli explicaba esto con la voz emocionada y excitada,
sus hermosos ojos color miel brillaban detrás de sus gafas con la pasión de un
científico al explicar la teoría de la creación universal, se notaba que no
solo tenía la apariencia de un pequeño ratón de biblioteca, era un nerd total,
“cuando una de estas βetawombs es inseminada con el semen de un βetaboy de
primera generación y da a luz a otro niño, este es un βetaboy de segunda
generación, el semen de esta segunda generación es inseminado en otra βetawomb
y hace nace un βetaboy de tercera generación, como sabemos l programa SNOW fue
implementado desde el inicio del nuevo orden mundial por el poderoso y perfecto
Rey Mukasa, y una generación de βetaboy nace cada trece años, lo cual quiere
decir que un Sissyboy de pura sangre son βetaboys de séptima generación, y
ellos a su vez serán usados para crear a los βetaboys de octava generación”.
Todos los presentes se quedaron mirando con asombro al
inteligente y culto niño, incluso Danielle estaba mirando a Eli con un poco de
respeto, aunque rápidamente cambió su expresión a su mimada y altanera mirada
de siempre.
“Exactamente… es bueno saber que
algunos campesinos han sido educados,” miro con odio a Dennisse una vez más,
“mi madre es una βetawomb de primera calidad, mis dos hermanos fueron elegidos
para asistir a la Snow Sissy School y se graduaron con honores, Larisa la mayor
es una Sissy de tercera generación, y Roxy es de quinta generación, como ambas
son hermosas y sensuales Sissys mi madre tuvo el honor de engendrar a un
βetaboy de séptima generación, yo nací para ser la Sissy perfecta ni siquiera
debería estar aquí rodeada de βetaboy ordinarios y pedestres como ustedes, la
Sissy School debería aceptarme automáticamente, pero papi dice que debo aprender
a obedecer sin quejarme ni preguntar”.
Todos los niños se quedaron callados e inmóviles, mirando con
nuevo respeto a aquel rubio príncipe de sangre azul.
Dennisse de nuevo sintió un súbito ataque de envidia y odio a
hacia Danielle.
“No es justo,” pensó, no
tenemos oportunidad de ser elegidos si hay βetaboy de distintas generaciones
compitiendo.
“Eso no es justo” el pequeño
castaño dio un pisotón al suelo mientras con la voz quebrada por el llanto que
trataba de reprimir dijo lo que Dennisse estaba pensando “si hay más βetaboys
como tú nunca seremos elegidos para ser Sissyboys”.
Eli de nuevo hizo gala de su nuevo papel como sabelotodo y
contesto confiado.
“En realidad el 90% de los βetaboys
son elegidos para convertirse en Sissyboys”.
“Pero él dijo que solo trece eran
elegidos para la Snow Sissy School”. El niño rubio señaló
acusadoramente a Danielle.
“Y es cierto, la Snow Sissy School
solo recibe trece alumnos por año, pero eso es porque es la más importante y
prestigiosa academia para βetaboys, hay más pero no son tan buenas, asi que no
te preocupes seguramente serás un hermosos Sissyboy, no importa a que escuela
vallas”.
Los dos niños suspiraron aliviados, con la esperanza renovada.
“Pues yo no estaría tan seguro,
como dije este año está lleno de βetaboy inferiores y comunes, no me extrañaría
que solo yo fuera la una Sissy de este año”.
Danielle los miro con burla.
“El Rey Ekon tiene razón en decir
que debes aprender a ser más humilde, no me sorprende que me prefiera a mí”.
Dennisse se arrepintió de decir esas palabras en cuanto salían
de su boca, pero no pudo contenerse, y disfrutó enormemente la mueca amarga que
el hermoso niño rubio le dedicó.
“¿Como te atreves?, tú estúpido
campesino, mi papi Ekon jamás se fijaría en un niño feo y de clase baja como
tú… él, él es toro de mi mami, y yo fui creada para servirlo y adorarlo, él no
me cambiaría por un estúpido βetaboy de primera generación nunca”.
La voz de Danielle sonaba desesperada herida y temblorosa de
furia, tanta era su indignación que su delicada mano temblaba al señalar
amenazadoramente a Denisse, el peli-plateado pudo notar las largas y perfectas
uñas recién manicuradas de Danielle.
Los otros niños se rieron femeninamente, todos ellos habían
presenciado como el poderoso y perfecto macho negro había acariciado y después
castigado a Dennisse, y todos ellos lo envidiaban.
Danielle se puso rojo de furia y dando un paso hacia adelante
levanto su hermosa mano para abofetear a ese insolente niño de cabellos
platinados.
Pero justo en ese momento la poderosa Reina negra entró en el
vestidor.
“¿Qué diablos sucede aquí?”
Los cinco pequeños niños bajaron la mirada y cruzaron sus manos
detrás de su espalda en actitud sumisa y patética.
“No sucede nada Mistress, solo
estábamos hablando, de lo hermoso que sería ser un βetaboy de séptima
generación para poder servir mejor a nuestros amos negros, pero fuimos muy ruidosos…
lo sentimos”.
El niño latino entrelazó sus manos y las llevo hacia su pecho
mientras miraba sus pies, en una pose de plegaria.
Fue Eli quien contestó, Dennisse se sorprendió por ver como el
tímido y sumiso latino sabia como reaccionar ante los amos negros, era como si
tuviera un talento innato para decir y hacer lo correcto para agradar a los
reyes negros, como si fuese natural para él.
La Diosa negra miró al grupo con enojo, pero después de unos
momentos suspiró y dijo.
“Pues dejen de parlotear como niñas
chismosas y desnúdense de una vez, y si vuelven a discutir los echare a
patadas, sean de primera o de última generación”.
La Reina Negra salió con paso enojado de los vestidores, y los
pequeños βetaboys se miraron unos a los otros asustados, Danielle además tenia
odio u desprecio en su hermosa mirada azul, pero no dijo nada.
Por fin los cinco niños eligieron un vestidor cargando sus
paquetes de ropa rosada.
La pared del fondo del pequeño compartimento estaba cubierta por
un espejo de cuerpo completo, Dennisse se miró en él, sus verdes ojos lucían
asustados y nerviosos, su cuerpo pequeño encogido por el miedo del regaño de
aquella diosa negra.
Sacudió la cabeza para aclarar sus ideas, y decirse que todo
estaba bien que él podría superar esto resolver el examen de conocimiento y ser
elegido como programador u oficinista en una gran empresa como su padre.
“Tú puedes Dennisse, no serás un
patético sissyboy, no te convertirás en una patética putita, no serás una
esclava sexual de esos enormes, poderosos y perfectos machos negros…”.
Dennisse sacudió su cabeza de nuevo.
Cuando se puso aquella prenda de seda rosa, se miró en el espejo
y sus blancas mejillas se tiñeron de rojo difuminando sus rosadas pecas, la
suave prenda era un hermoso kimono chino increíblemente pequeño y extremadamente
ajustado, con la espalda descubierta.
La seda rosa se pegaba a su piel como si fuera pintura, sus
pezones resaltaban escandalosamente en la delgada y suave tela, la seda
oriental exaltaba sus femeninas curvas remarcando su estrecha cintura y era tan
corto que dejaba a la vista la mitad de sus redondas y firmes nalguitas de
colegiala, lo único bueno era que por el frente no se remarcaba nada, Dennisse
se sintió aliviado por primera vez de que sus genitales fueran tan pequeños, y
gracias al frio aire acondicionado sus pezones se pusieron duros mientras que
su pequeño pene se encogió y retrajo en su entrepierna, mientras podía sentir
sus testículos esconderse en su vientre en busca de calor, Dennisse se preguntó
si era normal la temperatura tan baja, o tal vez era a propósito, nunca había
entrado en los lujosos edificios del centro de la ciudad, asi que no podría
saberlo.
Dennisse se sintió humillado, ¿por qué diablos tenía que
rebajarse a vestir como un juguete sexual solo por haber nacido blanco rubio y
pequeño?, no era su culpa ser genéticamente inferior.
Por fin salió del cubículo y podo ver a los cinco bonitos βetaboy
vestidos de la misma manera que él.
Danielle posaba delante del espejo arqueando la espalda y
parando las nalgas, o exigiendo sus hinchadas tetitas, mientras se acariciaba
sensualmente su hermoso y perfecto cuerpo pubescente, su largo cabello
acariciaba sus hermosas nalgas que al igual que las de Dennisse asomaban
coquetas cada vez que el hermoso rubio se movía.
Pero si las nalgas de Dennisse y Danielle jugaban al Peekaboo,
el enorme culo de Eli estaba simplemente al descubierto, el cortísimo kimono de
seda simplemente no podía cubrir los enormes globos de piel bronceada, su
estrecha cintura era incluso más delgada que la de Denisse o la de Danielle,
pero sus gordas caderas y sus gigantescas nalgas de burbuja podrían pertenecer
a una diosa negra adulta.
Eli en ese momento trataba de estirar la parte trasera de su
bonito kimono para cubrir sus desnudas y llamativas nalgas, pero era imposible,
la poca tela simplemente no podía esconder aquel escandaloso culo latino.
Los otros dos niños también estaban girando delante del espejo admirándose
con ojos sorprendidos y extasiados.
Danielle por fin dejo de posar y cuando giro su mirada su boca
cayó hasta el suelo alver las increíbles nalgas del pequeño latino.
“¡Wow Eli!, ¿dónde estabas
escondiendo eso? Es el culo más grande y bonito que he visto, es perfecto”.
Los otros dos niños voltearon a ver y aunque ellos también
lucían delicadas y hermosas curvas femeninas, se llevaron sus delicadas manos a
la boca sorprendidos y maravillados.
“¡Oh por Dios! Es enorme, y tan
redondo”, el pequeño castaño se acercó a Eli quien se encogió y trato de
cubrir aun más desesperadamente su gigantesco culo.
Dennisse miró atentamente a Danielle quien simplemente no podía
dejar de mirar la hermosa cola de Eli, al mismo tiempo el hermoso rubio
acaricio sus propias pequeñas pero redondas nalgas como midiéndolas. Obviamente
no había comparación, la bonita y coqueta cola de quinceañera que portaba
Danielle sería el orgullo de cualquier modelo de lencería, pero no podía
competir ante el exageradamente gordo culo de Eli.
Dennisse saboreó la envidia de la perfecta ninfa rubia
presumida.
“Creo que tu culo es precioso Eli, es
exactamente igual que el de Nicki Minaj”.
“¡Oh por Dios es cierto es
igualito… que envidia!”. El rubio unió sus manos y dio pequeños saltitos emocionado
por estar frente a unas nalgas tan perfectas.
“Tienes razón, pero si hasta tu
tono de piel es parecido el de ella… maldita perra suertuda”, el niño
castaño miró con odio al dulce latino.
Dennisse solo podía mirar como los otros niños tocaba y acariciaban
las gordas nalgas con admiración y celos mientras hablaban de lo sedosas y
firmes que eran, como si fueran dos hombres hablando del desempeño y cualidades
de un buen auto.
Totalmente furioso Danielle dio un pisotón al suelo mientras sus
bonitas mejillas se inflaban de manera mimada al hacer un puchero infantil.
El fuerte pisotón que dio provocó que sus pequeñas pero alegres
tetas rebotaras coquetamente, atrayendo la atención a sus hinchados y erectos
pezones.
“Que asco, ¿Quién querría tener
un gordo culo de yegua, eres un fenómeno, además ni siquiera eres blanco, todos
saben que los mejores Sissyboys son los White-Sissyboys, deberías hacer
ejercicio gordita, esas nalgas están rellenas de grasa, no como estas…” Danielle
se giró para mostrar su respingada y redonda colita, y se azotó con ambas manos
sus duras y firmes nalgas, las fuertes bofetadas resonaron en el vestidor, y
dejando sendas marcas enrojecidas de sus delicadas manos en sus blancas
mejillas que apenas y temblaron mostrando lo firmes que eran, “…firmes y
suaves como debe ser el culo de una sissy”.
Danielle miró por encima del hombro, nunca mejor dicho, a Eli,
con una sonrisa sádica.
El niño rubio miro al rubio alto y blanco Danielle y después al
pequeño y bronceado Eli y alejándose del latino apoyó al hermoso βetaboy de
sangre pura.
“Tiene razón, parecen las nalgas de
una yegua… o, mejor dicho, de una cerda, ¡Oink, Oink!”.
Los dos rubios se acercaron hombro contra hombro mirando con
desprecio.
Dennisse no pudo entender como aquel bonito y tierno niño de
ojos verdes podía cambiar su actitud tan rápidamente, y pasar de halagar y
envidar la tremenda grupa de Eli a despreciarlo e insultarlo.
“Deja a Eli en paz, yo creo que sus
nalgas son hermosas, lo que pasa es que ustedes le tienen envidia, por que solo
son unos niños flacuchos e insípidos”.
Denisse se puso frente a esos dos hostiles niños rubios.
“¿Eli? ¿Qué clase de nombre de
mierda es ese?, deberías llamarte… Oily (Aceitoso), Oily la gordita y aceitosa
cerdita mexicana”
Eli seguía en medio del vestidor encogido con una mano en su
entrepierna y la otra en medio de sus nalgas tratando de cubrir su modestia
pues el pequeño kimono no podía cubrir su parte inferior gracias a sus rotundos
muslos. Su mirada en el suelo y sus hombros encojidos y temblorosos por a la
humillación.
“Oily La cerdita de nalgas grasosas
y aguadas”, el nuevo amigo de Danielle se burló cruelmente de
Eli.
Denisse estaba por contestar a esas horribles provocaciones
cuando el otro niño de cabellos castaños y ojos grises se acercó más a Ely.
“Es más gordo que él culo de mi
mamá… y ella tiene una cola preciosa”, el niño de ojos grises dio un
apretón fuerte a una de las nalgas color caramelo, “…y es tan firme, ¡Miren
esto!”
El castaño dio una poderosa nalgada a una de esas gordas
mejillas, el sonido de carne contra carne resonó en el vestidor, al igual que
un femenino y ahogado gemido de dolor de parte de Eli.
“¡Auchi! Eso me dolió… por favor no
me miren, esta cosa es muy pequeña…”, el pequeño latino seguía tratando
de esconder su voluminoso culo.
Su enorme cola reacciono al golpe temblando sensualmente como si
fuera un delicioso flan, pero sin dar muestras de tener ni un solo gramo de celulitis
o grasa.
“Lo vez Eli tu culo es hermoso, igual
que tu”.
Eli levanto su tierna mirada que estaba teñida de tristeza, y
sonrió a su nuevo amigo con agradecimiento.
Danielle estaba por atacar de nuevo, pero en ese momento la
Reina negra entró de nuevo al vestidor y el grupo de βetaboys guardó silencio y
se formaron rente a la poderosa mujer negra.
“Muy bien patéticos niños, síganme,
de prisa ya han perdido mucho tiempo con sus peleas de gatas en celo”.
Llegaron a un pasillo con cinco puertas donde cinco mujeres
negras vestidas de manera profesional y elegante, pero con batas de doctor y
con formularios en las manos los estaban esperando, las dos despampanantes y
sexys enfermeras rubias estaban de pie en la esquina del pasillo listas para
ayudar, mostrando presumidas sus enormes senos y sus largas y perfectas
piernas.
“Escuchen βetaboys, fórmense delante
de las doctoras y obedezcan sus órdenes sin preguntar”.
Todos los bonitos niños caminaron hasta estar frente a una de
aquellas hermosas diosas negras.
Pero en ese instante la puerta del fondo se abrió atrayendo la
mirada de todos los presentes, era el perfecto y enorme macho negro que
Dennisse había visto en la entrada del edificio, llevaba unos archivos en la
mano que entregó a la Mistress Ashanti, el macho negro estaba por salir cuando
su fiera mirada se paseo por la fila de βetaboys vestidos en seda rosa.
Su mirada se detuvo en Dennisse y de nuevo el pequeño niño
sintió un escalofrió y esta vez no fue el aire acondicionado.
El enorme macho se acerco a la doctora que estaba frente a
Dennis y le murmuró algo en el oído.
La hermosa diosa negra sintió y miro con picardía al pequeño
niño de plateados cabellos.
“Tienes suerte niño bonito”.
El enorme macho negro miró intensamente a Dennisse quien de nuevo
estaba hechizado, hipnotizado, su pequeño cuerpo se estremeció, y al igual que
Eli tomo el faldón de su kimono rosado y la jaló hacia abajo tratando de cubrir
sus pequeños genitales de la mirada lasciva del toro negro.
Sus mejillas se sentían cálidas y sonrosadas, pero Dennisse no
sabia si era por la vergüenza o por la excitación.
“Hola de nuevo,
niño bonito, ¿estás listo βetaboy?”.
Dennisse sintió como su cuerpo se estremeció de pies a cabeza y
aunque una parte de él quería contestar de mala manera o no contestar del todo para
recibir otra bofetada del macho negro, su buen sentido se impuso y decidió no
hacer enojar a aquel toro negro.
“Sí, Rey Ekon,
estoy listo”.
El apuesto y perfecto semblante del dios negro sufrió un cambio,
y sus oscuros ojos se abrieron con sorpresa, Dennisse se sintió orgulloso de
provocar esa expresión en él.
“¿Pero que
demonios?... Papi ¿por qué estas con ese ordinario campesino?”.
La hermosa voz de Danielle se hizo escuchar con una entonación
chillona y mimada que llamó la atención de todos en el pasillo.
Todos los hermosos y delicados niños voltearon a ver al hermoso ángel
rubio y después al pequeño de cabellos plateados, y por último al enorme macho
negro que seguía viendo con fascinación al bonito niño blanco.
“Lleven a los βetaboys
a las habitaciones y comiencen con el examen físico”.
La gruesa y potente voz del Rey negro dio la orden con confianza
y autoridad.
La Reina negra que estaba delante de Danielle tomo al hermoso príncipe
de largos cabellos y lo empujó hacia la habitación, pero Danielle se retorcía y
se resistía mientras chillaba y gritaba.
“Papi, ¿por qué?,
¿por qué estas interesado en ese estúpido niño común?”.
Pero Ekon ni siquiera volteó a mirar al rubio niño, simplemente
levanto su poderosa mano y chasqueó los dedos y las dos hermosas enfermeras
rubias corrieron a sostener y a obligar a Danielle a entrar a la habitación.
Los gritos del hermoso niño se escucharon hasta que la puerta de
la habitación se cerró.
El pecho plano de Dennisse se hinchó de orgullos, ya era un
logro sorprender al Maestro Ekon, pero hacer que Danielle gritara de furia era
definitivamente asombroso.
“Entra, bienvenido al programa Sissys of New Order World”.
"Sí, Master ekon".
La profunda y sexy voz del macho le ordenó, y Dennisse obedeció,
ya no estaba tan decidido a escapar de las garras de SNOW.