domingo, 3 de noviembre de 2024

Mi tío me hizo mujercita. I

 ♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥
♥Mi tío me hizo mujercita♥
♥I♥ 

 ♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥

Comenzaré presentándome, me llamo Suri, Suri Saavedra, actualmente tengo 22 años, y vivo como una mujer a tiempo completo, ahora mismo soy una transexual completamente feminizada, y hormonada. Vivo como una mujer completa todo el tiempo, las veinticuatro horas del día los siete días de la semana. Pero esta historia comenzó cuando yo apenas tenía 12 añitos.


Ya desde entonces yo era un niñito super afeminado, toda mi apariencia gritaba a los cuatro vientos que yo había nacido en el cuerpo equivocado. Mi rostro era bonito, infantil y hermoso, como el de un querubín, mis ojos de color azul claro. Incluso mi cabello se parecía a de los angelitos que aparecen en las pinturas religiosas tan famosas en mi país, México, mi cabello era castaño claro, casi rubio, ensortijado y sedoso. Ya en ese tiempo llevaba el cabello un poco largo, hasta los hombros. Mi piel blanca como la leche destacaba mucho entre mis compañeritos, todos ellos de cabello negro y piel bronceada, prietitos como acá les decimos.


Siempre fui muy pequeño para mi edad, y mi cuerpo era bastante delgado pero bonito, super femenino, mis piernas eran largas y torneadas, mi cintura estrecha, diminuta, mi vientre era plano al igual que mi pecho de niño.


Pero lo que más llamaba la atención de todos, era mi trasero, que, aunque no era muy grande en ese tiempo, si era una cola redondita, respingona y firme, unas nalgas de niña. Creo yo, que algunos niños estamos destinados a convertirnos en putitas maricas desde que nacemos, tal vez incluso antes de nacer, pues incluso mi pene coincidía con mi cuerpo delicado y femenino, un diminuto y rosado micropene de tres centímetros y tan delgado como mi dedo meñique, a los doce mis testículos ni siquiera habían bajado y mi escroto lucía vacío sueve y rosado.


En ese tiempo yo vivía en Reynosa, Tamaulipas.


Una ciudad fronteriza de México que colinda con el estado de Texas, por lo cual la gente de mi ciudad era de raza muy variada, había muchos gringos entrando y saliendo del país, obreros de piel morena que trabajaban en las maquilas de sol a sol, y mexicanos de piel blanca y ojos claros como yo, resultado de las aventuras sexuales de aquellos estadounidenses en tierra mexicana.


Yo era producto de una de aquellas aventuras, mi madre, Samara, se hizo amante de un alto y rubio gringo que la usaba cuando venía a México, y la embarazó cuando ella tenía tan solo 15 años. Por supuesto aquel hombre desapareció en cuanto supo que su pequeña puta mexicana estaba esperando un bebé.


Mi madre tuvo que confesar su pecado a su propia madre, mi abuela Sarah, y a su hermana, mi tía Samantha.


Mi tía era siete años más grande que mi madre, y ya trabajaba como enfermera, así que entre ella y la abuela decidieron ayudar a mi madre a seguir estudiando y terminar una carrera. Cuando nací mi abuela me cuidaba durante el día, mientras mi madre estudiaba y mi tía se encargaba de trabajar. Así mi madre pudo volverse enfermera como su hermana y tener un sueldo lo suficientemente bueno para poder criar un hijo ella sola.


Mi tía Samantha se casó con mi tío Rafael cuando ella tenía unos 27 años, y él 30. Al momento de transcurrir esta historia ella tenía 34 años y él 37.


Mamá y yo vivíamos cerca de la casa de mis tíos, pues mi madre siempre fue muy apegada a su hermana, a la que le debía mucho por ayudarla acabar la escuela, y conseguirle trabajo.


Mi abuela había muerto un par de años atrás.


Mi tío Rafael era policía federal, se encargaba de cuidar la frontera, más que nada de detener el tráfico de drogas hacía Estados Unidos, él trabajaba 24 x 24, lo cual significaba que tío Rafael trabajaba veinticuatro horas seguidas y descansaba veinticuatro horas seguidas, mi tía y mi madre trabajaban en el turno de día, pero a veces tenían que quedarse a velar cuando el hospital estaba corto de personal.


Así pues, se había creado algo así como un acuerdo no escrito en el cual yo ayudaba a mi tía a limpiar su casa y a cocinar para mi tío Rafael en los días que él descansaba.


Para mí no era ningún problema hacer aquello, pues me encantaba cocinar, y mi tía siempre había sido muy buena conmigo, ella me consentía en todo, me compraba ropa de marca, juguetes y dulces todo el tiempo, siempre pensé que era muy raro que mi tía me mimara tanto, incluso más que mi propia madre, pero aquel extraño comportamiento tenía una razón, una que descubrí después.


Mis días se dividían entre estudiar, y pasar una tarde en mi casa y una en la casa de mis tíos. Cuando mi tío no descansaba, yo despertaba en mi casa desayunaba con mamá, iba a la escuela, regresaba en la tarde, y dividía mi tiempo entre hacer la tarea, preparar la cena y limpiar la casa. Mamá llegaba en la noche, cenábamos, hablábamos un poco y a dormir.


Cuando mi tío descansaba, entonces me tocaba despertar más temprano ir a casa de mis tíos preparar el desayuno, comer con mi tío y después ir a la escuela, al salir pasaba al mercado para comprar los ingredientes de la comida que llegaba a preparar para mi tío, después comía con él, pasaba la tarde limpiando su casa y haciendo mi tarea, preparaba la cena, entonces en la noche llegaba mi madre y mi tía, cenábamos los cuatro juntos y después mamá y yo regresábamos a nuestra casa dormir.


Tío Rafael normalmente pasaba el día haciendo ejercicio, arreglando su auto, o mirando algún partido de beisbol en la televisión; y aunque él era amable y bueno conmigo, no llegaba al extremo de mi tía Samantha. Él simplemente actuaba como el rudo y frio agente federal antinarcos que era.


Pues bien, después de esta larga introducción por fin comienza la historia de como mi tío Rafael me convirtió en su putita particular.


Como ya se imaginarán; desde siempre quise ser niña, ser mujer, por supuesto cuando era muy niño no sabía exactamente que yo era un mariconcito, o un transexual, simplemente me sentía extremadamente atraído por todo lo femenino, maquillaje, zapatos, gestos, manías y sobre todo la ropa de mujer.


Desde los ocho años había comenzado a rebuscar en el closet de mi madre para vestirme como ella, usaba sus pantys, sus medias, sus pantimedias, sus faldas, blusas y tacones.


Usar su ropa interior con encajes me hacía sentir cosquillas en mi vientre y provocaba que mi corazón latiera como loco, aunque no comprendía muy bien por qué.


El problema era que la ropa de mi madre era muy aburrida, incluso su ropa interior lo era, no había tangas, hilos o lencería real en sus cajones. Sus zapatillas eran más bien normalitas, ninguno de sus tacones superaba las tres pulgadas.


A diferencia de mi madre, mi tía sí tenía ropita muy sexy y provocativa. Lo sabía por las muchas veces que había lavado la ropa en casa de mis tíos, así que no tardé en comenzar a usar la ropita de mi tía; por cierto, tía Samantha es muy pequeña y delgada, así que su ropita y zapatos me quedaban casi perfectos.


Fue un sábado.


Mi tía y mi madre tuvieron que trabajar y yo sabía que mi tío no descansaba ese día, así que decidí ir a casa de mis tíos a hacer lo que más me gustaba, ¡Vestirme de nena!


Ese día me desperté temprano, desayuné con mi mami, y en cuanto mi tía Samantha pasó por ella en su auto para ir al trabajo yo salí corriendo rumbo a la casa de mis tíos.


Mi corazón latía desbocado y sentía mariposas en mi estomago mientras caminaba las dos cuadras que separaban mi casa y la de ellos. Entré a la casa fácilmente, tenía mi propio juego de llaves ya que yo era básicamente la chica de la limpieza de mis tíos.


Subí las escaleras de dos en dos y entré a la habitación de mis tíos desesperada, me temblaban las manos mientras habría los cajones del closet de mi tía.


Saqué un montón de lencería: tangas, pantys, cacheteros, hilos dentales y ligueros. A mi tía le encantaba vestirse como zorra, lo supe desde que comencé a lavar la ropa de mis tíos. Saqué también varios vestidos, faldas y minifaldas del closet, también blusas, tops y camisas. Por supuesto también preparé las zapatillas que quería usar ese día, tía Samantha tenía una hermosa colección de tacones, mis favoritos eran los tacones de cinco pulgadas con plataforma.


Me desnudé y comencé a modelar la preciosa lencería de encaje frente al enorme espejo de cuerpo completo que mi tía tenía en su recamara.


Me encantaba sentir la delicada tela de encaje, seda o algodón sobre mi delicada piel blanca, mi cuerpo entero se erizaba solo con la acción ponerme una tanga, o subirme unas medias de nylon por mis gruesos muslos.


Era delicioso vestir aquellas delicadas y cursis prendas femeninas, mi pequeño cuerpo temblaba completito mientras caminaba sobre aquellos altos tacones. Me fascinaba ver esa hermosa y sexy niña blanca reflejada en el espejo; y saber que era yo.


Me veía hermosa, completamente femenina, una mujercita total, incluso mi diminuto pene completamente erecto lucía lindo atrapado dentro del pequeño triangulo de tela de las diferentes tangas y pantys de mi tía.


El tiempo pasó volando delante del espejo, vistiéndome y desvistiéndome, probándome toda la lencería, los vestidos, las minifaldas, las blusas y los tacones de tía Samantha.


Pasé hora tras deliciosa hora posando, caminando y meneándome frente al espejo, mirándome, desde todos los ángulos, sonriendo y haciendo pucheros con mis bonitos labios pintados de carmín. Había usado los cosméticos de mi tía, mi maquillaje no era perfecto, pero había empezado a hacerlo desde hacía un par de meses y para ese entonces estaba mejorando.


Era más de la una de la tarde cuando sucedió.


Estaba tan concentrado en la felicidad que me daba usar esas eróticas prendas de encaje que no escuché la camioneta de mi tío entrar al jardín, no escuché a mi tío abrir la puerta principal y entrar a la casa, y definitivamente no lo escuché subir las escaleras.


Así fue como tío Rafael me sorprendió al entrar a su habitación mientras yo  vestía un precioso conjunto de baby doll transparente, una tanga de hilo dental, unas medias de encaje hasta los muslos y tacones de cinco pulgadas con plataforma todo en color rosa pastel.


Mi tío Rafael es un hombre bastante impresionante, un macho entre machos. Él pertenece a un grupo de policías elite, se mantiene siempre en excelente condición física, es muy alto, mide más de dos metros, muy musculoso, su piel morena casi mulata lo convertía en alguien muy exótico en Reynosa, muchos pensaban que él venia de algún otro país, como Cuba o Haití. Su rostro era muy masculino, con la quijada fuerte y cuadrada, sus rasgos sumamente atractivos, tío Rafael llevaba la cabeza rapada y su barba afeitada en forma de candado.


Al entrar, él se quedó congelado, mirándome con sus oscuros ojos abiertos de sorpresa, yo también me quedé de piedra, ahí de pie frente al espejo, en una pose muy sugerente inclinado hacia el frente con mis manos en las rodillas y sacando el culo al aire.


Nos quedamos mirándonos durante algunos segundos, que a mí me parecieron horas enteras.


—¿Suri? —preguntó él con su voz ronca y profunda, voz de macho—. ¿Eres tú?


—¡No! lancé un grito aterrado y traté de salir corriendo, de escapar. 


Por supuesto fue completamente inútil, pues mi enorme tío cubría toda la puerta, quien me tomó de los hombros y me detuvo con suma facilidad.


¡Alto! ¡Alto! ¡Alto! —exclamó él—. ¿A dónde crees que vas, nene?


¡Lo siento! ¡Lo siento tío! ¡Yo no quise…! ¡Yo… yo no…! ¡Esto no es lo que parece! —Traté de escapar de su agarre mientras sollozaba y tartamudeaba aquellas estupideces —¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho!


Me sacudía y pataleaba tratando de escapar, pero sus enormes y morenas manos eran como dos grilletes de acero.


Tranquilo, tranquilo… nene. Respira un poco, toma aire y tranquilízate —. Mi tío me ordenó mientras se arrodillaba y me abrazaba, él era tan alto que incluso de rodillas era más alto que yo; cuando me acercó a él pude oler el alcohol en su aliento, era más que obvio que había estado tomando, a tío Rafael siempre le gustó la bebida—. Tranquilízate y explícame por qué estás vestida así.


Yo continué llorando, gimiendo y pidiendo perdón entre los fuertes y peludos brazos de mi tío, mi bonito rostro maquillado hundido en su fuerte pecho, mi llanto se hizo cada vez más lento y suave, hasta que me quedé sollozando y suspirando profundamente abrazada contra él, tratando de recuperar el aliento.


Su colonia combinada con su sudor olía delicioso, y por un momento me perdí completamente, casi durmiéndome entre sus brazos.


¿Ya estás más tranquilo, bebé? —preguntó tío Rafael mientras acariciaba mis sueves rizos castaños con una mano y con la otra frotaba mi espalda apenas cubierta por el nylon transparente del baby doll.


Sí… sí… sí tío… ya estoy mejor… lo siento… de verdad lo siento mucho… yo… —Tartamude mientras gimoteaba infantilmente —. Yo… yo… yo lo siento de veras…


Shhh… Shhh… bebé, deja de disculparte, nene, Lo que quiero saber es, ¿por qué estás vestido como una pequeña putita —. Tío Rafael pregunto de nuevo, esta vez su voz sonaba fría, amenazante, estaba exigiendo una respuesta.


      —Es que… es que… me gusta mucho como me siento cuando visto ropa de niña, me siento bonito… me siento sexy… me siento cómodo y muy feliz vistiendo como nena… siento que es lo correcto… siento que es así como debería de ser yo… así es como debería vestir siempre… me gusta verme como una niña… Me gustaría ser una niña —. Respondí entre suspiros mientras respiraba el delicioso aroma a macho que tenía mi tío.


Entiendo, lo entiendo completamente, nene, y… ¿alguien más sabe que tú haces esto? —las caricias del tío Rafael habían bajado de mi espalda a mi redonda y firme cola.


No… nadie… nadie lo sabe. Bueno, ahora lo sabe usted… pero por favor no le diga a nadie, mi tía se enojaría mucho si se entera que he estado usando su ropa, y mi mami seguramente estaría avergonzada de mí… y todos en la escuela se van a burlar de mí, ya de por si todo el mundo piensa que soy gay.


—Tranquilo… tranquilo, nene. No le diré a nadie. —Tío Rafael dejó de acariciar mi cabello y usó sus dos enormes manos para amasar mis desnudas y redondas nalgas, pues la tanga de hilo dental dejaba al descubierto mi colita por completo; me estremecí completito al sentir aquellas rudas caricias —. Además, no es nada raro que quieras vestirte de niña… es normal que las niñas lindas quieran usar ropa de niñas.


Tardé unos segundos en comprender lo que tío Rafael estaba diciendo.


¿Usted cree que soy una niña linda, tío? —, Pregunté de manera femenina y coqueta, pues las caricias de mi tío en mi trasero me estaban dando mucha confianza.


Por supuesto que lo creo, siempre has sido una niña bonita Suri. Caminando por ahí, moviéndote como una nena y meneando ese culito de hembra que tienes frente a mí todo el tiempo…


«¿sabes cuantas veces tuve que contenerme para no cogerte como la putita que en realidad eres? ¿Sabes cuantas veces tuve que aguantar las ganas de violarte? Pero me detuve porque eres mi sobrino, tuve que aguantarme porque no quería lastimar al sobrino de mi esposa. Y tú simplemente seguías viniendo y exhibiéndote frente a mí, meneando ese culo gordo frente a mis ojos como una perra en celo, casi como si rogaras ser montada por un macho de verdad. Y ahora mírate, aquí, vestida como una pequeña putita con la lencería de tu tía. ¡Has sido una niña mala, Suri! ¡Una niña muy mala!». Tío Rafael estaba en ese momento acariciándome tan fuerte el culo que podía sentir como me dejaba marcadas sus manos en mis nalgas.


¡Ngh… ♡! ¡Oooh… ♡! ¡Hooh… ♡! —Gemí yo cuando tío Rafael besó mi cuello, frotando su espesa barba contra mi delicada piel, provocándome escalofríos —. ¡Lo siento… lo siento mucho tío… lamento mucho ser una niña mala! ¡Hah… ♡! ¡Hah…. ♡! ¡Hah… ♡!


Disculparte no es suficiente Suri… Las niñas malas deben ser castigadas. Has estado usando la ropa de tu tía sin su permiso, y has estado provocándome con esta colita de nena durante mucho tiempo. Definitivamente debo castigar a esta niña mala —. Tío Rafael seguía estrujando mis bonitas nalgas mientras besaba y mordisqueaba mi cuello por todos lados.


De repente él detuvo sus atenciones y se levantó, pude ver entonces como su pene erecto se marcaba contra sus pantalones, aquella verga lucia gigantesca incluso atrapada debajo de la gruesa mezclilla, mi corazoncito se aceleró de nuevo, y pude sentir como mi vientre se calentaba y cosquilleaba.


Tío Rafael se sentó entonces en la cama mirando con curiosidad toda la ropita que había sacado antes. Yo no podía dejar de ver la enorme tienda de campaña entre sus piernas.


¿Vas a castigarme, tío? ¿por ser una niña mala? —pregunté de manera mimosa mientras mi propio micropene comenzaba a despertar, pues había perdido la erección cuando mi tío llegó de sorpresa.


Sí, nena. Te voy a castigar, ¡ven aquí! —me ordenó mi tío con esa voz profunda que me encanta.


Me acerqué muy nervioso, temblando de pies a cabeza, él simplemente me tomó por los costados para levantarme y acostarme sobre su regazo boca abajo.


Ahora voy a castigarte, nena. Voy a darte unos cuantos azotes en estas preciosas nalgas blancas hasta que esté satisfecho, y tú vas a pedir perdón por ser una pequeña marica provocadora que usa la ropa de mi mujer a escondidas como una putita de closet —. Tío Rafael dijo aquello mientras acariciaba tiernamente mis nalgas por debajo del baby doll, preparándose para azotarme como a una niña malcriada.


Por favor… no… no me pegue tan duro tío… yo lo siento… lo siento mucho… ¡Ay! ¡Duele! —grité cuando recibí la primera nalgada del día.


¡Tranquila, putita! Vamos a jugar un juego. Te voy a dar diez nalgadas nada más, tú vas a contarlas una por una sin quejarte, ni llorar ni gemir, si puedes llegar al número diez sin gritar, llorar o quejarte, quedaras perdonada, pero si dejas escapar, aunque sea un gemido, tendrás que comenzar a contar de nuevo desde uno. ¿Lo entendiste, nena? —preguntó mi tío, mientras acariciaba el lugar donde me había nalgueado.


¡Tío por favor…! ¡Por favor! —rogué con la voz entrecortada mientras temblaba de miedo y expectación.


Pregunté, ¿si lo entendiste bien, nena? —Tío Rafa apretó mi nalga de manera ruda para enfatizar la pregunta.


Sí… tío, lo entendí… lo entendí bien… pero… pero… —. Conteste con voz temblorosa.


Muy bien, bebé. Comencemos entonces—. Mi tío entonces guardó silencio y se quedó quieto durante unos segundos.


Yo temblaba, recostado en su regazo mirando al piso, sin poder ver lo que él estaba haciendo, los segundos pasaban lentos, alargándose eternamente, mi cuerpo completamente tenso, esperando el inminente golpe, incluso cerré los ojos y apreté los dientes.


Tranquila, bebé… tranquila. Relájate nena, relájate un poco —. Tío rafa acarició mis redondas nalgas como quien trata de calmar a un conejito asustado, mientras al mismo tiempo canturreaba una tonadita como para dormir a un bebé, —Respira profundamente y relájate, nena hermosa.


Yo traté de obedecer, respirando muy profundamente, mientras me daba cuenta de que tío Rafa se había estado refiriendo a mí en femenino desde el primer momento, llamándome nena, niña linda, y bebé. Escuchar que un hombre tan varonil, alto y fuerte me consideraba una niña me hacía sentir mariposas en el estómago.


Gracias a las caricias y a la cancioncita de mi tío, yo me había relajado tanto que estaba a punto de dormirme sobre su regazo. Entonces sin previo aviso una fuerte nalgada me hizo brincar y dar un gritito de dolor.


¡Ay! —grité sorprendido.


La mano de tío Rafa era tan grande que podía cubrir perfectamente toda mi nalga y uno de sus azotes era suficiente para poner al rojo vivo mi pequeño y redondo trasero.


Te he dicho que cuentes, Suri. ¡Así que comienza a contar, bebé! —, ordenó con su voz fría y dura —. ¡Aquí vamos de nuevo!


¡Plas! Un nuevo golpe aterrizó en mi otra nalga, provocando que yo gimiera y me retorciera de dolor.


¡Ay! ¡Duele! ¡Duele mucho, tío!


He dicho; sin gritos, sin quejas, y aún no comienzas a contar… al parecer, además de ser una niña mala, eres una niña tonta y desobediente. Pero aprenderás a obedecer, aprenderás a ser una buena niña, una buena putita. Ya lo creo que aprenderás. —Tío rafa de nuevo estaba acariciando mi adolorida cola, lo cual solo me causaba más dolor gracias a la fricción de su callosa mano contra mi delicada piel de porcelana—. Comencemos de nuevo, nena.


¡SLAP!


¡Uno! —lloriqueé femeninamente.


¡SLAP!


¡Dos! —Grité sintiendo como me ardían mis nalguitas.


¡SLAP!


¡Tres! —Gemí como una nena.


¡SLAP! Esta vez su palmada fue mucho más intensa.


¡Ay! ¡Ay! ¡Duele! ¡tío! ¡Duele! —No pude contenerme y me retorcí en su regazo tratando de escapar de su agarre de acero, lo cual fue completamente inútil.


¡Tsch! ¡Tsch! ¡Tsch! Al parecer mi pequeña sobrinita es más tonta de lo que pensé. Tendremos que empezar desde el principio. —Tío Rafael acariciaba mi largo cabello castaño de manera tierna, apartándolo de mi rostro, y descubriendo como lagrimas escurrían por mis mejillas.


—¡Lo siento, tío! ¡Lo siento mucho! —Yo seguía llorando completamente aterrado al saber que tendría que comenzar a contar desde unió de nuevo.


—¡Silencio, bebé! Ahora relájate y comienza a contar—. Ordenó tío Rafa acariciando mi trasero, preparándose para azotarme de nuevo.


Yo temblaba como una hoja en el viento, pero simplemente traté de relajarme respirando profundamente, preparándome mentalmente para el dolor.


¡SALP!


—¡Uno!


¡SALAP!


—¡Dos!


¡SLAP!


—¡Tres!


¡SLAP!


—¡Cuatro!


¡SLAP!


¡Cinco! —cada número que salía de mi boca era un llanto de agonía, mis lagrimas corrían como cascadas, estaba oficialmente llorando como una niñita.


¡SLAP!


—¡Seis!


¡SLAP!


—¡Siete!


¡SLAP!


¡Ay! ¡No tan fuerte, tío! ¡Por favor! —No pude evitarlo, esa última nalgada de verdad me había dolido mucho.


Casi lo habíamos logrado, nena. Casi… —Tío Rafa de nuevo estaba acariciando mis enrojecidas nalguitas de niña, mientras yo sollozaba desconsolada en su regazo.


Lo siento… tío… lo siento… es que me duele, me duele mucho…


Lo sé bebé, lo sé. Pero debes intentarlo con más ganas, debes aprender a obedecerme… es tu castigo por ser una niña mala, ¿recuerdas?, ¿Acaso quieres que le diga a tu tía que usas su ropita sin su permiso?, ¿Quieres que tu mami sepa que su hijo es en realidad un pequeño marica? —preguntó tío Rafa mientras sus gruesos y largos dedos se metían entre mis nalgas acariciando el hilo de la tanga que cubría mi pequeño ano.


No, tío… no quiero que nadie se entere… lo siento tío, perdóneme… no le diga a nadie, por favor. Me esforzaré más tío… lo intentaré de nuevo.


Así me gusta, nena. Me gusta que seas una niña buena y obediente. ¡Comencemos!


¡SALP!


—¡Uno!


¡SALAP!


—¡Dos!


¡SLAP!


—¡Tres!


¡SLAP!


—¡Cuatro!


¡SLAP!


—¡Cinco!


¡SLAP!


—¡Seis!


¡SLAP!


—¡Siete! —El dolor era ya insoportable, pero me obligué a no quejarme, solo seguía llorando y temblando.


¡SLAP!


—¡Ocho! —Grité enloquecida.


¡SLAP!


—¡Nueve! —en ese momento estaba jadeando, tratando de no ahogarme con mi llanto.


¡SLAP!


—¡Diez! ¡Diez! ¡Diez! —Grité desesperado mientras lloraba y sonreía al mismo tiempo, contento por haberlo logrado.


¡Bien hecho nena! ¡Muy bien, bebé! ¡Mucho muy bien, linda! ¡Lo lograste, bebé! ¡Sabía que lo lograrías! —tío Rafa de nuevo estaba acariciándome como a una gatita, una mano en la cabeza, jugando con mis suaves rizos, y otra me daba largas caricias desde la espalda hasta mis doloridas nalgas.


Yo solo seguía gimiendo y lloriqueando, tratando de recuperar el aliento y la calma.


Acabo de esforzarme mucho enseñándote cómo se comporta una niña buena y obediente, ¿Cómo se dice cuando alguien te enseña algo? ¿Cómo se dice cuando alguien te ayuda a ser mejor? —preguntó mi tío mientras su dedo se adentraba un poco más entre mis nalgas.


Gracias… gracias, tío. Gracias por castigarme… gracias por enseñarme a ser una niña buena… —Era increíble, ahí estaba yo, agradeciéndole a mi tío por azotar mi trasero hasta dejarlo en carne viva, era una locura.


Eso es exactamente lo que debe decir una niña buena cuando es castigada. ¿Lo ves? Eres tan natural en esto bebé. Siempre lo supe. Naciste para ser un pequeño maricón, naciste para ser una niña. ¿No es así, Suri? —Tío Rafa preguntó con esa voz ronca y profunda, pero al parecer no contesté lo suficientemente rápido para su gusto, porque… ¡PLAS! Me dio otra fuerte nalgada.


¡Ay! ¡Ay! ¡Duele! —Chillé como una nena.


 —Pregunté; ¿naciste para ser una niña? ¡Dime que eres un pequeño maricón!


—¡Sí tío, así es! ¡Nací para ser una niña! ¡Soy un pequeño maricón! ¡Diré lo que usted quiera, pero ya no me pegue por favor! —lloriquee patéticamente.


Así me gusta nena, que seas una niña buena y obediente. Ahora que ya establecimos que naciste para ser una mujercita… ¿quieres aprender a hacer mas cositas de mujercita? —Al decir esto pude sentir como su enorme pene se movía debajo de mi vientre, durante todo el castigo tío Rafa no había perdido la erección.


¿Más cosas? —Pregunté curioso y asustado—. Sí… claro… por favor, tío, enséñeme—. Dije aquello porque sabia que eso era lo que él quería escuchar.


—¡Muy bien, entonces te enseñaré!


Tras decir eso, solo sentí su mano meterse bajo el baby doll y su grueso y largo dedo mover a un lado el hilo de mi tanguita y comenzó a acariciar la entrada de mi ano.


La sensación era algo totalmente nuevo para mí, se sentía raro, pero era extrañamente placentero… era como sentir cosquillas, querías que se detuvieran, pero al mismo tiempo, querías que continuaran para siempre.


Tío Rafael pasó los siguientes minutos acariciando mi apretado y virgen anito con su dedo, provocándome escalofríos de placer. Yo podía sentir como mi ano se calentaba más y más, y ese calor se extendía a todo mi cuerpo.


Después de un rato bajo aquel masaje solo pude relajarme, cerré los ojos y dejé que él hiciera todo lo que él quisiera conmigo, entonces él se detuvo de repente, y después de un momento sentí como volvía a poner su dedo sobre mi ano pero esta vez estaba húmedo, poco a poco comenzó a meter su dedo dentro, moviéndolo lentamente, centímetro a centímetro.


—¡Ungh… ♡! ¡Mngh… ♡! ¡Ghnn… ♡! —Comencé a gemir de manera super femenina.


Nunca pensé que pudiera sentirse tan bien ser penetrado por ese lugar tan privado y sucio.


Eso es nena, eso es… te gusta como siente ¿verdad? ¿Lo ves? Te lo dije, eres una putita natural, eres una niña buena… Mira como tu culito se come mi dedo por completo, Tú solo relájate bebé, voy a aflojar este apretado coñito de niño que tienes, cuando esté lo suficientemente suelto voy a convertirte en una mujercita de verdad —. Al decir aquello mi tío terminó de metió su largo dedo hasta la raíz, yo gemí como una perrita, y gemí aún más fuerte cuando tío Rafa comenzó a sacar y meter su dedo de mi culito.


¡Ngh… ♡! ¡Oooh… ♡! ¡Hooh… ♡! —Yo estaba extasiado por lo bien que se sentían aquellas caricias anales, al punto que al sentir que mi tío metía un segundo dedo dentro de mí, sin saber por qué, simplemente dije: —¡Más, tío, más… por favor, más!


Él al escucharlo solo metió un tercer dedo, aunque tuvo que bajar un poco el ritmo solo un momento, por lo apretado que se puso, pero después continuó con aquel delicioso mete saca, que me hacia gemir y suspirar de placer.


Tío Rafa aceleró sus caricias, y mis gemiditos se transformaron en grititos y lloriqueos de placer. Mi micropene estaba completamente erecto, algo que solo me pasaba cuando usaba la lencería más sexy de mi tía. Incluso podía sentir como babeaba mi cosita de tan excitado que estaba.


Tío Rafa me dedeaba rápido y duro, y yo lloriqueaba y gritaba extasiado sintiendo como aquel calor hervía dentro de mi vientre, en mi ano y en mi pene, mis pezones estaban hipersensibles y duros como piedras, me dolían terriblemente, pero de una manera deliciosa, deseaba que alguien, mi tío, los tocara, acariciara y pellizcara… ¡necesitaba correrme!


Por supuesto yo ni siquiera conocía esa expresión, nunca había tenido un orgasmo hasta ese día, a lo más que llegaba era a tener erecciones mientras me vestía de niña. En esos momentos no sabia que estaba a punto de tener un orgasmo, de correrme, pero sabía que algo dentro de mi estaba a punto de explotar, de salir, y deseaba con cada fibra de mi ser que sucediera pronto, que sucediera ¡Ya!


¡Hah… ♡! ¡Hah…. ♡! ¡Hah… ♡! —Gemía yo desesperada, como una putita en celo —. ¡Más! ¡Más, tío, más! ¡ya casi…! ¡Ya casi…! ¡Ya casi…!


Pero cuando estaba por explotar… mi tío se detuvo en seco. Simplemente sacó sus tres dedos de mi interior, se levanto de la cama, cargándome como si fuera una muñeca y me arrojó a la cama.


Yo gemí y bufé desesperado, me retorcí gritando y gimiendo sobre la sedosa colcha de mi tía, completamente frustrado. Trate de terminar yo mismo usando mis manitas para acariciar y masturbar mi hambriento anito, pero mis delgados dedos de nena no eran suficientes para lograrlo.


—Tranquila nena. ¡Dios! Pareces una gata en celo, Suri… ¡Maldita sea! Eres una putita natural. Debí hacer esto desde hace mucho —.  Tío Rafa me miraba asombrado, sus oscuros ojos recorrían todo mi cuerpecito con hambre y lujuria mientras comenzaba a quitarse la ropa —. Muy bien, estás más que lista. Vamos a hacer esto cariño… voy a terminar de hacerte mi segunda mujer, voy a meterte la verga, voy a violarte, voy a cogerte como la hembra que en realidad eres. Si aguantas mi verga y la recibes como la potra en celo que en realidad eres, prometo que te compraré tus propias cositas de mujer y serás mi amante, mi perrita particular, mi putita personal. ¿Quieres eso? ¿Quieres ser mi amante, quieres ser mi putita, Suri?


Para este punto tío Rafa estaba sin camisa, y pude ver su cincelado torso, su perfectos pectorales y su bien marcado “SIX PACK” era obvio que mi tío pasaba mucho tiempo en el gimnasio, su piel oscura, casi negra relucía de sudor, me alegré de que yo lo hubiese excitado tanto. Sus pantalones de mezclilla estaban a punto de explotar, su gigantesco miembro estaba completamente duro.


¡Sí! ¡Oh dios mío, sí! —Yo gemía mientras acariciaba mi cuerpecito con mis manitas, desesperado, tratando de apagar el fuego que me consumía por dentro —. ¡Sí! ¡Sí, tío! ¡Quiero ser tu amante! ¡Quiero ser tu segunda mujer! ¡Quiero ser tu putita, tío!


¡Sabia que dirías eso, pequeña perra! Pero, si quieres ser mi amante… si quieres ser mi puta nadie debe saber sobre esto. Acabas de cumplir doce añitos y eres mi sobrino, nadie entendería que solo te estoy ayudando a convertirte en lo que en realidad eres, lo que siempre has sido. ¿Lo entiendes, Suri? No puedes contarle esto a nadie —. Tío Rafa se quitó el cinturón y se desabotonó el pantalón, listo para liberar a ese monstruo que tenia entre las piernas.


Para ese punto yo sabía lo que estaba a punto de pasar, estaba completamente consciente de lo que mi tío estaba a punto de hacerme, yo era un pequeño niño de tan solo doce añitos, ¡Acaba de entrar a la secundaria por el amor de dios! Mi tío Rafael era un macho de piel oscura, alto como un árbol, y fuerte como un toro, un maduro macho de treinta y siete años. ¡Era una locura!


A pesar de eso todo lo que estaba pasando me hacía sumamente feliz, incluso las nalgadas me encantaron, todo era parte de mi trasformación, todo era parte de mi camino para convertirme en niña, en mujercita. Así que me puse en cuatro como en algunos de esos videos que me habían enseñado mis compañeros en mi nueva escuela.


Arqueé mi espalda, separé mis piernas y alcé mi culo al aire, mostrando mis redondas y firmes nalgas en todo su esplendor.


¡Sí, tío! ¡Sí! ¡Quiero que me hagas mujer! ¡Quiero ser tu amante, tío! ¡Por favor! ¡Por favor, por favorcito! ¡Hazme tu hembra, tío! ¡Seré una niña buena! ¡No le diré a nadie sobre esto, a nadie! ¡No hablaré con nadie, pero por favor hazme mujer, tío, por favor hazme tu puta!


Sin esperar otro segundo mi tío Rafael se bajó el pantalón y la ropa interior al mismo tiempo, y por fin su enorme polla estuvo libre. ¡Era la cosa más hermosa que había visto en mi vida! ¡Fue amor a primera vista!


Su verga era simplemente perfecta, muy gorda, larguísima, muy morena, llena de venas azules, casi negras, gruesas como mis deditos por toda la sangre que bombeaba su corazón a ese increíble miembro, el glande era bulboso, enorme del tamaño de una pelota de golf, tal vez más grande, y sus testículos… ¡Oh dios mío sus bolas! Eran gigantescas, tan grandes como bolas de billar, peludas y tan llenas de semen; que colgaban muy abajo entre sus musculosos muslos velludos.


¿Te gusta lo que ves, nena? —Preguntó tío Rafa con una sonrisa presuntuosa en sus labios.


¡Oh dios mío! ¡Es enorme! ¡¿Cuánto… cuanto…!? ¡Oh dios mío! —No pude terminar la pregunta, era tanta mi sorpresa al ver aquel monstruo completamente erecto, que incluso comencé a temblar de miedo. Ya no estaba tan seguro de seguir adelante con aquello.


Veinticinco centímetros, bebé. Son veinticinco centímetros de carne de macho para ti solita nena —. Tío Rafael comenzó a frotar su gigantesca polla lentamente, esparciendo el aceitoso presemen que brotaba de la punta.


¡Oh dios mío! —fue lo único que pude repetir, mientras me mordía el labio.


—Ahora, baja la cabeza, levanta la cola y prepárate nena, estoy a punto de convertirte en mi putita.


      Obedecí como una niña buena, y enterré mi rostro entre las suaves almohadas de plumas de mi tía Samantha y paré aún más mi cola, meneando mis nalgas de un lado al otro inconscientemente, estaba en mi naturaleza tratar de atraer a mi macho para que me montara como la perra en celo que era.


Mi tío se tomo un momento para sacar de uno de los burós una botella de lubricante, después se subió a la cama de rodillas y comenzó a untar aquella sustancia viscosa y fría en mi trasero, de nuevo usó dos de sus grueso dedos para meter mucho de ese lubricante en mi apretado anito.


Yo comencé a gemir de nuevo, sintiendo el fuego crecer en mi interior y anhelando que aquella vez mi tío me llevara hasta el orgasmo.


Cuando Tío Rafa estuvo satisfecho, con una mano me tomó de la cintura y con la otra apoyó por fin su esponjoso glande en la entrada de mi anito virgen.


Yo temblaba por de expectación y el miedo, tío Rafa se tomó un momento más y entonces por fin comenzó a empujar su gordo pene dentro de mí.


—¡Uuuugnh ♡…! ¡Guuuuuh ♡…! ¡Oooh… Dios ♡! ¡Duele… duele… Oooh… mngh…! ¡Duele mucho, tío! —Gemía y lloraba como una nenita desamparada, de verdad me estaba doliendo mucho, pero ni por un segundo traté de escapar del agarre de mi tío.


Otra cosa que sucedió en ese momento fue que yo comencé a pensar en mi misma en femenino, fue ahí cuando de verdad me convertí en mujercita, cuando yo misma me acepte como fémina, como, puta como mujer.


—Tranquila nena… tranquila… relájate, bebé. Intenta relajar tu coñito… solo déjame entrar, solo déjame entrar Suri, solo relájate y déjame entrar —. Tío Rafael susurraba muy suavemente para tranquilizarme.


—¡Ungh… ♡! ¡Mngh… ♡! ¡Ghnn… ♡! ¡OH, DIOS MÍO! —grité más fuerte cundo la cabezota de su polla atravesó por fin mi esfínter.


—¡Ya está! ¡Ya está! Ya está dentro bebé, la parte más difícil ya pasó… ahora será mucho más fácil… solo relájate nenita.


—¡Ngh… ♡! 1Oooh… ♡! ¡Hooh… ♡! —Yo solo podía gemir, mi cerebro estaba tan saturado de sensaciones que ya ni siquiera podía hablar.


Tío Rafael siguió susurrándome palabras bonitas y tranquilizadoras mientras metía aquel gordo miembro dentro de mi estrecha colita. Fue penetrándome poco a poco, pero sin pausa, hasta sus enormes testículos chocaron con mis bonitas nalgas.


—¡¡¡OOOOOOOOOOOOOooooooOOOooooooooh ♡♡♡!!! —lloriqueé femeninamente, tenía esa vergota enterrada hasta la raíz, y se sentía increíble… sentía tanto dolor que era placentero, o tal vez sentía tanto placer que era doloroso, era una maldita locura.


—¡Ya está, puta! ¡Ya eres una mujer completa, ahora aguántala hasta que te preñe y serás toda mía! —Tras decir aquello él dejó caer su peso en mi espalda, pegando sus pectorales a mi espalda, y abrazándome fuertemente, sosteniéndome con sus fuertes y peludos brazos, casi como si fuera un perro montando a una perrita, sus enormes manos apretaban mis sensibles y rosados pezones, se sentía delicioso.


Tío Rafael se quedó quieto mientras mi cola se acostumbraba a su miembro, una vez que sintió que mi anito se aflojaba lo suficiente comenzó a moverse.


Atrás, y después adelante… atrás y después adelante; sus empujes eran fuertes y profundos, el bramaba arriba de mí, su varonil rostro estaba al lado del mío, su espesa barba raspando mi cuello y mis mejillas, podía respirar su aliento caliente con aroma a alcohol.


Tío Rafael intensificó sus embestidas, primero echaba sus caderas hacia atrás casi hasta sacar su vergota de mi interior, dejando solo la cabeza dentro, y después me la metía de un empujón tan intenso que movía todo mi cuerpecito hacia delante y provocaba que la cabecera de la cama chocara con la pared, provocando un sonido rítmico que se hacía cada vez más rápido e intenso.


Yo solo podía aferrarme a la colcha de la cama mientras mi pequeño cuerpo era sacudido por mi hombre.


—¡Di que te encanta! ¡Di que quieres mi verga! ¡Di que eres mi puta! —ordenó tío Rafael entre bramidos de macho en celo.


—¡Hah ♡! Hah ♡! Hah ♡! ¡Sss…! ¡Sí! ¡Soy…! ¡Soy tu puta! ¡Qui… quiero tu verga tío! ¡La quiero toda por favor! ¡Me encanta… me encanta tu vergota, tío! —grite en éxtasis, a cada segundo el dolor desaparecía y se transformaba en puro placer. —¡Uuuugnh ♡… Guuuuuh ♡…! ¡Que ricooooo! ¡Dios que rico se sienteeeee!


Y era cierto, era completamente cierto, mi penecito estaba de nuevo completamente erecto, ahí colgando entre mis gruesos muslos podía ver mi micropene con sus cinco patéticos centímetros completamente duros.


Para ese punto, ninguno de los dos estaba preocupado por nada; excepto coger. Éramos dos bestias, éramos dos animales en celo apareándose salvajemente.


¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF!


Nuestros cuerpos estaban cubiertos de sudor, sus huevos y su pelvis chocaban con mis redondas maguitas de niña una y otra vez, una y otra vez.


Tío Rafa no paraba de insultarme mientras empujaba todo su miembro dentro y fuera de mí, me llamaba puta, zorra, maricón, putita, putona, ramera, mariquita… etcétera. Cada insulto estaba acompañado con una fuerte nalgada, el sonido de aquellos azotes resonaba en la recamara matrimonial de mis tíos.


Entre sus insultos, mis lloriqueos de puta en brama, el choque de nuestros húmedos cuerpos y las sonoras nalgadas fue un milagro que los vecinos no se enteraran de que mi tío se estaba follando a su sobrinito de doce años.


Mi tío aguantó al menos treinta minutos cogiéndome sin bajar de intensidad ni un segundo, era simplemente increíble la resistencia de ese macho, esas horas en el gimnasio sí que estaban rindiendo frutos.


¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF!


Las húmedas embestidas resonaban obscenamente, y yo me estremecía y gritaba cada vez que sentía esa magnifica vergota completamente dentro de mí… ¡Dios, se sentía delicioso ser penetrada tan profundamente! ¡Me estaban cogiendo como una mujer de verdad! Mi micropene estaba babeando como loco, una delgada y acuosa cuerda de presemen colgaba y escurría desde mi rosado glande hasta la colcha favorita de mi tía Samantha.


Mi rostro estaba enterrado en la colcha y solo podía ver entre mis piernas como sus gigantescas bolas se balanceaban y chocaban con mis gruesos y cremosos muslos blancos.


Podía sentir como su respiración se aceleraba, como sus embestidas se volvían cada vez más rápidas e intensas; me estaba metiendo la verga hasta el fondo, como si quisiera que su glande me saliera por la boca.


—¡Joder! ¡Tienes el coño más apretado que me he cogido nunca, putita! ¡Tu coño de niño me está apretando la verga como si quisiera arrancármela! —Tío Rafa bramaba y gruñía como un león herido, mientras seguía penetrándome con esa velocidad y fuerza sobrehumana.


—¡Hah ♡! ¡Hah ♡! ¡Hah ♡! —gemía yo femeninamente—. ¡Oooh sí, Oh sí… ♡! ¡Mnghhh ♡! ¡Dios! ¡Más, tío, más ♡! ¡Nghhh ♡! ¡Más rápido ♡! ¡Más fuerte ♡! ¡Más fuerte… más fuerte… por favooor ♡! ¡Nghuuuuh ♡! —Yo casi ni entendía lo que mi macho estaba diciendo, simplemente me limitaba a gemir y rogar por más de aquel placer enloquecedor que su gigantesco miembro me estaba provocando.


—¡Ya casi putita! ¡Ya casi llego! ¡Voy a preñarte, niña hermosa! ¡Voy a llenarte tanto de leche que voy a preñarte como la perra que eres! ¡¿Estás lista, pequeña ramera?!


No me dio tiempo a responder cuando tío Rafael me abrazó más fuerte, y sujetándome por mi pecho, me atrajo hacia sus poderosos pectorales para usarme como una muñeca, tío Rafa rugió mientras daba sus últimos empujones, mientras yo miraba al techo, sin ver, loquita de placer.


Tras tres profundas embestidas pude sentir como aquel enorme pene se hacía más grande aún, sentí como aquella vergota latía dentro de mí, escupiendo espesas y calientes cargas de semen en lo más profundo de mi recto.


—¡¡¡OOOOOOOOOOOOOooooooOOOooooooooh♡♡♡!!! ¡¡¡Ahhhhggghhh!!! ¡¡¡Dioooooooss que ricoooo ♡♡♡!!! —Me corrí como una perra, sentí que me moría, todo mi cuerpo temblaba de placer, mi ano estaba ardiendo, igual que mi vientre y mis pezones; mis ojos se pusieron en blanco y mi boquita abierta solo babeaba sin control, mientras que mi micropene saltaba, temblaba y escupía acuoso y transparente jugo de niña con cada disparo de semen de hombre de verdad que tío Rafa depositaba en mí.


—¡Me corro, putita! ¡Me estoy corriendo dentro de ti, zorrita! ¡Ahora eres mi puta! ¡Ya está… ya está, ahora de verdad eres mi mujer! ¡¿Puedes sentir como te estoy preñando putita?! ¡¿Sientes cómo te estoy llenando de leche, pequeña marica preciosa?! —tío Rafa bramaba y bufaba como un toro mientras descargaba sus bolas dentro mío, parecía que no se detendría nunca, yo pude contar más de ocho disparos.


Tras tenerme un rato entre sus fuertes y peludos brazos, ambos jadeando y tratando de recuperar el aliento.


Tío Rafael esperó hasta descargar la última gota de su esencia en mi interior, y después de un minuto por fin pude sentir como su gorda polla se desinflaba poco a poco y después salía de mi culo por sí misma haciendo un ruido de vacío, como cuando uno descorchaba una botella.


—¡Ah, ah, ah ♡♡♡! ¡Eso fue… eso fue… eso fue simplemente increíble, tío ♡♡♡! ¡Eso se sintió… riquísimo ♡♡♡! —Yo seguía respirando entrecortadamente, mi cuerpecito temblaba todavía, así de intenso había sido mi primer orgasmo.


 —Lo hiciste genial cariño. Eres verdaderamente una putita natural… naciste para esto Suri. Dios sabe que naciste para ser mi amante. ¡Eres una putita deliciosa, Suri!


Tío Rafael me soltó y yo caí desmadejada sobre la colcha, ahora completamente arruinada, arrugada y mojada con nuestros jugos.


Mi mente seguía drogada por el placer y solo pude acomodarme un poco para ver a mi tío, estaba hermoso, ahí de pie, desnudo, musculoso, moreno, con sus más de dos metros de altura, y ese rostro tan varonil y apuesto.


Su gigantesca verga colgaba semiflácida entre sus musculosos muslos, empapada con mis jugos y su semen, incluso podía ver como tenía un poco de espuma y nata en la raíz de aquel pollón.


—¡Gracias, tío ♡♡♡! —respondí sonrojada, sintiéndome muy alagada, ¡Tío Rafa había dicho que era una putita deliciosa!


—Ahora Suri, ven y limpia mi verga con esos labios de puta que tienes. —Mi tío ordenó con esa ronca voz que me fascinaba.


—¿Cómo? —Pregunté nerviosa.


—¡Ven y limpia mi verga con esa boquita de zorra! ¿O acaso no eres una niña buena? —Tío Rafael repitió la orden, un poco más enojado.


—¡Soy una niña buena, tío! ¡Lo soy! ¡De verdad lo soy!


Y diciendo aquello; me arrodillé y fui a gatas hasta el final de la cama, donde aquel semental de dos metros me esperaba con esa inmensa verga morena cubierta de jugos sexuales.


Tío Rafael me miraba desde las alturas con esa sonrisa malvada y engreída; seguro de que lo obedecería al final. Y así fue.


Muy nerviosa y con un poco de asco agarré esa vergota morena; era increíblemente pesada, dura y gorda. La cabezota era de color purpura, completamente hinchada en forma de hongo, y el tallo lleno de gruesas venas azules, casi negras. Era tan gorda que mis dedos no se tocaban al rodearla, era como sostener una lata de refresco.


Me sentí muy sorprendida al pensar que aquel monstruo de veinticinco centímetros había estado dentro de mi estrecho culito.


Aquel pollón era realmente intimidante, pero al mismo tiempo era la cosa más hermosa que había visto en mi vida.


—¡Apresúrate y limpia mi verga, Suri! ¡Sé una buena putita! —Ordenó mi tío Rafa de manera dominante.


—Sí tío… perdón tío…


Le di la primera lamida muy tímidamente, el sabor de su semen, y mis jugos era muy extraño, como nada que hubiese probado nunca. Pero no era del todo desagradable, así que después de esa primera lamida, siguieron muchas más, cada una más intensa que la anterior… pronto estuve sorbiendo, besando y lamiendo aquel gigantesco miembro como si fuera la golosina más deliciosa del mundo, y la verdad es que sí lo es, no hay nada más delicioso para mí que una vergota, grande gorda y venosa.


—Así… así nena, chupas como una verdadera putita. Siempre supe que serías una buena chupapollas, esos labios gordos de putita que tienes no sirven para otra cosa. Sigue así, Suri, límpiame la verga… anda se una niña buena.


Obedecí y comencé a limpiar la base de su vergota, donde estaba acumulada aquella extraña nata; mi tío Rafa había usado mi culito como una mantequillera, y me había cogido tanto y tan rápido que había logrado batir su propio semen hasta convertirlo en aquella espesa y espumosa nata de semen.


Cuando la probé solo pude pensar algo: ¡Era simplemente deliciosa! Aquel semen batido era exquisito… Tenía un sabor, fuerte, salado, intenso y muy varonil. Me convertí en adicta desde ese primer momento.


Sorbí, chupé y lamí hasta dejar limpia la base de aquella polla gigante, casi tuve que masticar esa deliciosa masa de tan espesa que era.


Cuando por fin aquella hermosa vergota quedó limpia y brillante con mi saliva, mi tío Rafael me tomó de la cabeza y dirigió mis pequeños y gordos labios de puta a sus pesados y peludos huevotes, y esta vez me puse a lamerlos, limpiarlos y adorarlos sin que tío Rafa me lo tuviera que pedir.


—¡Muy bien, Suri! ¡Joder! ¡Chupas como una profesional, nena! ¡Así, así bebé! ¡Trágate mis huevos! ¡Chúpame las bolas, cariño, para eso naciste, Suri! —Tío Rafa gruñía de placer.


Yo me sentía sumamente feliz, y orgullosa, me llenaba de dicha poder darle tanto placer a un hombre siendo yo solo una pequeña marica.


Lamer sus testículos fue una experiencia deliciosa, me sentía tan puta, tan perra, lamiendo y chupando sus gigantescas bolas; eran peludas y saladas, no podía meterme ni siquiera uno de sus testículos en mi boquita, así de grandes eran.


Lamia, chupaba y mordisqueaba uno, y después el otro, mi rostro era un desastre, un montón de saliva y sudor cubrían todo mi rostro, aquella baba era tan espesa y espumosa que ni siquiera podía abrir los ojos.


Tío Rafa me separó de su entrepierna y después metió su vergota en mi boca, y comenzó a tratar de penetrar mi garganta.


 Apenas y me cabía esa vergota en mi boquita y pronto me dieron arcadas, tío Rafa metía poco a poco su miembro en mi garganta, y yo solo trataba de no ahogarme o vomitar, concentrándome en respirar por la nariz.


Pasé más de cuarenta minutos mamando el pollón de mi tío, o, mejor dicho, pasé más de cuarenta minutos tratando de no desmayarme mientras mi tío trataba de violar mi garganta con su vergota.


Todo el tiempo que duró la mamada mis bonitos ojos claros estaban fijos en los oscuros ojos de tío Rafa, admirando su musculoso cuerpo y su rostro masculino.


Mis manitas no se quedaron quietas, una de ellas acariciaba sus pesados y peludos testículos, mientras pasaba la otra por sus bien cincelados abdominales, a veces incluso acariciaba sus nalgas con las dos manos como tratando de meter más de aquella vergota en mi garganta.


—Mhg… Ahgg… ¡Joder! —bufaba mi tío —¡Me encanta como se siente tu garganta, bebé! ¡Apenas tienes la mitad dentro… pero no importa, pronto podrás tragártela completa! ¡Ya casi! ¡Estoy por correrme, putita! ¡Quiero que te tragues toda mi leche, hasta la última gota, zorrita! ¿Lo entendiste?


—Blugh… ♡♡♡! ¡Slurp… ♡♡♡! ¡Sss… sí! ¡Glurgh… ♡♡♡! ¡Sí… tío! —respondí yo mientras daba arcadas, sorbia y chupaba su magnífica verga.


Tío Rafa aceleró sus embestidas y después de un par de minutos más comenzó a correrse dentro de mi garganta.


Sentí como disparaba su caliente y espeso semen directo a mi garganta, una y otra vez, conté seis disparos, que tragué sin siquiera proponérmelo, simplemente fue un reflejo para no ahogarme, los últimos chorros de leche, me los dio en la boca, pues tomándome de la cabeza me alejó de él lo suficiente para que solo su glande quedara dentro de mi boquita.


El sabor de leche de macho fresca era delicioso, menos intenso que el de la nata que había limpiado y tragado antes, pero mucho más dulce.


Tío Rafa se quedó ahí con la cabezota de su pollón dentro de mi boquita, recuperando el aliento, y yo solo atiné a succionar con todas mis fuerzas, mientras exprimía el tallo de su verga desde la base hasta la punta con mis manitas, como tratando de sacar hasta la última gota de leche que mi tío pudiera darme.


—¡Dioooosss! ¡Maldita puta! ¡Quieres dejarme seco… chupas como una puta de profecional! ¡Que rico mamas verga, Suri! —Tío Roge me sostenía de mis rizados cabellos y trataba de alejarme de su vergón, pero yo no quería separarme de mi nuevo juguete favorito, y seguía chupando y succionando con todas mis fuerzas mientras lo masturbaba con mis dos manitas —. ¡Suéltame putita! ¿Acaso quieres arrancarme la verga?


Tío Rafa se escuchaba entre excitado, sorprendido, y asustado. Le tomó un par de jalones separarme de aquel magnifico miembro y cuando lo logró el sonido de vacío que resonó en el cuarto fue muestra de cuan fuerte estaba chupando su polla.


Yo saboreé la espesa crema de macho en mi boca, paladeándola lentamente antes de tragar, fue difícil, era tan espesa y pegajosa que se pegaba a mi garganta al bajar, al final abrí la boca y saqué la lengua completamente limpia, mostrándole a mi tío lo buena niña que era, me había tragado hasta la última gota.


Nos quedamos ahí en silencio un largo rato, ambos recuperando el aliento.


Yo con la lengua de fuera, jadeando como una perrita, mi rostro debía ser un desastre total, lleno de semen, saliva, sudor, mocos, y lágrimas; pues su intento de violar mi garganta me había hecho lagrimear durante toda la mamada.


—¡Justo ahora, así, te ves preciosa, Suri! —Tío Rafael me miraba extasiado, con una sonrisa extraña en sus labios, era como si nunca hubiese visto algo parecido a mí, como si yo fuese un espécimen extraño y exótico.


—¡Gracias, tío!


Eran pasadas las seis de la tarde cuando tío Rafa terminó conmigo, habíamos estado cogiendo casi tres horas seguidas.


La cama había quedado hecha un desastre, completamente empapada y pegajosa con nuestros jugos. La habitación apestaba a sexo. Y tanto tío Rafa como yo estábamos bañados en sudor.


—Ve a bañarte, nena, después comienza a preparar la cena, me muero de hambre. Tu mamá y tu tía no tardan en llegar… yo voy a echar estas cobijas y sabanas a la lavadora, ya vere que excusa le invento a Samantha —. Tío Rafael dijo aquello mientras yo seguía de rodillas sobre la cama, con mi carita bañada en su semen y mi saliva.


—¿No quieres bañarte conmigo, tío? —pregunté de manera coqueta y sensual, mientras recogía semen de mis mejillas con mis deditos y los lamia golosa.


Tío Rafa me miró, de nuevo tenía esa expresión sorprendida. Al parecer le excitaba tanto como le asustaba lo puta que yo podía llegar a ser.


—No es buena idea, bebé. Si entro a la ducha contigo voy a terminar cogiéndote de nuevo, y tu madre va a descubrir que tiene un putón por hijo, y tu tía va matarme por infiel—. Tío Rafa dijo aquello mientras acariciaba su vergota que amenazaba con ponerse dura de nuevo.


Yo me reí coqueta y sonrojada, alagada al saber que podía excitar a tal grado a mi tío.


Me bajé de la cama y con las piernas temblando como las de un ciervo recién nacido caminé al baño de mis tíos, pude sentir su lujuriosa mirada en mi colita todo el tiempo.


 


 


♡ ♡ ♡


 


Mi mami y mi tía llegaron a las siete de la noche, salían de trabajar a las cinco o seis de la tarde según lo ocupadas que estuvieran en el hospital, y tardaban una hora y media en llegar a la casa en el auto de mi tía.


Yo estaba en la cocina, dándole los últimos toques a la cena, bañado y completamente limpio, oliendo al champú de flores y miel de mi tía Samantha.


Mi tío, también recién bañado, estaba sentado en sus lujoso y gigantesco sillón reclinable de cuero negro, frente al enorme televisor de su sala, mirando un partido de beisbol, y bebiendo una cerveza bien fría.


Las sabanas y cobijas que habíamos manchado con nuestra pasión estaban dando vueltas en la secadora en el cuarto de lavado de mis tíos.


Mientras cenábamos, tío Rafa dijo que había salido del cuartel unas horas antes gracias a no sé qué problema con los nuevos reclutas o algo así. También explicó que derramó cerveza sobre la cama al intentar ver el beisbol en la recamara matrimonial. Dijo que me llamó por teléfono para que fuese a preparar la cena ya que él era un desastre en la cocina.


Tía Samantha lo regañó por ser tan descuidado y me dio las gracias por ir a su casa a preparar la cena para los cuatro.


Mi madre en cambio me miraba extrañada, se había dado cuenta de que ambos estábamos recién bañados, pero no hizo preguntas y comimos como una familia feliz.


Yo no podía dejar de sentirme emocionado, culpable y un poco excitado al sentir como de mi anito escurría la leche de mi tío Rafael mientras yo comía y le sonreía a su esposa descaradamente, todo aquello me hacía sentir putísima, toda una hembrita, tan mujer como para ser la amante de un macho casado tan varonil y masculino como mi tío Rafael.


Era definitivo, esa tarde mi tío me había convertido en su mujercita a punta de vergazos.

♠ Capítulo 15 ♠

 

 ♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥
♥“Jerry” sabado 18 de octubre ♥
♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥♠♥

Te levantas temprano en la mañana para preparar el desayuno de la familia, pues, a pesar de que en realidad estás muy enojado por la falta de cariño y respeto que últimamente te muestra tu familia, y sería una buena lección para ellos obligarlos a prepararse su propio desayuno… bien sabes que no tienes el valor suficiente para hacerlo. No quieres hacer enojar a nadie, en especial a tu esposa, pues lo último que necesitas es que Hannah te castigue con otra semana en el sillón.

Hablando del sillón… es casi imposible dormir en ese viejo mueble, y cada día te despiertas con nuevos dolores y contracturas en el cuerpo, sencillamente es más fácil levantarse temprano y comenzar a cocinar que seguir acostado en ese incómodo y viejo sofá.

Son pasadas las ocho de la mañana cuando escuchas el ruido de tacones bajando por las escaleras, inmediatamente después tu esposa, Chloe y Alex entran al comedor y sus dulces y femeninas voces y risitas llenan el aire.

Escuchas como tu familia se sienta en la mesa y comienza a comer el desayuno que con tanto esfuerzo has preparado sin siquiera darte los buenos días.

Tú sigues en la cocina preparando la última tanda de huevos revueltos, y escuchas las hermosas y suaves voces de tu esposa e hijas charlando y riendo, es un sonido celestial, y por un momento puedes imaginar que todo lo que ha pasado en las últimas dos semanas ha sido solo un mal sueño.

Pero cuando entras al comedor tus esperanzas se hacen pedazos al ver a tu esposa y a tus dos hijos vistiendo como un trío de sexys prostitutas de lujo.

Hannah viste su sensual bata de seda roja que se pega a su voluptuoso cuerpo como una segunda piel, debajo puedes distinguir un brasier y unos pantis de encaje del mismo color, y aunque las prendas no son vulgares en sí mismas, Hannah luce arrebatadoramente sexy, ella ha estado usando prendas más y más sensuales con el pasar de los días, y aquello te pone nervioso por alguna razón.

Pero la sexy bata de seda de tu esposa no es nada comparado con la ropa que llevan Alexis y Chloe. Tus dos hijos están vistiendo sendos juegos de provocativa lencería fina. Chloe está usando un ajustado Teddy de encaje negro tan pequeño y transparente que puedes ver perfectamente sus rosados pezones y su bien afeitada vagina. Ella también está usando una pequeña bata de seda negra, pero la lleva abierta. Exhibiéndose impúdica ante cualquiera que estuviera ahí para verla.

Alex por su lado viste otro de aquellos diminutos BABYDOLLS transparentes. Debajo una pequeñísima tanga apenas cubre su micropene, sus largas y bien torneadas piernas están enfundadas en unas sexys medias que llegan a la mitad de sus gordos muslos, Alexis también está calzando un par de aquellos altos tacones de plataforma de puta que tanto le gustan, todo su atuendo es de color rosa chicle que combinaba perfectamente con su cabello rubio fresa.

Te das cuenta sorprendido que tu esposa y Chloe también calzan zapatillas de plataforma con tacones de quince centímetros cada una.

Con un suspiro te sientas y comienzas a comer mientras pones atención a la animada charla que está teniendo tu familia.

“¡Te lo juro mamá! Jamal está obsesionado con la garganta profunda, mi BLACK KING trató de meter esas deliciosas doce pulgadas de chocolate negro hasta el fondo de mi garganta… por supuesto no pude comerme toda esa carne negra por completo, es demasiado gorda y larga… solo pude llegar la mitad, la verdad es que me siento muy avergonzada por ello… una buena niña blanca debería ser capaz de tragar su enorme verga negra hasta la raíz.”Chloe luce preocupada y deprimida al explicar aquellas horribles cosas.

“Emily me ha explicado que para los machos negros es muy importante que sus putas blancas sean capaces de recibir sus BIG BLACK COCKS completas en todos sus agujeros… al parecer el valor de una zorra blanca se mide por su capacidad de aguantar sexo rudo y recibir sus enormes vergas negras hasta la raíz, entre más abuso y más carne negra podamos aguantar, más valiosas seremos ante los ojos de los hombres reales… es decir más valiosas serán las putas blancas para los toros negros. Emily dice que la hermosa cultura negra es completamente diferente a la recatada y represiva cultura blanca… para los hombres negros es importante poseer buenas putas blancas que sean capaces de disfrutar sexo rudo con muchos y deferentes machos negros, para ellos es importante poder presumir de la calidad de sus perras blancas frente a otros machos negros, pues para ellos es normal compartir a sus hembras blancas con sus amigos, hermanos o padres.”Alexis explica a aquello con su dulce y cantarina voz mientras come yogurt de fresa de una manera bastante vulgar.

“¡OH MY GOSH! La cultura negra es fantástica, los machos negros son tan unidos… se nota que son una comunidad muy unida que lo comparte todo, no como los inseguros hombres blancos que siempre se muestran celosos y envidiosos con sus mujeres.”Hannah exclama completamente interesada en las palabras de Alex.

“¿Eso es cierto?”Pregunta Chloe muy preocupada. “Entonces debo esforzarme en mejorar mis habilidades… no quiero que mi BLACK DADDY se avergüence de mí.”Chloe suspira preocupada, pero con una mirada decidida. “Quiero que Jamal se sienta orgulloso de su puta blanca y tenga la confianza de compartirme con sus amigos… es decir que tenga la confianza de presumir ante sus amigos.”Chloe dice aquello mientras su hermoso rostro se sonroja fuertemente.

Tu escupes el café al escuchar como tu hermosa hija está dispuesta a ser compartida con los amigos de aquel maduro y peligroso mafioso negro… ¿Cómo es posible que tu hija que hace apenas unas semanas era una buena y recatada niña católica, ahora esté dispuesta a ser tratada como una puta barata por muchos hombres negros? ¿Qué demonios está sucediendo? Te preguntas por centésima vez.

Desearías poder intervenir en aquella horrible conversación, pero las últimas veces que lo has hecho no ha terminado bien, así que te muerdes la lengua y te quedas callado.

“¿De verdad su BIG BLACK COCK mide doce pulgadas?”Escuchas como tu hermoso hijo pregunta mientras finge estar muy concentrado en sus huevos revueltos, pero sus hermosos ojos grises brillan con curiosidad y deseo.

¡Por supuesto que estoy segura de que su hermosa BIG BLACK COCK mide doce pulgadas! ¡Yo misma medí esa hermosa anaconda negra ayer!” Chloe responde de inmediato, levantando la voz un poco molesta de que su pequeño hermanito marica ponga en duda la masculinidad de su macho.¡Mi BLACK KING tiene un delicioso y gordo salami de doce pulgadas colgando entre sus piernas! ¿o debería decir rodillas? ¡Es taaaan largo!”

“¡OH MY GOSH!¡Doce pulgadas! ¡Asombroso! ¡Eso suena simplemente asombroso cariño!¡Eres una niña tan afortunada, Chloe! Tu BLACK KING parece ser un hombre asombroso… me encantaría conocerlo pronto.” Tú esposa está sonrojada y sus ojos brillan codiciosamente.“Deberías invitarlo a cenar un día de estos. ¿Verdad Jerry?” Hannah te pregunta aquello tan tranquilamente como si te estuviese proponiendo la mejor idea del mundo.

Te quedas congelado con una estúpida y asustada expresión es tu rostro, y no respondes de inmediato.

“Yo… yo no sé si… es buena idea… podría ser peligroso… es decir… no lo sé… yo no creo que…” Tartamudeas patéticamente tratando de evitar que aquel peligroso mafioso negro entre a tu casa, pero no te atreves a llevarle la contraria a tu esposa. ¡De verdad no quieres pasar otra semana durmiendo en el sillón! “Yo… yo de verdad no creo que… es decir yo…”

Tus tartamudeos son interrumpidos por la dulce vocecita de Alex.

“Doce pulgadas…”,suspira tu precioso hijo soñadoramente mientras su bonita mirada se pierde en el infinito como Si tratara de imaginarse aquella increíble BIG BLACK COCK. “Jamal parece ser un macho alfa muy dominante y agresivo, definitivamente deberás esforzarte si quieres seguirle el paso. No querrás que busque alguna otra putita blanca que si esté a la altura y pueda tragar completamente esa enorme verga negra…”Lexy dice aquello con un poco de veneno en su dulce voz.

“Y crees que tú podrías ser esa pequeña puta blanca, ¿verdad?”Chloe pregunta con una voz fría y peligrosa.

“Yo no dije eso…”Responde Alexis fingiendo inocencia, “Pero si esa BBC es demasiado trabajo para ti, no me molestaría ayudarte un poco.”La dulce voz de tu bonito hijo suena juguetona y alegre, incluso un poco desafiante.

“¡Esas son unas palabras muy grandes para una pequeña marica virgen!”Chloe contesta desafiante con una sonrisa cruel. “¡Jamal es mi hombre, hermanito! ¡Mantén tus pequeñas manos maricas lejos de mi BLACK KING!”Aunque su voz suena juguetona sus ojos son serios y fríos.

Desde que comenzó esta horrible obsesión de tu familia por los machos negros, Alexis se muestra cada día más y más confiado y seguro de sí mismo, cosa completamente impensable hace un mes, cuando el pequeño y femenino niño blanco se negaba a salir de su habitación. Una parte de ti está feliz por el progreso de tu hijo, pero tu alegría se ve nublada al comprender que ese cambio de humor tiene raíz en su reciente feminización.

“Puedo mantener mis manos lejos de tu BLACK KING todo lo que tu quieras… Pero, tal vez Jamal no pueda mantener sus negras y grandes manos lejos de mí una vez que me conozca.” Alexis responde con una mirada traviesa y una sonrisa astuta.

“¡Alexis Smalls!”Tu esposa da un pequeño grito de sorpresa al escuchar su niño especial hablar de esa forma, su mano está cubriendo sus gordos labios de puta en un gesto de sorpresa exagerado, como si le escandalizara el comportamiento de Alex, pero no engaña a nadie, pues una sonrisa traviesa ilumina su rostro de inmediato, es obvio que Hannah también está contenta con la nueva personalidad confiada y alegre de Alex. “No creo haberte criado para ser una pequeña gatita ladrona… ¡Eres una niña traviesa!”Hannah le da un suave golpe en el hombro a su hijo de manera juguetona mientras se ríe.

Alex y Chloe se miran enojadas durante un tenso y largo minuto e incluso tu sientes la tensión en el aire al parecer tu hija mayor tiene garras y está dispuesta a usarlas para defender su territorio.

“¡Solo estaba bromeando mami! Yo le pertenezco únicamente a mi BLACK DADDY.”Por fin Alex rompe el silencio un poco intimidado por su hermana, pero antes de que pueda agregar algo más su celular suena con un cursi y femenino tono. “¡OH MY GOSH! ¡Es mi BLACK DADDY!” Grita emocionada al ver la pantalla y contesta extremadamente emocionado.

Chloe y Hannah lanzan agudos, y emocionados grititos adolescentes. Ambas comienzan a hablar y reír al mismo tiempo causando un gran alboroto.

“¡¿Qué hago?! ¡¿Qué hago?!”Pregunta nervioso tu hermoso hijo mientras el celular vibra entre sus pequeñas y blancas manos.

“¡Contesta, contesta rápido hermanito! ¡Pero usa el altavoz Lexy! ¡Quiero escucharlo todo!”Grita emocionada Chloe, que ha olvidado su enfado mágicamente, al parecer solo hace falta la presencia de un macho negro para apaciguar la furia de tu sexy hija, incluso si esa presencia es solo una voz en un teléfono.

“¡No es bueno que dejes esperando a tu BLACK DADDY, Lexy! ¡Contesta cariño! Y haz caso a tu hermana, por favor usa el altavoz cariño.” Tu esposa también suena ansiosa por escuchar la voz de un hombre negro.

Por fin armándose de valor Alexis contesta con su suave y dulce voz de niño marica.

“¡Buenos días BLACK DADDY!”La voz de tu hijo se torna aún más aguda, infantil y dulce si eso es posible, se nota su esfuerzo por parecer más femenino e infantil cada vez que habla con su macho negro.

“¿Hola BABYGIRL, me extrañaste?”La profunda y grave voz del Sr. Osei retumba por el altavoz del iPhone rosa de tu hijo, e incluso tú sientes un temblor en el cuerpo al oír aquella imponente voz más parecida al rugido de un león.

“Lexy ha extrañado mucho, mucho, mucho a su BLACK DADDY” La emoción y felicidad en la aguda voz de tu hijo son prueba más que suficiente para demostrar que no estaba mintiendo.“¿BLACK DADDY se encuentra bien? ¡Lexy ha estado muy preocupada por su BLACK DADDY, Lexy piensa que su BLACK DADDY trabaja demasiado, Lexy extraña mucho, mucho, mucho a su BLACK DADDY!”Alexis está gimoteando mientras hace un sexy puchero con sus gordos labios de puta.

“BLACK DADDY también ha extrañado mucho a su BABY GIRL. Esta semana he estado muy ocupado, trabajando como un esclavo negro. ¡Ha-ha-ha!” La risa franca del Sr. Osei resuena por el altavoz. “Sí, esta semana ha sido muy difícil, y ha sido más difícil por culpa de mi pequeño SASSYBOY.” La voz del Sr. Osei suena falsamente molesta.

“¿Por culpa de Lexy, DADDY?” Pregunta tu pequeño hijo completamente aterrado, sin saber qué pecado pudo haber cometido para hacer enojar a su BLACK DADDY. “¿Qué hizo mal Lexy? Lexy lo lamenta mucho, mucho, mucho DADDY! Sea lo que sea que Lexy hizo mal, lo lamenta mucho…”

Pero antes de que Alexis comience a llorar por la culpa, la ronca voz de león del Sr. Osei lo interrumpe.

“Toda la semana he estado pensando en el pequeño y delicado cuerpo de mi pequeño y LADYBOY... He pasado toda la semana pensando en el gordo y redondo culo de potrilla de mi hermoso SISSY BOY... He pasado toda la semana imaginado cómo voy a destrozar el rosado y apretado BUSSY a mi preciosa princesa marica con mi enorme y gorda verga negra... He estado pensando en desvirgar a mi lindo putito cada noche, y cada noche he aguantado las tentación de masturbarme o conseguir a alguna puta blanca y descargar mi carga dentro de ella... He estado guardando toda mi leche para hoy. Tu BLACK DADDY ha estado guardando todo su semen para su pequeña BABYGIRL, y las bolas de BLACK DADDY están por reventar Lexy. Espero que estés preparada para recibir toda esa leche caliente en tu sexy boquita de puta”. La ronca voz del Sr. Osei suena verdaderamente amenazante, es más que obvio que no está mintiendo.

Aquel enorme macho negro ha soportado una semana entera sin descargarse, guardando cada gota de su espeso y africano semen solo para que tu pequeño, hermoso y afeminado hijo se coma toda aquella leche de macho negro... sientes tantas náuseas que estás a punto de vomitar el desayuno al imaginar aquello.

Miras a tu esposa esperando que Hannah esté tan asqueada e indignada como lo estás tú, pero ella solo sigue ahí sonriendo, sonrojada y completamente emocionada, sus hermosos ojos brillan de emoción, Chloe tiene una expresión similar, es obvio que ambas apoyan la idea de que tu hermoso hijo beba el semen acumulado de una semana de un maduro macho negro que bien podría ser el abuelo de Alexis.

Alexis por su parte está respirando erráticamente mientras tiembla de emoción, se está mordiendo sus gordos labios de puta, seguramente imaginando los enormes y negros testículos del Sr. Osei completamente llenos, pesados y cargados con espesa caliente y masculina leche de macho negro... Puedes ver como Alex traga saliva y se lame los labios, puedes ver como se le hace agua la boca al imaginar la asombrosa cantidad de semen que su BLACK DADDY puede producir en una semana entera.

“¡Sí, BLACK DADDY, sí... tú BABYGIRL está lista para recibir toda la deliciosa leche de su BLACK DADDY...! ¡Lexy quiere todo el semen africano de su BLACK DADDY en su boca, y en su BUSSY...! ¡Lexy quiere que su BLACK DADDY la convierta por fin en una niña de verdad! ¡Lexy quiere que BLACK DADDY transforme a Lexy en una mujercita de verdad!” Dice Alex todo aquello con esa mimada, empalagosa y sensual vocecita de princesa puta. Su voz es tan erótica que incluso algunas palabras suenan como gemidos, pero la voz de tu hijo no suena falsa o fingida, simplemente parece natural para Alex hablar de aquella pornográfica manera al enterarse de los planes que tiene su BLACK DADDY para él.

“Tu BLACK DADDY está muy feliz de escuchar eso BABYGIRL. Ahora sé una niña buena y prepara un poco de ropa para este fin de semana. Tendremos una cita esta noche y después pasaremos todo el fin de semana juntos. Pasaré por ti a las siete de la noche, usa algo sexy y elegante, iremos al Alinea. Después pasaremos la noche en mi casa... aunque debo advertirte que no dormirás ni un poco esta noche, te lo prometo...” La insinuante promesa provoca que un escalofrío recorra el pequeño cuerpo de tu hijo, tu estás a punto de intervenir, gritar o arrojar el celular contra la pared para detener aquella locura, pero de nuevo te contienes al recordar lo enorme y fuerte que luce el Sr. Osei y lo fácil que sería para él destruirte.

“¡Sí, sí, sí! ¡Lexy estará lista para todo lo que su BLACK DADDY quiera! ¡Gracias, gracias BLACK DADDY! ¡Lexy ama mucho, mucho, mucho a su BLACK DADDY! ¡Esta será la primera cita de Lexy, Lexy está muy, muy emocionada.” Alexis está tan emocionado que todo su cuerpo tiembla y su voz se ha vuelto tan aguda que apenas se puede escuchar.

“BLACK DADDY está feliz de poder reventar tu cereza. Por cierto, BLACK DADDY trajo regalos para su BABY GIRL.” El Sr. Osei agregó de manera insinuante.

“¡¿Un regalo?! ¡Oh, gracias DADDY, gracias! ¿Qué es? ¿Qué es? ¡Lexy quiere saberlo!” Tu hermoso hijo está dando saltitos en su silla de la emoción, haciendo que sus pequeños pechos tiemblen un poco.

“Es una sorpresa BABY GIRL. Pero solo te daré el regalo si eres una buena niña y tragas todo mi semen sin derramar una sola gota, espero que te esfuerces mucho princesita” El Sr. Osei se escuchaba divertido pero amenazante.

“¡Por supuesto! ¡Claro que sí! ¡Lexy se esforzará al máximo, yo me beberé toda, toda, toda la deliciosa y espesa leche de BLACK DADDY, hasta la última gota, Lexy se muere de ganas por probar el semen de un hombre real! ¡Será un honor tragar toda la carga de mi BLACK DADDY! ¡Lexy dará su mejor esfuerzo, Lexy lo promete!”

Tu hermoso hijo se escucha desesperado, casi frenético, su deseo de obedecer y complacer a su macho negro es casi obsceno. Tú sientes como la comida se revuelve en tu estómago, cada segundo es más difícil no vomitar sobre la mesa.

“Lo sé BABY GIRL, sé que lo harás. Eres una niña buena, me encanta la idea de ser tu primera vez en todo, me vuelve loco saber que eres un pequeño SISSYBOY inocente y virgen... voy a disfrutar mucho corrompiendo y violando a mi pequeña princesa marica... Ahora se una niña buena y prepara tus cosas, nos vemos en la noche. BALCK DADDY ama a su BABYGIRL”La voz del Sr. Osei deja en claro que la conversación ha terminado.

“Gracias DADDY, Lexy será una niña buena y estará perfecta para la cena. Lexy ama mucho, mucho, mucho a su BLACK DADDY”.

La llamada por fin termina y Alexis levanta su gris mirada dándose cuenta de que todos lo están mirando.

Hannah y Chloe gritan emocionadas y felicitan a tu hijo, como si Alex hubiese ganado la lotería o algo parecido.

Los siguientes diez minutos son una cacofonía, las tres voces gritan, chillan y ríen histéricamente, hablando sobre la importante noche que vivirá Alexis en tan solo unas horas.

Chloe no para de dar consejos nacidos de su reciente experiencia interracial, mientras que Hannah simplemente abraza a su niño especial mientras le dice lo orgullosa que está de él y que es natural si está nervioso o si tiene miedo, pero que todo saldrá bien al final.

“OH MY GOSH! No puedo creer que mi hermanito esté a punto de convertirse en una niña de verdad… no me creo que el Sr. Osei va a desvirgar a mi pequeño hermanito esta noche”Chloe dice aquello muy emocionada y conmovida mientras abraza a su hermanito.

“Yo tampoco puedo creer que esto esté pasando... mi niño especial se convertirá en una putita de verdad esta noche... mi Lexy se convertirá en una mariquita completa esta noche... ¡Estoy tan orgullosa! Ten mucho cuidado bebé, obedece a tu BLACK DADDY y trata de relajarte... será doloroso pero sé que estás listo… naciste para esto... solo déjate llevar y disfruta el momento mi niño hermoso, sé que actuarás como toda una putita y que el Sr. Osei quedará completamente enamorado de tí después de violarte toda la noche… es decir, después de hacerte el amor toda la noche.” Hannah se abraza y besa el rostro de Lexy mientras llora de pura emoción y orgullo.

Alexis también comienza a llorar femeninamente, pues es y siempre será un niño de mami, o bueno una niña de mami, es difícil recordar que tu hijo es varón cuando está vistiendo un BABY DOLL rosa y un par de tacones de plataforma dignos de una estríper.

“No se preocupen por mí… estaré bien, confío en mi BLACK DADDY y seré una niña buena... Deseo esto con todo mi corazón y amo al Sr. Osei con toda mi alma, quiero que me convierta en una niña de verdad con esa enorme y hermosa verga negra.”Alexis trata de tranquilizar a su madre y a su hermana con aquellas horribles palabras.

Chloe y Hannah terminan por envolver a Lexy en un amoroso abrazo para mostrar su apoyo, y por raro que parezca tienen que admitir que la escena es muy tierna y emotiva, incluso hermosa, un trío de hermosas niñas blancas vestidas con lencería sexy abrazadas mientras murmuran cariñosas palabras de apoyo y consuelo... por un terrible momento sientes la extraña necesidad de unirte a ese abrazo grupal, pero te obligas a recordar que tu esposa y tu hija están animando a tu pequeño hijo varón para ser desvirgado por un enorme macho africano tan viejo que podría ser su abuelo.

Te has estado mordiendo la lengua desde el momento en que las tres niñas blancas bajaron a desayunar, pero esto ya es demasiado. ¡No puedes permitir que esto siga adelante! No permitirás que tu pequeño hijo que apenas entró a la preparatoria pase la noche siendo violado por un macho negro y su gigantesca polla negra.

“¡Basta!” Tu voz suena temblorosa e insegura, pero al menos pudiste reunir la suficiente voluntad para que fuese un grito. Las tres sexys niñas blancas voltean a verte, lucen completamente desconcertadas, asombradas por tu atrevimiento. “No permitiré que Alexis vaya a esa cita. No… no… puedo creer que ustedes dos estén de acuerdo con esta locura… Alexis es solo un niño, él es tan pequeño… tan joven… él es… un hombre por el amor de Dios… No es una mujer, y no pueden hablar en serio… no puedo creer que quieran entregar a Alexis para que ese… ese… ese NIGGER lo viole como si fuese una prostituta cualquiera. ¡No! ¡Sencillamente no! ¡Alexis, te prohíbo salir de la casa! ¡Y te ordeno alejarte de ese maldito NIGGER!

Te ves obligado a detener tu improvisado discurso pues te falta el aire, ya que lo has dicho todo de un solo tirón, te conoces bien y sabes que no te hubieses atrevido a decir todo aquello de manera calmada.

Por unos instantes todo queda en silencio, tu familia te ve con los ojos completamente abiertos por la sorpresa, y por unos gloriosos instantes piensas que por fin has ganado, que por fin has logrado imponer tu voluntad, por un momento puedes soñar con que todo regresará a la normalidad y tu familia olvidará aquella obsesión con los hombres negros y sus terribles vergas negras… pero esa idea es destrozada cuando Hannah se acerca a ti con una velocidad sorprendente y te asesta una sonora cachetada.

El golpe es tan terrible que caes al piso mientras sientes como la mitad de tu rostro arde de dolor.

“¡¿Cómo te atreves?! ¿¡Quién demonios te crees para prohibirle algo a Lexy?! ¡¿Cómo te atreves a llamar NIGGER al BLACK DADDY de Lexy?! ¡¿Cómo te atreves a usar esa horrible palabra en esta casa?!” Hannah está furiosa, jamás la has visto así, sus hermosos ojos grises brillan con una rabia que raya en la locura y tú te encoges en el suelo, completamente acobardado.

“Yo… yo… yo solo estoy preocupado por Alexis… él es un niño… un varón… lo que piensa hacerle ese hombre a Alex es terrible… lo que ustedes quieren hacer es terrible… él es un niño normal… ustedes quieren convertirlo en una niña… y él no es una niña… ¡no es un marica!”

No sabes de donde has sacado el valor para decir aquello, pero lo has dicho, por fin lo has dicho, por fin has enfrentado a tu esposa a la realidad, ella, Emily y Chloe tratan de feminizar a Alex y convertirlo en una pequeña putita blanca para un maduro macho negro. Pero tú no puedes permitirlo, Alex es un niño, un niño muy hermoso y un poco femenino, pero un niño normal y corriente al fin de cuentas.

Hannah te mira con furia y asco y el silencio es roto solo por los sollozos de Alex que ha comenzado a llorar dramáticamente.

Chloe abraza más fuerte a su hermanito y te mira con odio.

“Así que crees que Lexy es un niño normal ¿no? ¡Mira esas anchas y femeninas caderas, por amor de Dios! ¡Esas enormes nalgas, ese rostro de princesa, esos labios de puta, esos pequeños pechos de niña, y ese diminuto y rosado micropene! ¿aún después de ver todo eso y de conocer su naturaleza tímida y sumisa, aún así crees de verdad que Lexy es un niño normal? Bueno, pues ya que llegamos a esto supongo que no tengo otra opción…” Hannah sale de la cocina furiosa y sube las escaleras con paso firme, todos pueden escuchar el sexy ruido de sus tacones contra la duela.

Tú te levantas del suelo y te acaricias tu adolorida mejilla, Chloe sigue mirándote con un odio y desprecio tan intensos que casi te queman la piel.

Después de unos minutos tu sexy esposa regresa. Lleva un folder en las manos.

“¿Qué es eso?” preguntas tímidamente.

“Esto es la prueba de lo equivocado que estás.”Hannah te arroja el folder y tú apenas logras atraparlo en el aire.

Al abrirlo ves un montón de hojas con aspecto médico y oficial, son muestras de laboratorio, notas médicas, y otros papeles que no entiendes.

“¿Qué es esto?”, preguntas de nuevo, sintiéndote estúpido.

“Esas son las pruebas médicas que le hicieron en el hospital a Alexis cuando cumplió los diez años. ¿Recuerdas cuando Alexis llegó a esa edad y su cuerpo comenzó a cambiar? sus caderas se ensancharon, su cintura se hizo más delgada, sus muslos engrosaron y sus labios se hincharon… ¿Recuerdas que me pediste que lo llevara al doctor para saber si algo andaba mal con él?” Hannah te pregunta con voz fría y molesta.

“Sí, lo recuerdo…”Y es cierto, a tu memoria acude aquel recuerdo largamente olvidado. “Tú dijiste que no le pasaba nada, que él estaba perfectamente bien, que todo era normal… tú lo dijiste”Tu voz suena acusadora.

“Pues te mentí. Alexis tiene el síndrome SIA, Síndrome De Insensibilidad Androgénica. Significa que aunque es un hombre, su cuerpo es inmune a la testosterona, el cuerpo de Alexis solo procesa el estrógeno mientras que rechaza y desecha la testosterona. Por eso Lexy es más femenino y delicado que muchas mujeres biológicas, Lexy incluso tiene más estrógeno y menos testosterona que yo o que Chloe, es por decirlo de alguna manera más femenino que una mujer”.

De nuevo un silencio glacial llena el comedor y por unos largos minutos nadie dice nada.

Entonces una voz rompe la tensión, una voz suave delicada y musical.

“¿Quieres decir que yo nací siendo una marica? ¿Quieres decir que genéticamente fui diseñado para ser un SISSYBOY?” Alexis pregunta esperanzado mientras se seca las lágrimas.

“¡Sí bebé! Literalmente fuiste diseñado para ser un pequeño marica, tus cromosomas son XY y tienes un pene, o mejor dicho un micropene, pero tu cerebro, tu naturaleza, tus hormonas incluyendo tu cuerpo son los de una mujer… lamento no habértelo dicho nunca, no quería que pensaras que eras un fenómeno o que algo estaba mal contigo, eres perfecto así como eres, eres mi niño especial, mi niña especial… siempre supe que al final te transformarías en la mujercita que siempre fuiste, y estoy tan contenta de que un macho negro tan perfecto y varonil como el Sr. Osei te ayude a convertirte en lo que en realidad eres… Estoy tan agradecida por todo lo que te está sucediendo, me emociona el pensar que esta noche por fin darás el último paso para convertirte en una niña de verdad... ¡Esta noche serás la putita marica de un hombre negro.... de un hombre de verdad!” Hannah también está llorando a estas alturas y cuando Alexis se arroja a sus brazos y hunde su bonito rostro entre sus gigantescas tetas, ambas rompen a llorar dramáticamente.

Chloe se les une rápidamente y tardan unos buenos cinco minutos en tranquilizarse, cuando por fin lo consiguen, Hannah se acerca a ti de nuevo y sin previo aviso te da dos fuertes bofetadas más, de nuevo te encuentras en el suelo gimiendo de dolor.

“Y ahora que ya lo sabes no te atrevas a interponerte en la felicidad de Lexy de nuevo. La siguiente vez que trates de hacerlo tendrás que largarte de la casa para siempre. Por cierto… dormirás en el sillón dos meses más, y si vuelves a usar la palabra con N en esta casa de nuevo, será un año entero”.

Tu te quedas ahí con el rostro ardiendo por los golpes de tu esposa mientras ves como las tres hermosas niñas blancas suben las escaleras, las tres están hablando de la sorprendente revelación que Hannah ha hecho.

La vocecita de Alexis suena feliz y emocionada, al parecer la noticia le ha encantado.

♠♥♠

Te toma media hora terminar de leer aquellas paginas llenas de complicadas palabras y términos médicos que apenas alcanzas a comprender. Pero, por mucho que te cueste admitirlo, aquellas pruebas y análisis clínicos demuestran fehacientemente que tu único hijo varón e un pequeño marica de nacimiento.

Suspirando te levantas de la mesa y comienzas a limpiar las sobras del desayuno, mientras tratas de idear una manera de detener lo que va a suceder está noche, si dejas que Alexis tenga intenso sexo interracial con ese enorme hombre negro su destino estará sellado.

Si bien podrías tratar de detener aquello aludiendo la edad de Alex, solo quince años, e incluso podrías llamar a la policía y acusar a ese tal Sr. Osei por abuso sexual a un menor de edad, bien sabes que no harás tal cosa.

La terrible bofetada que tu esposa te ha dado es suficientemente dolorosa para recordarte lo que podría suceder si se te ocurriera hacer algo como aquello, lo más probable es que Hannah te mataría, ye esta vez no era una metáfora o una exageración, ella bien podría matarte a golpes con ayuda de Chloe, o peor aún, si cometieras el atrevimiento de involucrar a la ley en este asunto Hannah podría divorciarte de ti y arrojarte a la calle sin posibilidad de volver a verla a ella o a tus hijos.

El solo pensar en eso provoca que te encojas de dolor, no podrías soportar estar lejos de tu familia, ¡son lo más valioso que tienes en la vida!

Todas las personas que te conocen piensan que eres poca cosa, solo un pequeño y tímido niño blanco débil y NERD, en tu trabajo tus subordinados no te respetan ni te obedecen y tus superiores te esclavizan y utilizan sin preocuparse por tus ideas o sentimientos.

Lo único que aquellos hombres envidian de ti, es tu hermosa familia, lo único en lo que eres superior a ellos es en lo hermosa y perfecta que es tu familia.

Cada vez que uno de tus compañeros de trabajo ve las numerosas fotografías que tienes en tu oficina no pueden dejar de sorprenderse con el voluptuoso cuerpo de Hannah, de lo sexy que es Chloe, y lo hermoso y lindo que es Alexis a quien confunden todo el tiempo con una niña.

Ninguno de ellos puede creer o explicarse como una mujer digna de una película porno como Hannah se halla fijado en un niño blanco, pequeño, débil y simplón como tú. Tú solo sonríes con orgullo mientras tus compañeros babean sobre las numerosas fotografías que muestran a tu familia usando diferentes atuendos, incluso hay un par de fotos en la playa, Hannah y Chloe usando sendos bikinis de una pieza, bastante modestos, pero que no pueden ocultar sus enormes y lascivos atributos, Alex en esa foto, por su parte luce unos shorts de mezclilla muy cortos que se abrazan a sus gordos muslos blancos, y una sudadera blanca cerrada en la parte de arriba cubriendo su pecho pero abierta en la parte inferior dejando al descubierto su diminuta cintura y su vientre plano y tenso con su adorable y perfecto ombligo al aire.

Al recordar aquella foto tienes que admitir que nadie imaginaria que Alex es un varón, como prueba, todos y cada uno de los hombres que han visto esa foto te felicitan por tener un par de hijas tan hermosas y sexys.

Parece como si la misma madre naturaleza lo hubiese diseñado para ser el perfecto SISSYBOY, el mariquita absoluto, pareciera que Dios mismo hubiese hecho personalmente a tu hijo para ser el maricón perfecto, las pruebas son tan absolutas que incluso tú te ves obligado a admitir que seria estúpido, cruel y completamente inútil tratar de cambiar a Alexis, de enderezarlo, de obligarlo a dejar de ser Gay.

¡No! ¡Alex no era gay! por que pensándolo bien no puedes imaginar a Alexis teniendo novia, o ejerciendo el papel masculino en una relación, incluso era extraño imaginar a tu hijo besando a una mujer, seria como ver a dos niñas besándose... siendo sincero Alex luciría mucho más homosexual teniendo sexo con una mujer que con un hombre, era casi como si el hecho de que le gustaran los hombres grandes, fuertes y negros, fuese lo más natural y normal de mundo. El que a Alexis le gustaran los hombres no lo convertía en gay, a las hiñas heterosexuales les gustan los hombres, Alex era una niña, a Alex le gustaban los hombres, Alex era una niña heterosexual. Alex no era gay, y cualquier hombre que se follara a Alex era por fuerza un hombre heterosexual.

Mareado te cubres los ojos y te recargas en la mesa para no caerte, tratas de sacarte del cerebro todas esas extrañas y retorcidas ideas. El mirar aquellas horribles películas de amor interracial te está afectando, y no fue buena idea leer a escondidas la espeluznante revista que tu mujer compro aquella vez, los artículos y noticias que leíste usaban una lógica retorcida llena de pseudo filosofía racista que proclamaban y explicaban la superioridad intelectual, física y sobre todo sexual de los hombres negros sobre los pequeños débiles e impotentes niños blancos del mundo.

Tal vez Hannah y Chloe tengan razón, tal vez Alex nació para ser el perfecto SISSYBOY, el perfecto marica, tal vez el que tu único hijo varón pase la noche teniendo sexo salvaje e interracial con un enorme y maduro macho negro de 50 años no sea tan malo, es más que obvio que Lexy nació para ser una mujer, tal vez esto sea lo correcto, tal vez es natural para los niños blancos, débiles y femeninos como tu hijo terminar en la cama de hombres negros fuertes y masculinos como el Sr. Osei.

Horrorizado sacudes tu cabeza tratando de ahuyentar esas terribles ideas de tu cabeza, te das cuenta como todas aquellas retorcidas y bizarras palabras llenas de odio y rencor racista han echado raíces en tu mente, cambiando poco a poco tu percepción de la realidad, te das cuenta con espanto lo que aquellas imágenes y discursos pueden provocar, y te preguntas cuan contaminadas están las mentes de tu esposa e hijas, cuan profundo han calado las ideas de supremacía negra en sus frágiles y maleables cerebros.

¡No! Nada de lo que ha estado sucediendo últimamente es bueno o correcto, y definitivamente está mal que esta noche tu pequeño hijo de quince años vaya a ser violado por un enorme macho negro tan viejo que podría ser su abuelo.

Pero aunque definitivamente odias la idea de que el Sr. Osei vaya a follar con tu hijo toda la noche, te das cuenta derrotado que no puedes hacer nada al respecto, furioso, humillado y derrotado admites que eres impotente ante lo que va a suceder esta noche, no puedes hacer nada, no puedes desobedecer a Hannah, y no te atreves a enfrentarte al enorme y musculoso Sr. Osei, eres demasiado débil y cobarde para eso.

Resignado comienzas a lavar los trastes sucios y te sumes en una silencio depresivo.

Cuando terminas de lavar el ultimo plato escuchas el timbre sonar. Te preguntas quien podrá ser mientras te secas las manos.

Cuando abres la puerta una alegre y emocionada Emily entra como un torbellino de alegría y energía positiva, su sonrisa en enorme y luce radiante.

“¡Buenos días Sr. Smalls! ¡Ya estoy aquí!” Emily exclama con esa voz cantarina suya.

“Eh... eso veo... sí.” contestas sin saber muy bien que decir.

“¿No es emocionante? ¡Lexy va a perder su cereza esta noche! ¡es simplemente genial!” Emily parlotea sin bajar ni un poco de intensidad a su emoción. “¡Chloe y Hannah me han dado las buenas nuevas y me han pedido un poco de ayuda! Así que aquí estoy, lista para preparar a Lexy para su gran noche. He traído algunas cositas para ella. ¡¿No está usted feliz por Lexy?! ¡Debe sentirse muy orgulloso de ella! ¡Es todo un honor que un macho negro tan poderoso, rico e importante como el Sr. Osei halla elegido a Lexy para usarla como su putita personal! ¡Usted debe sentirse agradecido por ello!”

Entonces notas que la sexy rubia está arrastrando una maleta rosa de aspecto caro.

“Eh... sí... claro.” Murmuras, aun sin saber que decir, es muy difícil llevarle la contraria a una chica tan alegre como Emily.

La hermosa niña rubia entonces te entrega la maleta rosa y corre hacia las escaleras dando saltitos de emoción.

Al llegar al tercer escalón la rubia se voltea a mirarte y con una expresión molesta te pregunta.

“¿Por que sigue ahí parado? Suaba la maleta, rápido... ¡Lo juro por Dios! ¡los niños blancos son tan inútiles!” Emily murmura aquello ultimo de manera molesta y continua subiendo.

Atontado ye quedas de pie junto a la puerta unos segundos tratando de asimilar que la dulce y tierna Emily acaba de llamarte inútil, sin siquiera pestañear, al parecer el poco respeto que tenia por ti está terminando.

Enojado tomas la maleta y la subes al segundo piso, por supuesto podrías negarte a hacerlo pero no quieres ser un mal anfitrión y obedeces.

Las risitas histéricas, y las chillonas voces femeninas que salen de la habitación matrimonial te indican el camino.

Al entrar a tu alcoba... aunque últimamente no has dormido en ella, ves a tu esposa, a tu hija y a su mejor amiga rodeando a Alexis que está sentado frente al enorme tocador blanco de Hannah, todas hablan al mismo tiempo dando consejos y sugerencias de como peinar maquillar y vestir a Alexis, el pequeño niño simplemente se queda callado mirando su reflejo, se ve absolutamente hermoso y sexy ahí sentado con lancería transparente y tus ojos no pueden evitar ver el enorme culo que Alex posee, dos enormes y vulgares nalgas redondas y cremosas sobresalen del taburete, e incluso tu puedes sentir como tu pequeño pene quiere despertar al ver aquel jugoso trasero de burbuja.

“Oh, por fin estas aquí Jerry.” Hannah te mira y sus sonrisa se transforma en una mueca de disgusto. “Creí que tendría que ir por ti de la oreja... la próxima vez que Emily te ordene hacer algo, espero que obedezcas de inmediato, no me tienes nada contenta, así que te conviene ser un niño bueno si quieres volver a dormir en mi cama algún día.”

“Lo siento cariño... yo... lo siento...” es lo único que te atreves a decir, pues todo tu enojo se marchita al estar frente a cuatro hermosas mujeres, tres de ellas vistiendo sexy lancería.

Emily toma la maleta y la abre sobre la cama, dentro hay una infinidad de lancería, cosméticos botellas y objetos varios que no sabes distinguir, pero que lucen muy lujosos.

“¡Ahora podemos comenzar! Primero es lo primero, hay que depilar a Lexy completamente, puedo ver que casi no tiene vello, pero nunca está de más asegurarnos... tengo esta crema depiladora fantástica, dejará su piel tan suave y tersa como la nalga de un bebé.” Diciendo esto la rubia le da una sonora nalgada a tu hijo, el cual solo atina a gemir femeninamente. “Por supuesto también traje un enema para limpiar tu pequeño BUSSY, te enseñaré como limpiar tu coño de niño para tu BLACK DADDY. Es el deber de una buena SISSY blanca tener su BUSSY limpio y húmedo siempre listo para ser usado por su hombre negro en cualquier momento.”

Alex se sonroja al escuchar aquello pero asiente obedientemente, dispuesto hacer cualquier cosa por su BLACK DADDY.

Después de aquello todo se acelera. Risas, voces y chillidos femeninos llenan la alcoba matrimonial y las tres niñas blancas se olvidan de ti y comienzan a manipular a Lexy como si fuese una muñeca a la cual vestir y maquillar a su gusto.

Tú te quedas en la puerta un momento sin hacer nada, pero después de un tiempo te sientas en tu pequeño escritorio en la esquina contraria al tocador y comienzas a trabajar.

Las próximas horas las pasas frente al computador, trabajando, en realidad, fingiendo que trabajas, te has quedado en el cuarto siguiendo un morboso y masoquista instinto que no sabias que tenias.

Odias ver como las tres mujeres preparas a tu hijo varón para follar con un macho negro como si de una puta de lujo se tratase, pero al mismo tiempo quieres presenciarlo todo, sientes la necesidad que ser testigo de cada horrible detalle.

Hannah y Chloe siguen las instrucciones de Emily al pie de la letra y Alexis simplemente se deja hacer, completamente sumiso y obediente.

Lo depilan, lo bañan, limpian su rosado y virginal ano, lo perfuman y lo empolvan como a una geisha japonesa. Entonces Emily vuelve a sorprender a todos sacando de la maleta tijeras, peines y navajas para hacerle un nuevo corte de cabello a tu hijo.

Después de que Emily termine de cortar y peinar su rubio cabello ves a tu hijo desfilar con decenas de prendas de encaje y seda que apenas y cubren su micropene y sus rosados pezones. Cuando por fin pasan a los vestidos ya son las dos de la tarde y Hannah te ordena pedir algo para comer, tu tienes ganas de pizza las mujeres quieren sushi, así que todos comen sushi.

Cuando por fin Alexis está probándose diversos tacones altos, ninguno de ellos mide menos de cuatro pulgadas, el sol está a punto de esconderse tras el horizonte.

Tú no te has movido de tu escritorio, viendo con horror como tu dulce hijo varón se ha transformado de un niño bonito a una sexy y hermosa princesa puta.

Alex está vistiendo el ajustadísimo vestido chino de seda rosa que compró hace una semana. Crees recordar que aquella prenda se llama Cheongsam, y tienes que admitir que Alex se ve increíblemente sexy enfundando en la diminuta prenda que deja muy poco a la imaginación.

La tela se le pega al cuerpo como una segunda piel, remarcando la diminuta cintura de avispa de tu hijo, así como sus voluptuosas caderas de hembra, y cualquiera puede apreciar sus núbiles y pequeños pechos femeninos de adolescente perfectamente. Debajo Alexis esta vistiendo un hermoso conjunto de lancería rosa con encaje, sus larguísimas piernas están enfundadas en un par de medias de encaje rosa, y están sostenidas con unos ligueros que se pierden debajo del vestido, por supuesto él está usando un par de tacones de plataforma de cinco pulgadas. Todo en rosa pastel.

Su rostro es una obra de arte, el maquillaje que las tres mujeres le han aplicado es simplemente perfecto, resalta cada uno de su rasgos femeninos pero sin ocultar del todo su apariencia andrógina de elfo que siempre ha tenido, luce simplemente como el más hermoso príncipe elfo marica del mundo. Sus gordos labios de puta lucen aún más hinchados y apetitosos que nunca, cubiertos por labial rosa chicle.

Sus parpados ahumados con sombra rosa y sus pestañas cargadas con toneladas de rímel llaman la atención a sus increíbles ojos grises. Sus altos pómulos tienen mucho rubor durazno, y sus lindas pecas completan el maquillaje para hacerlo lucir como un pequeño niño elfo de los bosques, un niño elfo inocente y sexy a partes iguales, listo para ser follado por algún orco grande y negro.

Su cabello rubio fresa está peinado en un estilo que solo puedes describir como el típico corte de pelo marica.

Recuerdas muy bien haber visto aquella famosa película de SPIDER-MAN de caricaturas donde sale ese chico negro, medio recuerdas que su nombre es Miles Morales. Pues bien, Lexy ahora luce un peinado muy parecido al de la novia de ese muchacho negro, por supuesto esa chica de caricatura también es una sexy y bonita rubia, te das cuenta de repente que últimamente hay muchas parejas interraciales en el cine y la televisión, y esas parejas casi siempre están formadas por atléticos y confiados hombres negros y hermosas y sexys niñas blancas.

Te quedas con la boca abierta viendo a la preciosa princesa elfo marica que ahora mismo se pasea en tu alcoba admirándose en el espejo de cuerpo completo que tiene tu esposa.

Hannah, Chloe y Emily también están admirando su obra terminada, Emily toma fotografías de Alex desde todos los ángulos indicándole a tu hijo que haga poses cada vez más y más provocativas.

“Serás igual o más popular en Instagram que tu mamá Lexy. ¡Escucha lo que te digo! ¡Te ves preciosa! Todos los machos negros van a volverse locos por ti. A los toros negros les encantan los FEMBOYS de apariencia inocente e infantil pero con culos gordos y grandes como el tuyo... tú solo hazme caso, esta noche mismo te hago una cuenta y comienzo a publicar estas fotos, será una gran manera de comenzar.” Emily se escucha muy emocionada ante la idea de exhibir a tu hijo frente al mundo entero, pero más específicamente de mostrarlo ante la mayor cantidad de hombres negros.

“¿De verdad lo piensas?” preguntó Alexis mientras se inclinaba hacia delante, sacando la cola hacia atrás mostrándole a todos en el cuarto sus la mitad de sus nalgas, e incluso puedes ver la sexy tanga rosa que cubre los diminutos genitales de tu hijo apenas cubiertos.

“Por supuesto que lo pienso, la cuenta de Hannah y la de Chloe están creciendo increíblemente rápido, sus números son fantásticos y todos los hombres negros quieren más, muchos de ellos quieren conocerlas, incluso hay algunos son actores porno... es decir actores eróticos negros, y toros negros bien dotados, superfamosos en ONLY FANS que quieren hacer colaboraciones con ellas... lo mismo va a suceder contigo, lo sé. Y cuando las tres tengan suficientes fans comenzaran a recibir patrocinios de maquillaje, lencería, ropa y zapatos, yo misma he comenzado a recibir propuestas. Estoy pensando en abrir mi propio ONLY FANS pero aun no estoy segura. Ustedes también deberían comenzar a pensar en abrir uno, se gana muchísimo dinero ahí.” Emily explica mientras sigue tomando fotos.

“¡¿Patrocinios de maquillaje, ropa y zapatos?!” Preguntó interesada Chloe.

“¡¿Colaboraciones con toros negros?” Preguntó sorprendida Hannah.

“¿Abrirnos un ONLY FANS?” Preguntó Alex asustado.

“¡¿Acaso no han leído con atención los comentarios en sus Instagram?!” Pregunta Emily, y por fin deja de tomar fotografías.

Tanto Chloe como Hannah bajan la mirada apenadas.

“He estado muy ocupada últimamente, paso mucho tiempo chateando con mi BLACK KING, y cuando estoy con él... bueno... no hay mucho tiempo para leer lo comentarios que me dejan en cada foto que subo.” Chloe se defiende con las mejillas rojas.

“A mi me cuesta seguir el ritmo... cada foto que subo se llena con cientos y cientos de comentarios, y la mitad de ellos son de patéticos niños blancos que quieren impresionarme con poesía barata y cursi.” Hannah explica también un poco avergonzada.

Emily las mira de manera severa, y de nuevo te das cuenta de que la balanza de poder en el grupo de mujeres es muy extraña, Emily con solo dieciocho años y a pesar de ser la mas joven de las cuatro, es obviamente la líder de la manada.

Ella es la que impulsa, apoya y corrige a las otras tres como una maestra estricta o una madre preocupada, e increíblemente tanto Chloe de veinte como Hannah de treinta y siete años toman muy en cuenta las opiniones e ideas que Emily da.

“Ya hablaremos de eso en otro momento niñas.” la voz de Emily es alegre y juguetona de nuevo. “Ahora Lexy... solo faltan los últimos toques, manos contra la pared para el culo y abre las piernas, tengo algo muy especial para ti.”

Alexis siempre sumiso y obediente, sigue las indicaciones de Emily y ahora mismo está apoyado contra la pared levantando sus enormes nalgas al aire con sus hermosas piernas completamente abiertas.

Tú simplemente estas sentado en tu escritorio mirando y escuchando todo sin poder mover un musculo, tu mente sigue repitiendo una frase de Emily en bucle, “...incluso hay algunos son actores porno... es decir actores eróticos negros, y toros negros bien dotados superfamosos en ONLY FANS que quieren hacer colaboraciones con ellas...”

¿Que demonios está sucediendo?! te preguntas de nuevo. Ahora te enteras de que actores negros porno profesionales están interesados en follar con tu esposa y tu hija frente a una cámara y hacer dinero con ello. ¡¿Que diablos le pasa al mundo?! ¿Acaso es normal para esos tipos negros ver la foto de una ama de casa, una madre o una hija y pensar que tienen el poder y el derecho de convertir a esas mujeres en una actrices porno con un solo mensaje? Y otro miedo nace dentro de ti. ¡¿Cuantas esposas hijas o madres se han convertido en putas de un hombre negro frente a una cámara simplemente por un mensaje en Instagram? ¿Tu propia esposa será una de esas esposas blancas seducidas?

Cuando estás por preguntar más a Emily acerca de esas terribles ideas sobre responder mensajes de actores porno negros, tu mente recibe otro golpe.

Emily sostiene con su mano izquierda dos objetos, una botella de lubricante y una cosa plateada que no alcanzas a reconocer desde tu lugar, con la mano derecha la rubia está acariciando el suave trasero de tu hijo.

“Relájate Lexy, he traído un poco de lubricante para tu BUSSY, este de aquí tiene un efecto de frio y calor que te va a encantar.” Diciendo aquello la sexy rubia cubre uno de sus delgados dedos con y comienza a meterlo dentro del rosado ano de tu hijo.

“Ahh... mhh...” Gime Alex femeninamente mientras tú, Chloe y Hannah miran sorprendidos lo que está sucediendo.

Ninguno tiene el valor de detener a la sexy rubia de profanar el pequeño y apretado ano de tu hijo con sus delgados dedos, Alex solo atina a soltar femeninos gemidos de dolor... al menos eso quieres creer, pero todos los presentes pueden escuchar el placer que le causan aquellas caricias internas.

Un dedo pronto se convierte en dos y dos en tres. Ahora mismo Emily está penetrando el rosado ano de Alexis con tres de sus falanges en un lento vaivén, dentro y fuer, dentro y fuera, masturbando el pequeño culo de tu hijo como si fuera una vagina. Ruidos húmedos y lascivos acompañan los lindos gemidos de tu hijo mientras la pequeña rubia continua violándolo con sus dedos.

Después de cinco minutos en los que Hannah, Chloe y tú se quedan petrificados mirando aquella escena casi lésbica entre las dos hermosas niñas rubias las piernas de Alex comienzan a temblar y sacudirse, es más que obvio para todos que el pequeño marica esta apunto de correrse.

“De tal palo, tal astilla.” No puedes evitar pensar, al descubrir que tu hijo es igual de rápido que tú, al parecer Alexis también es un eyaculador precoz como su padre.

“No, no, no, no! No te atrevas a correrte pequeña putita precoz! No me corresponde a mi provocarte tu primer SISSYGASM. Tú primera corrida como niña la pertenece a tu BLACK DADDY!” Emily regaña a tu hijo al mismo tiempo que retira sus hábiles dedos del interior de tu hijo.

Alex deja escapar un gemido de frustración, claramente molesto con Emily por detener sus lascivas caricias anales.

Pero antes de que el pequeño marica pueda decir cualquier cosa, la sexy rubia penetra el ahora mojado y dilatado ano de tu hijo con el otro objeto, es un PLUG anal cromado con un diamante gigante rosa en la base, puedes verlo completamente solo un segundo antes de que el objeto metálico del tamaño de un huevo se pierda en el interior de tu hijo.

“¡OH MY GOSH! ¡EMILYYYY! ¡ESTOY A PUNTO DE...! ¡NGHOOOOOH... ♡! ¡SE SIENTE TAAAAAN BIEEEEN... !AH♡! !AH♡! !AHHHHH♡!” Alex grita, lloriquea y gime al sentir aquel extraño objeto profanar su agujero más intimo.

El pequeño maricón temblaba y se sacudía de placer, sus largas y roneadas piernas temblaban por el esfuerzo de mantener en pie al precioso niño rubio.

Emily al ver que el pequeño SISSYBOY está a punto de llegar al orgasmo le dio una dolorosa nalgada

“¡No te atrevas a correrte!” La voz de Emily tenia un tono cruel y estricto de nuevo. “Ya te he dicho que tu primer SISSYGASM será cuando tengas la BBC de tu BLACK DADDY dentro de tu pequeño y apretado BUSSY!”

“Lo siento Emily. Es que se siente demasiado bien.” Murmura tu hijo avergonzado. Aun está con las palmas apoyadas contra la pared dejando al aire su magnifico trasero de burbuja, y todos pueden ver la base del PLUG anal centelleando entre las gigantescas nalgas del niño.

“Puedo ver que te encanta tu nuevo juguete, pequeña puta. ¡Mira tu pequeño clítoris! ¡Esta babeando un montón!” Emily señala el micropene de Alex.

Y ella tienen razón, toda tu familia y tú pueden ver como el diminuto y rosado pene de Alexis está+a completamente erecto, mostrando sus cinco patéticos centímetros en toda su gloria, y la rosada punta del glande está escurriendo un hilo de baba cristalina y acuosa que cae hasta el piso.

“Lo... lo siento mucho.” Alex se vuelve a disculpar completamente avergonzado.

“No se te ocurra moverte ahora, tonta FEMBOY. No queremos que tu vestido se manche.” Emily continua usando aquella fría y estricta voz de mando que te provoca miedo. “¡Jerry, sé de utilidad y ve por servilletas y un poco de hielo!” La rubia ni siquiera te voltea a ver y su voz está cargada de desprecio al dirigirse a ti.

Tú no respondes, ni tampoco te mueves, estás en completo shock por todo lo que acabas de presenciar, además la total falta de respeto que acaba de demostrar Emily al darte una orden directa sumado a que ella ha usado tu nombre de pila te tienen pasmado.

Te quedas ahí sentado sin hacer nada más que parpadear sorprendido hasta que la voz enojada de tu esposa te saca de tu aturdimiento.

“¡Ya escuchaste a Emily, Jerry! ¡Has algo útil y ve por servilletas y un poco de hielo! ¡Rápido! ¡Rápido!” Hannah aplaude ruidosamente para que te des prisa en obedecer, como si fueras u sirviente o una mula terca.

“Sí amor, ya voy mi cielo... en seguida mi vida!” Tartamudeas estúpidamente mientras sales corriendo de la habitación sin saber por que no puedes negarte a nada de lo que Hannah te ordena.

Mientras bajas las escaleras te das cuenta deprimido que acabas de perder otro poco de respeto y autoridad frente a tu familia, esta vez arrebatado por una pequeña niña rubia de dieciocho años.

Cuando regresas a tu habitación Alex continua en la misma posición, y su clítoris... es decir su micropene... es decir su pene continua erecto, aunque ya no sale liquido de la punta.

“...el PLUG ayudara a que el BUSSY de Alex se dilate y se afloje durante toda la noche, así cuando su BLACK DADDY por fin use su pequeña vagina de niño, ella estará lista para recibirlo dentro. Por supuesto el lubricante con sensación térmica tendrá a Lexy en celo toda la cita, pero eso también es bueno, entre más excitada y caliente esté Lexy al momento de su desvirgamiento, menos dolor sentirá y más placer podrá obtener en su primera experiencia como mujer.” Emily está explicando el por que acaba de sodomizar con un PLUG a tu pequeño hijo varón.

Tú te sonrojas ferozmente al escuchar aquellas horribles palabras y de nuevo, sin poder contenerte tratas de ponerle un alto a aquella locura.

“Yo... yo... yo creo que... que esto es demasiado. Alexis no puede... no puede andar caminando por la calle... en... en publico, con esa cosa metida dentro de su... su... culo. Sencillamente no está bien, tal vez... incluso es algo ilegal... tal vez...” Tartamudeas sin poder hablar de aquello sin sentirte profundamente avergonzado, mientras tu manos tiemblan sosteniendo las servilletas y el vaso con hielo que la rubia e había ordenado traer.

“¡Jerry! ¡¿Cómo te atreves?! ¡¿Cómo puedes ser tan desagradecido?! Emily se tomó la molestia de venir y traer todas estás cosas para que tu hijo pueda ser desvirgado sin dolor y pueda disfrutar de su primera vez con un hombre real y tú ahora estás diciendo estupideces! ¡Eres solo un pequeño y anticuado niño blanco que no sabe nada sobre el MOVIMIENTO DE PODER NEGRO y su cultura, he estado leyendo artículos sobre estas cosas y es completamente normal y natural para los SISSYBOYS salir a la calle usando un PLUG anal por ordenes de sus amos negros. Todos los FEMBOY bonitos y obedientes llevan PLUGS anales en sus apretados BUSSYS para estar siempre listas!” Hannah te grita de nuevo, y de nuevo su hermoso rostro te mira con furia y resentimiento.

Tú te encoges de miedo y arrepentimiento, maldiciéndote por atreverte a hablar.

“¡Muy bien dicho Hannah! Puedo notar que estás aprendiendo sobre el MOVIMIENTO DEL PODER NEGRO por tu cuenta, eso es muy bueno, así será más fácil para todos en esta familia servir y apoyar a la raza negra en su asenso al poder.” Emily te quita las servilletas y el hielo de manera brusca y comienza a limpiar el pequeño pene de tu hijo, al terminar usa los hielos para bajar la erección de Alex hasta desaparecerla, el pequeño pene de tu hijo no puede medir más de dos centímetros flácido, y parece que su diminuto glande quiere esconderse dentro de su pubis, es simplemente asombroso el como puede un hombre tener un pene tan diminuto, casi parece un clítoris de mujer, como bien lo ha llamado Emily.

“Muy bien Alex, ahora sí estás lista para tu cita.” Emily dice mirando orgullosa su obra terminada. Y con una fuerte y sonora nalgada arrea a tu hijo como si fuese una yegua. “¡Ahora ve a preparar una maleta niña. Lleva muchos conjuntos de lencería y al menos tres juegos de ropa para salir a pasear y a cenar, por lo que sabemos tu BLACK DADDY podría querer usarte más de dos días seguidos. He escuchado que el Sr. Osei es todo un semental, y cuando se encapricha de un lindo SISSYBOY no puede dejar de follarlo durante días y días.”

Lexy tarda un momento en recuperar el aliento después de aquella extrema experiencia casi lésbica, pero cuando recupera el aliento se apresura a seguir las ordenes de Emily y comienza a caminar hacia su habitación.

“¡Lexy! ¿No tienes algo que decirle a Emily antes de irte?” Hannah detiene a su hermoso hijo y lo mira un poco molesta. “Dale las gracias a Emily por prepararte para tu BLACK DADDY, sé una niña buena.”

“Gracias por preparar mi BUSSY para mi BLACK DADDY, Emily” Alexis le agradece con una sonrisa y una pequeña reverencia a su rubia amiga.

“¡Tu también Jerry! ¡Dale las gracias a Emily!” Hannah te ordena con voz fría y enojada.

“¿Yo... yo... darle las... las... las gracias?” Preguntas indignado sin poder creértelo.

“Ya escuchaste Jerry, Emms se esforzó mucho para que Lexy pueda disfrutar de su primera vez. Debes darle las gracias.” Esta vez es Chloe quien te regaña con desprecio.

Tú entras en shock al escuchar como Chloe tu anteriormente educada y obediente hija te llama Jerry, como si fueras un completo extraño y no su padre.

“¡Maldita sea Jerry! ¡Apresúrate y dale las gracias a Emily ahora!” Hannah te grita furiosa mientras se acerca a ti con intenciones asesinas.

“Gra... gracias Emily.” Murmuras completamente acobardado, Hannah nunca te ha hecho daño físico pero últimamente no sabes que esperar de tu familia.

“Hazlo bien Jerry!” Chloe te ordena también acercándose a ti con una mirada furiosa.

“Gracias... Gracias Emily por... por ayudar a Lexy a estar lista para su... su primera vez.” Dices aquello con voz más clara pero mirando al suelo completamente humillado.

“No tienes nada que agradecerme Jerry, es un placer para mi ayudar a cualquier niña blanca a servir correctamente a los hombres negros superiores. Eso sí, me debes veinte dólares, el juguetito nuevo de Lexy no es gratis. Antes de venir aquí pasé por QUEEN OF SPADES y compré algunas cositas para esta noche, y no solo para Lexy.¡Se me ocurrió que mientras Lexy se divierte con su BLACK DADDY nosotras podemos tener una pijamada.” Emily sonríe de manera malvada.

Chloe, Alex y Hannah ríen de manera infantil, emocionadas por lo que acaba de revelar Emily.

Por fin Alexis sale de tu habitación rumbo a su cuarto para preparar su maleta y tú no puedes dejar de mirar las despampanantes nalgas de tu hijo asomándose por debajo del minivestido, y te preguntas si no es demasiado incomodo para Alexis caminar con ese PLUG metido dentro de su apretado ano.

Chloe y Hannah a su vez se acercan a Emily a preguntarle que otros juguetes compró en QUEEN OF SPADES, y que tiene planeado para esta noche.

¿Tú? Tú estás exhausto, este día ha sido demasiado para ti, y no crees poder soportar ver a tu esposa y a tu hija eligiendo y comprando juguetes sexuales para una pijamada que tiene toda la pinta de tener resultados sexuales.

Así que arrastrando los pies bajas a la sala y te sientas en el incomodo sillón que usas de cama últimamente, y cierras los ojos tratando de ignorar tu realidad... pero no llevas ni cinco minutos descansando cuando el timbre de la puerta suena, y aterrado te levantas de un salto mientras miras el reloj en la pared de la sala.

Son las 7:00 pm.

La cita de tu hijo está aquí.