domingo, 3 de noviembre de 2024

♠ Capítulo 13 ♠

 

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♥“Hannah” Viernes 17 de octubre ♥
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El reloj en tu mesita de noche te despierta con su ruidosa alarma, adormilada lo apagas y te estiras en la enorme cama, hay una gran sonrisa en tu rostro y te sientes completamente descansada. Gracias a que Jerry ha estado durmiendo en el sofá los últimos cuatro días has podido dormir completamente sola después de dos décadas de compartir el lecho con el pequeño y huesudo cuerpo de tu esposo.

Una parte pequeña de ti desea que Jerry cometa otro error y te haga enojar, así tendrías una excusa para castigarlo otra semana en el sillón, una risita malvada escapa de tus sexys labios ante la perspectiva, sería muy divertido poder disfrutar de la cama tu sola el mes entero, entonces recuerdas que Jerry es tu esposo y lo amas, así que sacudes la cabeza para ahuyentar esas malvadas ideas.

Miras el reloj, son las 07:15 AM, te debates entre levantarte a desayunar o continuar en la cama un poco más, la verdad es que no tienes necesidad de levantarte, ser una mimada ama de casa cuyo marido se encarga del desayuno, la cena e incluso de la limpieza algunas veces te deja mucho tiempo libre.

Si bien tienes que llevar a Alex a la escuela, podrías pedirle a Jerry que lo acerque antes de ir a su trabajo, tal vez él llegaría tarde al trabajo y su jefe le gritaría hasta hacerlo llorar. Imaginar aquel escenario te hace reír un poco, pero te detienes de inmediato al darte cuenta de que estás siendo malvada de nuevo.

Decides revisar tus redes sociales antes de comenzar el día. Últimamente pasas más y más tiempo en el internet, posteando fotos y videos, leyendo y contestando los comentarios de los miles de guapos hombres negros que han comenzado a seguir tu cuenta de Instagram, también tienes Facebook, y Twitter, pero en realidad no los usas demasiado.

Abres Facebook para tener noticias de tu familia y amigos, todos ellos postean memes tontos y aburridas fotos familiares, presumiendo de los logros de sus hijos y sus últimas vacaciones.

Tus padres saben usar Facebook lo suficiente como para compartir sus aburridas vidas ultra católicas en Daleville, Alabama.

La ultima foto posteada en el perfil de tu mamá muestra a tus padres de pie frente a la iglesia a la que han asistido toda la vida mientras hacen una recaudación de fondos para apoyar a los niños huérfanos de Alabama, más específicamente a los niños blancos y huérfanos de Alabama.

A sus 48 años Holly Heart, tu madre, luce tan hermosa y amable como siempre, sus tetas son aún más grandes que las tuyas y llaman la atención de cualquiera, son dos gigantescas sandias con la forma de dos perfectas gotas de agua que cuelgan maternalmente por su increíble peso, aquellos maduros senos son monstruosos, incluso la gruesa y fea ropa de lana no puede esconder aquellas impresionantes ubres copa G, y el largo vestido de lino no puede disimular sus gruesas caderas dignas de una yegua de sangre pura.

Tu madre no ha envejecido ni un día desde que abandonaste Alabama hace un año, su cabello continúa siendo sedoso, castaño y muy largo, su trenza francesa cuelga hasta la mitad de sus voluptuosas nalgotas, su piel es rosada y suave, su rostro tiene solo unas pocas arrugas que delatan su edad, pero la mirada triste en sus hermosos ojos verdes demuestra que su vida sigue siendo tan aburrida, recatada y represiva como siempre.

Hector Heart, tu anciano padre de 58 años tiene una mirada severa y enojada en si feo y arrugado rostro, y de su negro cabello que te heredó a ti solo queda el recuerdo, su brillante calva solo tiene algunos mechones de delgada y blanca pelusa.

Suspiras desanimada al pensar en la aburrida vida que lleva tu amorosa madre al lado de tu conservador y anticuado padre. Y te das cuenta de que tu vida no era muy diferente antes de ver aquellas hermosas películas de amor interracial, y comenzar a aprender sobre el movimiento de poder negro y BLACKS LIVES MATTERS.

Recuerdas que tu patético esposo tuvo la osadía de invitar a su estricta y neurótica madre a visitarlos, y decides robarle la idea.

Te prometes que cuando las cosas se calmen un poco invitaras a tu madre a Nueva York, con suerte ella también podría darle un poco de alegría a su vida siendo parte del emocionante mundo de la justicia racial.

Continúas viendo las publicaciones y encuentras la foto de tu suegra.

Jessica Smalls de 45 años, es una alta, hermosa y sexy mujer de largos y rubios cabellos, dorados como el trigo. Con un cuerpo elegante y delgado, pero con curvas suficientes para ser considerada sexy.

Sus alegres, redondos y firmes pechos, copa C, lucen deliciosamente redondos, sus caderas apenas alcanzarían los 85 centímetros, pero su diminuta cintura de 55 centímetros las hace lucir más grandes.

Gracias a su piel blanca como el alabastro, su rostro es perfecto y hermoso, con esos labios gruesos y rojos… o al menos luciría hermoso de no ser por sus fríos ojos azules que miran a la cámara con desprecio.

La foto muestra a Jessica Smalls frente al ayuntamiento protestando contra la inmigración ilegal junto a otras mujeres blancas, cristianas y racistas.

Cierras Facebook enojada al recordar cuanto odias a tu presumida y racista suegra y ese odio ahora ha aumentado desde que eres una aliada de la justicia racial.

Abres tu Instagram para alegrarte un poco y revisar el éxito de las fotos que Alex te tomó anoche.

Sonríes al ver todos los likes y comentarios positivos que han recibido tus atrevidas fotos usando tus micro shorts favoritos. Lanzas un gritito de alegría al comprobar que ahora tienes 10,000 seguidores.

Al leer los comentarios Hannah encuentra que la mitad de esos seguidores son pequeños y tontos chicos blancos que escriben poesía y tratan de conquistarla con palabras bonitas, la otra mitad son machos negros que la insultan y le escriben lo sexy, vulgar y puta que luce y lo mucho que desean follarla y preñarla como la perra blanca que es.

Tú solo le das “corazones” y respondes a las crudas y vulgares insinuaciones y propuestas de los hombres negros, mientras ignoras las tontas muestras de adoración que recibes por parte de los chicos blancos.

Siendo sincera tanto las lascivas palabras de los hermosos machos negros como los estúpidos ruegos de los niños blancos alimentan tu ego y vanidad por igual, cada día te das cuenta más y más de lo hermosa, sexy y deseable que eres, al mismo tiempo comprendes que mereces mucho más de lo que estás recibiendo, tu mereces todo, dinero, lujos, una familia amorosa, un esposo fiel y trabajador y también mereces sentirte sexy y sensual… deseada por hombres alfas, por machos negros fuertes, sexys y bien dotados… incluso tienes derecho a tener mucho sexo duro y satisfactorio…

…aunque eso ultimo seria difícil de conseguir de Jerry, su diminuto pene de diez centímetros nunca ha hecho el trabajo, lamentablemente aun lo amas, o al menos eso crees, últimamente comienzas a pensar en Jerry más como un hermanito pequeño que como tu esposo.

Te quedas en la cama lo suficiente como para responder coquetamente a algunos de los machos negros más grandes y fuertes, y por fin te levantas y bajas a la cocina donde Alex está comiendo el desayuno que Jerry ha preparado, sonríes al ver a tu pequeño marido trabajar tan duro para conseguir tu perdón.

“¡Buenos días mami!” Alex exclamó contento mientras bebía leche de fresa.

“¡Buenos días bebé!” Respondes contenta al ver lo femenino que luce tu hermoso hijo, vistiendo como un pequeño maricón.

Alex está vistiendo un ajustadísimo top rosa de manga larga que deja al descubierto su diminuta cintura y su abdomen plano y firme, en el centro de aquella prenda está estampada la frase; I LOVE BBC.

Como siempre tu hijo está usando una sudadera blanca, pero esta es pequeña y femenina, incluso tiene un par de orejas de gato en la capucha y una cola en la parte trasera.

También está usando unos micro shorts blancos tan apretados que parecen pintados. Alex está calzando un par de aquellas zapatillas rosa chicle, son de plataforma con tacón de cinco pulgadas. Tu niño luce completamente sexy y hasta un poco pornográfico con aquel atuendo.

“Te ves adorable con esa ropa bebé! Aunque deberías usar más faldas y vestidos”. Le aconsejas a tu pequeño hijo marica.

“Me gusta más usar jeans y micro shorts mami… me hacen sentir como todo un sissyboy, ya sabes… quiero lucir como un putito, como un maricón, quiero que todo el mundo sepa que soy un pequeño niño blanco que conoce y acepta su lugar en el mundo, quiero que todos sepan que soy un lindo niño blanco que ama y sirve a los hombres reales, a los hombres negros...” Alex responde sonrojándose furiosamente.

“¡Eres una autentica mariconcita bebé! ¡No sabía que mi hijo era tan afeminado!” Te sorprende la nueva actitud tan desinhibida y segura que tu pequeño hijo está mostrando últimamente, definitivamente el aceptar su verdadera naturaleza como marica le ha hecho mucho bien.

Volteas a ver a Jerry, quien esté sirviéndote el desayuno y parece deseoso de dar su retrograda y racista opinión, tú cruzas los dedos para que se atreva a hacerlo, pues ahora definitivamente quieres que duerma en el sillón otra semana.

Pero al parecer tu pequeño esposo es lo suficientemente inteligente como para mantener la boca cerrada.

Te sientas a la mesa, y Jerry te sirve un plato con delicioso pan francés recién hecho cubierto de miel de maple. Como siempre la cocina de tu esposo es perfecta, es en realidad su único talento además de ganar dinero, quieres darle las gracias o halagarlo por su habilidad culinaria, pero…

“¿Cómo piensas que comeré esto sin café Jerry? ¿Acaso eres tonto?” Le recriminas a tu esposo con voz cruel y fría.

“¡Lo siento, lo siento mucho Hannah… no te enfades por favor! ¡Enseguida te sirvo un poco de café! Lo siento… lo siento… de verdad…” Jerry ruega y se disculpa patéticamente mientras corre a la cocina.

Alex se ríe burlonamente de su padre al ver como Jerry tropieza con sus propios pies en el afán de obedecerte.

Tú también te ríes de Jerry y te das cuenta sorprendida que comienza a gustarte maltratar a tu esposo, te gusta verlo desesperado por complacerte, y completamente arrepentido por hacerte enojar, cuando él ruega por perdón tan patéticamente, sientes cierto placer sádico al negarle ese perdón.

Comienzas a preocuparte aquel nuevo y cruel lado tuyo, y te obligas a recordar que Jerry es tu amado esposo, él se esfuerza día con día, trabajando muy duro para ganar el dinero suficiente para mantener a toda la familia en ese lujoso departamento en una de las ciudades más caras del país. Recuerdas tus votos matrimoniales, debes amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe… ¡Pero maldita sea! ¡Es muy difícil respetar a un niño blanco que es más pequeño, más delgado y más débil que tú!

Decides que cuando el castigo de Jerry termine serás amable y amorosa con él como antes… tal vez incluso le permitas tener sexo contigo, aunque tendrá que usar condón, el solo recordar el pequeño y delgado pene de Jerry te da asco y lastima.

“Mami… recuerda llegar tiempo a la escuela, la entrenadora Keyla quiere mostrarte un par de cosas y no quiero que te pierdas mi audición” Alex te hace salir de tus pensamientos.

“¡No te preocupes cariño, ahí estaré! ¡No me perdería tu audición jamás! Y puedes decirle a Keyla que estoy muy emocionada por ayudar a la escuadra de porristas” Te emociona al pensar que a partir de hoy ayudaras a las porristas en sus entrenamientos, con suerte podrás pasar más tiempo con el guapo y fuerte entrenador Black.

Continúas desayunando mientras tú y Alex siguen platicando sobre la rutina que tu hijo presentará frente a Emily y Keyla. Entonces Jerry las interrumpe con sus típicas dudas de niño blanco y racista.

“Chloe aún no ha llegado… ¿alguno de ustedes sabe algo de ella?” la aguda y temblorosa voz de Jerry te parece más y más molesta cada vez que habla, pero reprimes las ganas de hacerlo callar con un grito.

“No, no sé nada sobre Chloe. Pero no veo por qué deberíamos preocuparnos por ella… Chloe está con su BLACK KING, Jamal parece ser un fuerte y poderoso macho negro, ella estará segura a su lado… así que deja de ser un maldito paranoico y deja a Chloe ser libre, ella sabe lo que hace”. Regañar a Jerry te hace sentir enojada y feliz a partes iguales, casi como si disfrutaras de enojarte con él.

“Pero hoy es lunes, ella debe ir a la universidad, no puede faltar a sus clases, y mucho menos por culpa de un ne… novio” Jerry continúa quejándose patéticamente, sigue sin entender que Chloe le debe obediencia y sumisión a su BLACK KING y que él debería sentirse honrado de que su hija haya sido elegida por un macho alfa negro tan importante como lo es Jamal.

“En realidad Chloe me envió un mensaje hace una hora, al parecer pasó toda la noche con su BLACK KING, así que se tomara el día libre, dice que llegará a casa en la noche… tal vez, pues si Jamal decide que necesita festejar un poco más ella se quedará hasta mañana en la tarde” Alex comenta mientras ve su celular.

“¡Lo vez Jerry! Chloe está bien, ella se está divirtiendo mucho con su hombre, deberías estar contento por ella. ¡Ahora cállate y lleva a Alex a la escuela! ¡Se está haciendo tarde!”

Jerry trata de objetar, pero una mirada tuya es suficiente para intimidarlo.

Por fin Jerry y Alex se marchan.

Pasas el día haciendo yoga, pintando y practicando twerking frente a la pantalla mientras vez videos de rap. También dedicas un par de horas para tomar nuevas fotos sexys para tu Instagram, y posteas dos videos haciendo twerking vistiendo como una THOT, cada vez te atreves a más y pronto tendrás que subir fotos en lencería pues tu ropa se hace cada vez más pequeña y ajustada.

Pides comida a domicilio, pues ahora sientes que cocinar es el deber de Jerry y por alguna razón no quieres rebajarte, cuando terminas de comer te marchas a la escuela de tu hijo, te sientes emocionada con la idea de tener un nuevo “trabajo”, serás la nueva “Asistente de la entrenadora de la escuadra de porristas”, tal vez no es un gran trabajo, pero es algo nuevo en tu vida, y eso es suficiente.

Quince minutos después llegas a la bonita preparatoria de tu hijo y dejas tu auto en el estacionamiento del colegio, y disfrutas de las lascivas miradas que todos los hombres te dirigen mientras caminas al gimnasio.

Nunca te has sentido más hermosa y más deseada que ahora, tanto los pequeños niños blancos como los jóvenes machos negros no dejan de ver tus despampanantes curvas, los patéticos niños blancos bajan la mirada avergonzados cada vez que los miras enojada, pero los apuestos y fuertes muchachos negros no se dejan amedrentar cuando los miras de manera insinuante.

Ellos no solo te sostienen la mirada, incluso tienen la audacia de silbar, aullar y gritarte vulgares coqueteos diciéndote lo sexy y caliente que te ves, todos ellos te prometen una noche de sexo duro y placentero si te sometes a ellos… las frases “WHITE BITCH”, “FUCKING MILF”, “SEXY THOT” y “WATCH THAT PAWG” son repetidas muchas veces por aquellos agresivos machos negros.

Y no es para menos, antes de salir de casa te has asegurado de vestir muy sexy, ahora mismo estás usando una ajustada blusa roja de tirantes que deja a la vista mucho escote y exhibe tus enormes tetas impúdicamente, el sexy sostén de encaje blanco se asoma por todos lados pues la blusa es muy, muy pequeña.

Tus largas y torneadas piernas están enfundadas en unos jeans ajustadísimos, tu redondo y gordo culo se ve impresionante, y el pantalón es tan apretado que tu sexy cachetero de encaje se marca completamente.

Tus pasos son lentos pero seguros pues siguiendo las indicaciones de Alex menas tus caderas provocadoramente al caminar sobre un par de plataformas rojas con tacones de cinco pulgadas, un pie delante del otro… ¡Te sientes soñada, una diosa, una sexy puta blanca!

Llegas por fin entras al gimnasio, y ves a Keyla vistiendo una versión más adulta del sexy uniforme de porristas, pero no por ello deja de lucir pornográficamente linda, con ese disfraz de porrista/gatita/puta.

Keyla está poniendo marcas en forma de “X” en la duela con cinta adhesiva azul, cada vez que se agacha, la hermosa rubia se niega a doblar las rodillas, provocando que la minifalda se levante y muestre sus redondas y blancas nalgas enfundadas en una vulgar tanga de encaje rosa.

Es obvio que aquella mujer se esfuerza por que cada uno de sus movimientos sean sensuales y provocativos, además de demostrar la enorme elasticidad que tiene su pequeño cuerpo.

El ruido de tus tacones sobre la duela llama la atención de Keyla, cuando la sexy rubia te ve, una sonrisa enorme ilumina su bonito rostro y tienes que admitir que aun cuando jamás te has considerado lesbiana en lo más mínimo, esa pequeña rubia provoca algunas sensaciones extrañas en ti.

“¡Hola niña! ¡Llegaste!” Keyla grita y da lindos saltitos de emoción al reconocerte.

“¡Hola Keyla!” Respondes antes de abrazarla y saludarla con un beso en cada mejilla.

La primera vez que conociste a Keyla fue tan rápido que no te diste cuenta de lo pequeña y sexy que es.

Debe medir unos diez centímetros menos que tú, un metro con sesenta y cinco centímetros.

Keyla es la representación exacta de una modelo de playboy, ¿Cuánto medirán sus senos? Te preguntas.

“Mis medidas son: 90-60-100! Por si te lo preguntabas” La bonita rubia te dice aquello con esa burbujeante y alegre voz, mientras da una vuelta sobre su eje, exhibiéndose ante ti.

Tú te sonrojas furiosamente, al sentirte descubierta y miras al suelo avergonzada.

“¡No te avergüences niña! Somos mujeres… podemos hablar de cualquier cosa. Además, tú tienes unas tetas y un culo impresionantes, yo quisiera tener la mitad de curvas de las que tú tienes… los toros negros adoran a las niñas blancas con cuerpos como los de Kim Kardashian. ¡Estoy tan celosa!”

Keyla dice todo aquello a una velocidad tal que te sientes un poco mareada tratando de seguir sus ideas.

“No tienes por qué estar celosa, tú eres tan sexy, hermosa y joven… yo solo soy una vieja vaca con unas enorme ubres”. Respondes mientras no puedes dejar de admirar el pequeño y sexy cuerpo de Keyla, definitivamente esta rubia está despertando ideas raras en tu mente.

“¡No digas eso niña sexy! ¡Eres la mujer más sensual y voluptuosa que he conocido en la vida! ¡Ty piensa lo mismo, desde el momento en el que te vio estuvo de acuerdo conmigo en que debías unirte a nosotros!” Keyla declara aquello a la misma abrumadora velocidad.

Escuchar que el guapo y fuerte entrenador Tyrell te considera hermosa y sexy hace que te sonrojes aún más y te sientas muy halagada, saber que le gustas a ese perfecto macho alfa te hace sentir especial.

Estás feliz de que tanto el entrenador Tyrell y Keyla quieran que te unas al equipo de entrenadores de la escuela… pues supones que es a eso a lo que se refiere Keyla al decir que querían que te les unieras, ¿verdad?

“¡Me encantaría ser parte del equipo! ¡Estoy aquí para ayudar en lo que sea!” Respondes animadamente, definitivamente te va a gustar ser la asistente de la entrenadora de porristas, mucho más si la entrenadora es una sexy y pequeña Barbie.

“¡Sabia que aceptarías! ¡Ya verás, será muy divertido! ¿Ya has estado con un hombre negro antes?” Te pregunta Keyla.

Supones que se refiere a ser compañera de trabajo de un hombre negro.

“En realidad no… vengo de Alabama, mi padre nunca jamás me permitió acercarme a ninguna persona negra… mucho menos a un hombre negro y apenas hace un año nos mudamos a la ciudad… no he tenido muchas oportunidades de conocer a personas de otras razas… Pero espero que al trabajar con Tyrell y con todos los muchachos negros del equipo pueda… aprender sobre la cultura negra”. Admites avergonzada por tu pasado conservador y privilegiado en Alabama.

“No te preocupes niña! No eres la única mujer blanca que ha sido alejada de los hombres reales por las estúpidas reglas de los racistas niños blancos”. Keyla te tranquiliza. “¡Tendrás mucho tiempo para redimirte, desde ahora podrás pagar reparaciones y hacer justicia racial con Tyrell… yo estaré a tu lado todo el tiempo, será un placer guiarte en el mundo de la justicia racial y el movimiento por el poder negro! ¡Pronto serás parte del ganado de Tyrell y una buena guerrera de la justicia racial! ¡¿No es emocionante?!”

Quedas un poco desconcertada al escuchar aquel frenético sermón, tú te referías a que querías ser la nueva asistente de Keyla. Pero la sexy rubia ha dicho dos o tres cosas que no tienen mucho sentido para ti, ¿pagar reparaciones? ¿hacer justicia social con Tyrell? ¿Ser parte de su ganado? ¿Qué diablos es un ganado?

Una parte de ti presiente que es peligroso juntarte con Keyla y con el guapo y sexy entrenador Black, y tal vez no se buena idea ser parte del ganado de Tyrell, sea lo que sea que signifique eso.

Pero el fuego en tu vientre, la emoción en tu pecho y la humedad en tu vagina deciden que aceptes cualquier cosa que te ofrezca esa sexy rubia, te dejes llevar y disfrutes el viaje.

“¡Estoy lista para cualquier cosa! ¡Quiero aprender a ser una buena asistente y una buena guerrera de la justicia racial!” Respondes emocionada y sin poder contenerte abrazas a la pequeña rubia y disfrutas sentir como tus gigantescas tetas se aplastan contra los redondos y firmes pechos de Keyla.

“¡Esa es la actitud niña! Ya casi termino aquí. ¿Podrías llamar a las chicas? Probablemente estén en la sala de pesas con los muchachos. La sala de pesas está al final de ese pasillo”. Keyla señala una puerta en un extremo de la cancha.

“¡Seguro!” Respondes y te diriges hacia ahí.

Mientras caminas por el largo pasillo te llega un mensaje a tu WhatsApp.

Es Alex, avisándote que sus clases han terminado y que se dirige al gimnasio en esos momentos, te pregunta si ya estás ahí.

Mientras contestas sigues caminando y comienzas a escuchar el sonido de metal pesado que se levanta y cae repetidamente. A medida que te acercas a la enorme puerta de acero inoxidable escuchas gruñidos masculinos del interior acompañados con coquetas y sexys risitas femeninas.

Al entrar a la habitación te detienes en seco. El lugar está lleno de jóvenes machos negros híper musculados y sin camisa. Cada máquina y banco esta ocupado por uno de estos adonis negros, sus torsosn brillan tentadoramente. El ambuiente esta saturado por el aroma a sudor de machos fuertes y viriles, ese almizcle provoca que tu humeda vagina se moje aun más, amenazando con dejar una mancha vergonzosa en el frente de tus jeans.

Las niñas blancas por su parte siguen miran y revolotean alrededor de estos jovenen titanes como cachorros enamorados tratando de ayudarlos, o al menos fiengiendo que los ayudan.

Un chico negro está haciendo flexiones en una barra y hay una pequeña niña pelirroja golgando de ñel con las piernas envueltas alrededor de las caderas del apuesto joven negro. La boca de la chica está abierta mientras admira al muchacho negro del que está colgada levantar a ambos con facilidad.

A su izquierda hay otro joven negro sentado levantando pesas con una pequeña niña japonesa de cabello negro sentada en su regazo.

“Ella no puede ayudar en absoluto con ese ejercicio”. Piensas para ti misma.

A tu derecha ves a una pequeña rubia montando a en el regazo de un enorme macho negro mientras este hace “PRESS DE BANCA”. Te das cuenta de que el muchacho negro tiene una enorme erección que forma una gigantesca tienda de campaña con sus shorts de basquetbol. Aquella impresionante erección se frota entre las nalgas de la pequeña rubia mientras ella sonríe y acaricia de arriba abajo el desnudo torso del hombre, haciéndole cosquillas en los duros abdominales y subiendo hasta tocar los poderosos pectorales del joven negro. La preciosa rubia retrocede y frota su trasero de burbuja contra la enorme polla negra con más fuerza.

“¡Wow!” Exclamas ruidosamente sin poder contenerte.

La rubia mira por sobre su hombro para poder admirar la gigantesca erección que está atrapada entre sus perfectas nalgas como si se tratase de un delicioso y gigantesco hot-dog, gracias a eso te das cuenta que aquella pervertida niña rubia no es otra que Emily.

Con la boca abierta, observas como Emily comienza a deslizar su culo hacia arriba y hacia abajo por la enorme y dura polla negra con una sonrisa diabólica en su rostro. Sientes como empiezan a escurrir jugos de tu caliente vagina viendo el rodeo entre la mejor amiga de tus hijos y ese enorme jugador de baloncesto.

“¡Sí, a las niñas les gusta mucho ayudar a mis muchachos!” Una profunda voz masculina dice aquello a tus espaldas mientras un enorme y musculoso brazo negro pasa alrededor de tu hombro.

“¿Qué…? ¿Cómo? ¿Quién?” Preguntas muy desorientada mientras volteas a ver al apuesto semental negro que está parado a tu lado. Sus ojos color marrón oscuro, su sonrisa de un millón de dólares y su piel de color marrón oscuro provocan un cortocircuito en tu cerebro.

“Dije que a las niñas les gusta ayudar a mis muchachos”. Tyrell repite con una sonrisa confiada.

“¡Me dio un buen susto entrenador Black! Y sí… parece que sus muchachos también se divierten mucho…” Dices mientras recuperas la calma y examinas otra vez la habitación y ves a las lindas niñas blancas que prácticamente están haciendo bailes eróticos frente a todos los muchachos negros, todas ellas están usando sus ajustados trajes de gimnasia.

“Te he dicho que me llames Ty, Hannah. ¿Qué trae por aquí a una exquisita mujer como tú?” La grave y sexy voz del entrenador susurra en tu iodo provocándote escalofríos.

“Estoy, eh… ayudando a Keyla con algunas cosas… desde hoy seré su asistente…” Respondes sin poder reprimir un gemido.

“¿Es así? Supongo entonces que estás aquí para buscar a las chicas”. Su profunda y varonil voz es como chocolate caliente para tus oídos, es simplemente delicioso escucharlo.

“S-Sí… así es…” Respondes tartamudeando nerviosamente.

“¡Maldita sea! Esperaba que estuvieras aquí para verme”. Tyrell dice mostrando esa sonrisa que literalmente hace que te derritas, ya no estás mojada, ahora estás empapada y definitivamente el frente de tu pantalón más oscuro por tus jugos, te sientes tan avergonzada como excitada. “Muy bien chicas! Se acabó la hora de los juegos. La hermosa Hannah está aquí para llevarlas de regreso con la entrenadora Keyla para practicar sus bonitas piruetas”.

Tyrell le da la orden a la docena de sexys niñas blancas y ellas obedecen de inmediato, aunque sus rostros muestran descontento.

Emily mira hacia arriba a través de sus ojos entrecerrados disfrutando de la caliente verga negra entre sus nalgas hasta el último segundo y finalmente deja de frotar su culo contra la gorda polla negra.

“¡Hannah!” Grita la bonita niña rubia al verte, desmonta al jugador de baloncesto y salta para darte un abrazo y un beso en los labios.

“¡Mierda! Emily se siente como si estuviera a un millón de grados, todo su sexy y pequeño cuerpo está ardiendo”. Piensas mientras tus ojos regresan al joven macho negro que todavía luce una enorme erección debajo de sus holgados shorts de baloncesto. Estás tan confundida que apenas te das cuenta de que el beso de Emily es más sensual que amistoso, cuando la pequeña rubia se separa de ti aun puedes saborear el sabor a fresas de su labial.

Todo esto sucede con el poderoso brazo de Tyrell todavía alrededor de ti… no puedes dejar de notar que su enorme mano descansa sobre tu redonda y esponjosa teta, no la está acariciando, pero poco falta.

“¡Hola Tyyyy…!” Emily dice coquetamente mirando directamente a los ojos del entrenador.

“Hola bebé. Estabas haciendo un muy buen trabajo allí atrás. Siempre ayudando mucho durante estas sesiones de levantamiento de pesas… eres una buena niña blanca”. Tyrell felicita a la sexy rubia mientras le guiña un ojo.

“Oh, es un placer. Me gusta ser una niña blanca buena para machos alfa negros como tú Ty”. Emily responde girándose hacia adelante y hacia atrás mirando al semental negro frente a ella con unos ojos hambrientos y codiciosos.

No tienes idea por qué, pero rápidamente pones tu mano sobre la enorme zarpa negra que está sobre tu teta de manera posesiva. Como si Emily fuese una amenaza al acercarse a tu hombre, agarras uno de sus dedos y lo rodeas con tu mano, acariciándolo lentamente como de arriba abajo.

“¡Mierda! ¡Su dedo es más grande y grueso que el pene completamente duro de Jerry!” Piensas asombrada. “¡Espera! ¿Por qué diablos estoy comparando el fuerte largo y grueso dedo de Ty con la delgada pequeña y patético pene de Jerry? ¡No debería pensar así… yo amo a Jerry… soy una esposa buena y fiel!” A pesar de tu lucha interna, todavía no has soltado la mano de Tyrell.

Cuando las chicas comienzan a salir de la habitación, todas se despiden seductoramente del entrenador Tyrell cuando pasan junto a él, eso te hace enojar y vuelves a apretar con firmeza su dedo, incluso te atreves a presionar su enorme mano contra tu pesado pecho para que sienta su calor y su forma.

Tyrell no cambia su gesto arrogante y divertido pero su mano aprieta tu teta haciendo que sueltes otro suave gemidito.

Pronto las chicas abandonan la sala de pesas y te quedas a solas con Tyrell parados en las puertas. El enorme semental sigue apretando y acariciando tu pecho juguetonamente lo que provoca que tu pezón se ponga duro como un diamante.

Desearías poder quedarte ahí más tiempo, arropada por ese poderoso macho negro y sintiendo como acaricia tu cuerpo a placer, pero recuerdas que tu hijo está por presentar su audición y prometiste verlo.

“Bueno… supongo que debería irme… ¿verdad?” Dices tímidamente sin querer alejarte del toque de ese hombre.

“Supongo que sí. Me encanta la idea de ver como exhibes esas curvas para mí a diario”. Tyrell sonríe confiado mientras te da un último apretón en el seno.

“Yo también estoy contenta con la idea… Es decir… ¿Quién te dijo que me estoy exhibiendo para ti?” Preguntas coquetamente mientras te alejas de él lentamente, encontrando difícil romper el contacto visual con Tyrell.

Tyrell se ríe confiado y tú por fin te das la vuelta y caminas hacia la cancha, puedes sentir los ojos de Ty mirando tu trasero mientras te marchas. Extrañamente no te importa, y sin poder evitarlo pones un poco más de movimiento en tus caderas, moviendo tus nalgas de arriba abajo.

Al entrar a la cancha miras a todas las hermosas niñas blancas calentando y estirándose mientras Keyla les da instrucciones. Te acercas a preguntar con qué puedes ayudar, pero eres interrumpida por tu hijo Alex entrando a la cancha vistiendo un sexy conjunto deportivo de licra rosa pastel que resaltas su femenino cuerpo, como siempre dejando a la vista sus torneados y gordos muslos y su plano vientre, te sorprende ver como tu niño ha logrado esconder sus partes de “hombre” con algún truco mágico, pues su entrepierna luce como el esponjoso pubis de cualquier chica.

Alex corre hacia ti y te abraza muy emocionado, ambos se saludan con besos en las mejillas como las mejores amigas.

Keyla entonces presenta a Alex frente a la escuadra de porristas y les dice que está ahí para presentar una audición, las doce hermosas niñas blancas reciben animadamente la noticia y apoyan a tu hermoso hijo, todas ellas saben que Alex es un niño, un pequeño marica, pues han visto como tu hijo ha pasado de vestir como un niño emo y tímido a una sexy y coqueta princesa marica.

Emily entonces hace una rutina de saltos piruetas y poses pisando de manera experta las marcas que Keyla puso en la duela, Keyla le indica a Alex que debe copiar aquellos impresionantes movimientos.

Tú cruzas los dedos deseándole buena suerte a tu femenino hijo, pero piensas que será muy difícil seguirle el paso a la hermosa y sexy capitana de porristas.

Impresionada ves como Alex copia cada salto, pirueta y pose que Emily ha hecho, con bastante facilidad, Emily entonces continúa haciendo más y más saltos y volteretas y Alex copia y repite todo casi a la perfección, solo tiene unos o dos fallos, pero aun así es impresionante su agilidad y flexibilidad, sin mencionar la capacidad de memorizar las pequeñas rutinas que Emily hace.

Después de media hora donde Emily y Keyla llevan al límite las habilidades de Alex, deciden que tu bonito hijo es aceptado para ser parte de la escuadra, todas las hermosas niñas aplaudes y saltan felicitando a su nueva compañera.

Tú también aplaudes con lágrimas en los ojos sintiéndote muy orgullosa de tu niño especial.

Después de eso la practica comienza y pronto estás ayudando a Keyla y a Emily a mantener la disciplina entre el alegre y parlanchín grupo de exquisitas niñas blancas mientras repiten una y otra vez las diferentes coreografías y las diferentes porras.

Alex está irreconocible. Ahí saltando y girando, mientras mueve un par de pompones, tu femenino hijo luce alegre, emocionado y confiado, tan hermoso y sexy como cualquiera de sus nuevas compañeras.

La práctica transcurre sin incidentes hasta que el entrenador Tyrell dirigió al equipo de baloncesto dentro de la cancha, Todo el grupo de sexys porristas blancas, Keyla y tú se detienen mientras los ven trotar en sobre la duela.

Cada niña se fija en uno de los muchachos, e incluso Alex se queda mirando embobado al poderoso entrenador Black, Tú y Keyla también lo miran pasar como si se tratara de una estrella de rock, o un actor de Hollywood en persona.

“Ese sí es un hombre…”, te dice Keyla en voz baja completamente arrobada.

“Sí… lo es”. Respondes sin pensarlo mientras suspiras soñadoramente.

"¡Espera! ¡Mierda! ¡Joder! ¡Tengo que dejar de pensar así, amo a Jerry!" Piensas para ti misma.

La práctica de las porristas se extiende otras dos horas, el mismo tiempo que el entrenamiento de los muchachos, pero esta vez ni tu ni Keyla hacen demasiado esfuerzo por evitar que las niñas blancas se detengan a admirar a los altos y fuertes muchachos negros jugar basquetbol, los fuertes músculos de aquellos jóvenes sementales brillan con el masculino sudor que exudan y su fuerte almizcle de macho comienza a llenar el ambiente provocando que todas las niñas blancas se alboroten, y se exciten como potras en celo.

Mentirías si digieras que a ti no te está pasando lo mismo, tus pezones están tan duros como diamantes y el frente de tus ajustados jeans ya muestra una gran mancha de humedad en tu entrepierna.

Tú no puedes dejar de ver al alto y fuerte entrenador negro dando órdenes e imponiendo su autoridad con esa grave y profunda voz de barítono que te eriza la piel.

Cuando las dos practicas están terminando, la puerta se abre de nuevo y un pequeño hombre blanco entra con pasos inseguros, es Kevin, el patético esposo de Keyla con ese estúpido corte de pelo de tazón.

Cuando los muchachos negros se dan cuenta de la presencia de aquel débil hombre blanco, le lanzan la pelota con una velocidad y fuerza asombrosas, el balón de basquetbol le da directo en el estomago.

Kevin se dobla de dolor mientras los muchcaho se rien cruelmente, las porristas les hacen coro y sus dulces y malvadas risitas se escuchan en la cancha, tu no puedes evitar unirte a la burla y notas horrorizada como Keyla también se está riendo escandalosamente, disfrutando de la humillación de su patético esposo.

Jerome, el capitaán del equipo se acerca al pequeño Kevin y le ofrece su enorme mano, Kevin se encoje de miedo pensando que lo va a lastimar aún más pero cuando Jerome se rie y lo levanta de un tiron trata de recuperarse y fingir que todo está bien.

Jerome le dice que debería tener más cuidado y lo empuja lejos de la cancha sin disculparse.

Kevin camina lentamente hacia ustedes mientras se sostiene el estomago, se nota que apenas puede soportar el dolor.

“Hola cariño… Oh, hola Hannah… ¿viniste a ayudar a mi bella esposa hoy?” Pregunta Kevin con su voz ligeramente nasal sin dejar de acariciar su barriga y con una mueca en el rostro.

“Hola Kevin” Saludas al ridículo hombrecito rubio y te preguntas como una mujer tan sexy como Keyla es su esposa.

“Hola Kevin” Responde Keyla sin siquiera mirarlo mientras toma una botella de agua y se la ofrece al entrenador Black con una mirada de cachorrita enamorada. “Hannah estará ayudándome a partir de hoy. Ya sabes cuanta ayuda necesita el equipo de basquetbol, son unos muchachos tan grandes, y el entrenador Black no puede encargarse de todos los detalles, así que Hannah decidió que quería apoyar a estos fuertes y guapos jóvenes negros”.

“Oh, ya veo… sí que son unos muchachos fuertes…”, Kevin se queja con sus manos en el estómago todavía.

“¡Oh, vamos! Deja de quejarte… si hicieras más ejercicio ese pequeño golpe no te dolería tanto”. Keyla le reprocha a su esposo con una mirada de decepción y lastima.

Kevin se sonroja humillado y trata de pararse derecho y fingir que es más fuerte de lo que en realidad es.

“Creo que esos chicos me lanzaron la pelota a propósito… …como sea, ¿estás lista para regresar a casa, Keyla? Podemos cenar en ese restaurante italiano que tanto te gusta amor”. Kevin le ofrece a su esposa con una mirada esperanzada.

“De hecho, tendrás que cenar solo. Llegaré a la casa un poco tarde hoy. Los muchachos tendrán una reunión sobre justicia racial después del entrenamiento, y ya sabes que es el deber de las porristas servirles correctamente. Pronto tendrán otro partido y necesitan toda la ayuda posible”.

En ese momento el entrenador Tyrell sopla su silbato y declara con su grave voz que la practica ha terminado, pero en lugar de mandar a los muchachos a las duchas todo el equipo se acerca a la escuadra de porristas mientras se quitan las playeras mostrando sus esculpidos torsos bañados en sudor.

Sorprendida observas como el entrenador Black también se quita su polo, y no puedes evitar morderte el labio al ver ese impresionante físico.

Keyla reparte unas pequeñas toallas a todas sus niñas y estas comienzan a secar el sudor de los altos y fuertes jóvenes negros, Keyla misma frota la negra y brillante piel del entrenador con una toalla, Tyrell mira con arrogancia a Kevin mientras disfruta de las atenciones de Keyla.

Kevin se ríe nerviosamente ante aquel espectáculo, pero no hace nada para detenerlo,

“No sé cómo lo haces cariño. ¡Estoy muy orgulloso de lo duro que trabaja mi esposa para ayudar a estos estudiantes! Keyla se preocupa mucho por la justicia racial y siempre está dispuesta a ayudar a la comunidad. ¡¿No es ella maravillosa?!” Kevin le explica a Hannah mientras Keyla continúa acariciando los negros y duros músculos de Tyrell.

“Sí, Keyla es genial, puedo ver cuánto ella ama la justicia racial. Ella me inspiró a mí a ser parte del cambio, yo también quiero ayudar tanto como pueda a la raza negra”. Contestas sin poder creer como Kevin no muestra señales de desconfianza o molestia al ver a su sexy esposa rubia acariciando y frotando el desnudo torso de un guapo y gigante macho negro.

“Esta bien cariño, supongo que podré pedir un poco de pizza… te estaré esperando mi amor… solo no te esfuerces tanto, últimamente llegas acasa rendida después de esas reuniones por la justicia racial… tal vez estas mordiendo más de lo que puedes masticar, cariño”. Kevin se escuchaba realmente preocupado por su esposa.

En ese momento tanto Keyla como el entrenador Black estallaron en carcajadas como si el pequeño hombrecito rubio hubiese dicho el mejor de los chistes.

La risa de ambos fue tan sincera y espontanea que incluso tú te sientes tentada a unírteles, es una risa contagiosa.

Kevin por su parte está claramente confundido mientras su perpleja mirada va de Keyla a Tyrell y de regreso, Keyla entonces trata de controlarse y entre risitas dice:

“Oh, ccariño! Definitivamente estoy mordiendo una gran cantidad de… trabajo últimamente… pero creeme puedo manejarlo” Keyla apenas puede hablar mientras sigue riéndose.

“Tu esposa tiene razón pequeño niño blanco, ella puede manejar todo el trabajo que le doy. Aunque a veces pienso que es demasiado para ella sola, Keyla nunca se rinde y siempre termina el trabajo no importa lo duro, largo y pesado que sea… en realidad creo que ama que siempre pueda darle un trabajo duro largo y pesado. No se cansa de pedirme más y más trabajo duro”. Tyrell dice aquello con una sonrisa burlona y entonces de nuevo ambos, él y Keyla rompen en alegres risas y carcajadas.

Tú y Kevin no saben que hacer y solo se quedan mirando a la pareja de risueños entrenadores hasta que por fin logran controlarse y limpiándose las lagrimas tratan de recuperar el aliento.

“Hay algo que nos estemos perdiendo?” Preguntas un poco molesta por ver tal nivel de entendimiento y confianza entre el entrenador Black y Keyla, te sientes excluida y eso no te gusta para nada.

“Oh, Hannah lo siento, no te molestes, es solo un chiste privado entre entrenadores… lo entenderás con el tiempo. Pero Ty tiene razón, tal vez es mucho trabajo para mi sola, no es que me queje, me encanta que Ty me lleve al limite, pero ahora que estás aquí podremos hacernos cargo de ese duro, pesado y largo trabajo juntas… será mucho más divertido y fácil poder seguirle el ritmo a Tyrell contigo ayudándome con esas pesadas cargas” Keyla dice aquello mientras sigue dejando escapaer traviesa y burlonas risitas cada vez que ve la confundida cara de su esposo.

Las dulces palabras de Keyla te tranquilizan, pues la romesa de participar en lo que sea que hagan estos dos te emociona mucho.

Kevin por su parte simplementye sigue ahí de pie como un tonto mirando confundido a su esposa con unamueca estúpida en su rostro.

“En fin… ¡Ya escuchaste a tu esposa pequeño niño blanco, ahora fuera de mi cancha antes de que te lastimes de nuevo. Yo cuidaré a tu sexy y hermosa esposa por ti, deverias estar agradecido”. Tyrell toma de la cintura a Keyla y la acerca aél posesivamente, y puedes ver como la bonita esposa rubia se sonrroja y se rie infantilmente ante esa acción como una quinciañera enamorada.

“¿Estar agradecodo? Pero si es ella la que esta ayudandoal equipo… soy yo él que debe pasar las tardes solo cada vez que Keyla se queda hasta tarde a esas reuniones de justicia racial…” Por primera vez Kevin se ve ofendido, incluso enojado.

“Alto ahí Kevin! ¿Cómo te atreves a hablarle asi a Ty, acaso eres un maldito racista? Ya habíamos hablado de esto, mi deber como una buena niña blanca es servir y ayudar a los machos negros con sus nesecisdades… Tyrell te está haciendo un favor al mantenerme a salvo mientras estoy fuera de casa. Me siento tan segura cuando estoy al cuidado de un hombre de verdad… ¡Ahora se un buen niño blanco y dale las gracias al entrenador Black por cuidar de tu hermosa esposa por ti” Keyla le da estas ordenes a su patético marido con una fría y cruel voz que te recuerdan a ti misma cuando últimamente regañas a Jerry.

Kevin pierde el poco valor que tenia y avergonzado retrocede con la mirada baja mientras tartamudea.

“Lo siento… no quería parecer racista… yo… yo… es decir… Gracias… `Gracias entrenador Black por cuidar de mi hermosa esposa por mí… gracias”. La voz de Kevin suena aguda y chillona a causa del miedo y la culpa.

“No es perfecto pero no se le puede pedir más a un niño blanco… ¡Ahora fuera de mi cancha!” Tyrell ruge como un león furioso y Kevin huye con la cola entre las patas sin mirara atrás.

Esta vez no solo Keyla y Tyrell se rien a carcajadas, nsino que toda la escudra de porristas, todo el equipo de basquetbol y tú misma se rien al ver a ese pequeño y rubio hombrecito blanco escapar como si fuese un niño asustado.

Cuando las risas mueren por fin cada jugador del equipo toma de la cintura a una de las porristas y se dirigen a las duchas.

Jamal tiene su mano derecha en las nalgas de Emily y la izquierda en la cintura de tu femenino hijo.

“Hannah, uno de los deberes de las porristas es ayudar a bañarse a los muchachos, son tan grandes tu sabes… Alex puede ayudarme a mí con Jamal”. Explica Emily contenta, mientras acaricia los abdominales de aquel joven negro no tan joven.

Alex a su lado luce sonrojado y avergonzado pero risueño y expectante.

“Si eso es lo que hacen todas las chicas de la escuadra a mí me parece bien que Lexy lo haga también, ahora es una de ustedes… pero no sé si su BLACK DADDY esté de acuerdo con eso… Cariño deberías llamarle a tu hombre para pedirle permiso”. Aconsejas a tu hermoso niño especial.

Deseas lo mejor para él y sabes que lo mejor para Lexy es ser una niña buena y obediente para el Sr. Osei.

“Claro mami… tienes razón… debo pedirle a permiso a BLACK DADDY” Y diciendo aquello el pequeño marica se separa de Jamal y corre a buscar su celular a la mochila que dejó en las gradas.

Todos esperan expectantes a que Lexy termine su llamada, y cuando por fin regresa con una sonrisa en sus gordos labios de puta sabes que todo ha ido bien.

“¡BLACK DADY dice que está bien! Mi DADDY dice que puedo ayudar a los muchachos del equipo a ducharse siempre y cuando no se acerquen a mi BUSSY, se enojará mucho si yo dejo de ser virgen antes de que él regrese de su viaje”. Alex explica aquellos con la mayor naturalidad del mundo.

“¡No te preocupes niña, nadie se acercará a tu pequeño y rosado BUSSY, todos mis BROTHAS saben que esas gigantescas nalgas le pertenecen al Sr. Osei! Pero espero que tengas hambre pequeño marica, porque todas las chicas de la escuadra deben beber leche fresca después de sus prácticas, las porristas necesitan mucha proteína para poder ser las mejores, y yo tengo mucha leche para un pequeño sissyboy como tú” Jamal sonríe mientras se frota su largo y grueso pene encima de los pantaloncillos de gimnasia.

Alex se ruboriza y se muerde el labio coquetamente mientras asiente y se cuelga del brazo de Jamal. Los tres estudiantes se despiden de ustedes y entran a las duchas mientras hablan y ríen.

Te despides de tu afeminado hijo con una sonrisa y te sientes feliz de saber que Alex está disfrutando de nuevas experiencias, que esas experiencias sean sumamente eróticas y con hombres negros no es algo que te preocupe.

“Muy bien! ¿qué es lo que nos queda por hacer? ¿Dónde es esa reunión por la justicia racial a la que debemos asistir?” Tú preguntas emocionada.

“Oh, en realidad ya terminamos. Y no hay tal reunión… o bueno sí que las hay, pero no es una tonta y aburrida asamblea o conferencia, es más bien una fiesta para pagar reparaciones, las hacemos una vez al mes, no solo con el equipo de basquetbol, también vienen los muchachos negros del equipo de futbol, y algunos otros machos negros de la comunidad, a esas fiestas asisten también las madres blancas de la asociación de padres de familia y algunas de las profesoras de la escuela, solo las más jóvenes y hermosas por supuesto”. Keyla explica esto y tu curiosidad se enciende de inmediato.

¡Tú también quieres pagar reparaciones! Tú también quieres asistir a una de esas fiestas.

“Eso suena muy interesante...” dices esperanzada.

“Lo es… pero como te digo en realidad no vamos a realizar una orgi… una reunión para pagar reparaciones hasta el final del mes. En Halloween. Ahora mismo solo iremos a tomar algunas copas al bar”. Keyla dice contenta.

“Pero le has dicho a Kevin que…” Dices tú, pero te callas no queriendo parecer una chismosa y santurrona bruja.

“Espero que no pienses mal de mí, pero generalmente salgo a tomar algo con Ty y otras maestras después de la escuela y es un poco más fácil decirle a Kevin que estoy trabajando hasta tarde… por favor no le digas a nadie, es mi pequeño secreto”. Keyla te guiña un ojo coquetamente y no puedes hacer otra cosa que reírte.

“¡Ven con nosotros niña! Deberías relajarte un poco con nosotros”. Tyrell se acerca a ti y te abraza ferozmente, acercando tu cuerpo a su torso desnudo, te derrites en sus brazos mientras hueles el fuerte aroma a macho que despide su oscura piel africana.

“Oh. Sí… me encantaría… quiero decir. En realidad, debería ir a casa, Jerry está por llegar del trabajo… quizás la próxima vez…” Respondes con mucho esfuerzo, la verdad es que no sabes por qué te has negado, puesto que beber unos tragos con Keyla y Tyrell suena de lo más divertido, pero todavía hay una pequeña voz en tu cabeza que te hace sentir culpable por desear pasar tiempo con el guapo, alto y fuerte entrenador Black, tú estás casada y amas a tu esposo… ¿verdad?

“Muy bien niña, la próxima vez no te escaparás, lo prometo”. Responde Keyla un poco desanimada. “Bueno, más para mí”. Keyla festeja contenta.

La sexy rubia se despide de ti con un jugoso y sonoro beso en los labios.

Tyrell también se despide de ti, él te abraza muy fuerte, sus manos en tu espalda baja, tal vez demasiado baja, pues sientes como sus gruesos y largos dedos tocan el inicio de tus gordas nalgas un poco.

También puedes sentir un enorme pedazo de carne dura frotarse contra tu vientre y esta vez definitivamente no es tu imaginación, Tyrell te besa directo en los labios, y aunque es un inocente pico, sentir sus anchos labios africanos sobre tus gordos labios de puta hacen que te estremezcas todita.

Por fin se alejan de ti y no puedes evitar notar que ambos entran a las duchas de las niñas, que están vacías ahora mismo, pues tanto la escuadra de porristas como el equipo de baloncesto están ocupando las duchas de los chicos.

Te preguntas si la entrenadora de porristas también debe ayudar con la ducha al entrenador Black, y si es así, te preguntas si tú también tendrás esa responsabilidad en el futuro… tiemblas ante la idea, pero no es disgusto lo que sientes.

Por fin te marchas de la escuela contenta con tu nuevo trabajo como asistente de la entrenadora de la escuadra de porristas.

***

Más tarde aquella noche, mientras te relajas en tu sillón después de disfrutar una deliciosa cena hecha por Jerry y no puedes dejar de repasar lo que sucedió ese mismo día. Recuerdas que tan nerviosa te puso Tyrell simplemente parándose a tu lado.

“Odio haber reaccionado así. Soy una buena, recatada y fiel esposa católica y amo a Jerry… de verdad lo amo”. Aun así, no puedes dejar de recordar lo mojada que te pusiste al ver a Emily frotar su culo contra la verga de Jamal en esa sala de pesas.

“¡No puedo creer que todas esas hermosas y lindad niñas blancas actúen como unas putas frente a esos muchachos negros…! Todas en la escuadra de porristas es tan dulces y lindas, pero joder, tienes que admitir que ver a todas esas sexys niñas blancas actuar como perras en celo se veía tan bien… ¡Basta! ¡Debes para de pensar así Hannah!” Te reprendes tu misma.

En medio de ese pensamiento, Jerry entra a la sala después de lavar los platos y no puedes evitar mirarlo con lastima sintiéndote culpable y enojada al mismo tiempo.

“¿Pasa algo cariño?” Pregunta Jerry con aquella aguda y temblorosa voz que lo caracteriza.

“Um. No. Quiero decir, no lo sé”. Le respondes mientras tratas de comprender por qué te casaste con un hombre tan débil y patético.

“¿Paso algo en la práctica? Sabes que si no quieres ayudar a la entrenadora no estás obligada a hacerlo”. Jerry te pregunta Jerry esperanzado, se nota que no le gusta la idea de que pases tiempo con esa sexy rubia y el enorme y guapo entrenador Black.

“¡No digas tonterías Jerry! Ayudar a Keyla es muy divertido e importante… y ahora que Alex es parte de la escuadra es natural que yo quiera ver como progresa en esta nueva etapa”. Cada vez te sientes más y más enojada con Jerry, quien sigue sin estar de acuerdo con que Alex se haya convertido en porrista.

“En realidad no sé si es buena idea que Alex sea porrista, además no sé por qué tiene que quedarse tan tarde en la escuela…” Alex llegó al departamento a mitad de la cena, su sedoso cabello rubio fresa lucia mojado, y él tenía una enorme sonrisa en su rostro de elfo, apenas había comido algo, pues alegó que había tomado un batido de proteínas en la escuela, cuando dijo aquello tu hijo te guiñó un ojo de manera cómplice. “Chloe tampoco ha llegado y no contesta su teléfono…” Jerry se queja y lloriquea como siempre.

“Ya te lo he explicado antes… todas las porristas tienen el deber de ayudar a los muchachos del equipo en la limpieza… Ty está muy interesado en la salud e higiene de sus muchachos”. Te sonrojas al pensar en tu pequeño y femenino hijo completamente desnudo enjabonando y frotando el esculpido cuerpo de Jamal, tampoco puedes dejar de imaginar a Alex mamando la impresionante verga negra del capitán del equipo, pues no había duda de que Jamal estaba deseoso de alimentar a tu hermoso hijo con su espesa leche de macho.

“Aun así… Alex es un niño todavía… no sé si es seguro que regrese solo a casa en la noche”. Jerry mira con temor la oscuridad fuera de la ventana.

“Jerome y Emily lo trajeron a la casa, ella no dejaría que Lexy regrese a casa solo. Y no debes de preocuparte por Chloe, ya te he dicho que ella está a salvo con su BLACK KING, deberías alegrarte de que tu hija haya conseguido un semental que pueda mantenerla satisfecha dos días seguidos, Chloe es una chica con suerte”. Te sientes un poco enfadad al darte cuenta de que tus dos hijos se están divirtiendo con guapos y fuertes machos negros mientras tú estás aquí, en casa, aburrida y con un patético niño blanco como Jerry por toda compañía.

“Entiendo… entiendo cariño, no te enojes… yo solo quiero lo mejor para los niños… solo quiero lo mejor para ti… te amo mucho Hannah”. Jerry te mira con esos ojos de cachorro que siempre pone cuando trata de obtener tu aprobación.

“Lo sé cariño, yo también te amo”. Le respondes sin saber si estás mintiendo o no.

Jerry se sienta a tu lado muy lentamente, como si temiera que en cualquier momento lo fueses a patear como a un perro callejero.

“Puedes abrazarme Jerry, pero aun sigues castigado. Aun te quedan dos días más, podrás dormir en mi cama hasta la noche del lunes y no antes… me duele ser mala contigo, pero debes aprender a respetar a los hombres negros y no actuar como un tonto y racista niño blanco privilegiado… aun cuando lo seas”

Jerry sonríe y se arroja sobre ti como un cachorro emocionado, abrazándote muy fuerte y enterrando su rostro entre tus gigantescos senos.

“¡Gracias! ¡Gracias Hannah! Necesitaba esto… no quiero ser un racista, pero todo está cambiando demasiado rápido, Alex vistiendo de niña y coqueteando con ese hombre mayor, Chloe saliendo con ese peligroso mafioso, y ahora tú pasaras las tardes ayudando a la escuadra de porristas… me siento un poco solo…” Jerry lloriquea entre tus tetas e incluso sientes la húmedas de sus lágrimas correr por tus senos.

Últimamente está de moda entre las mujeres decir que prefieren que los hombres sean más sentimentales y que estén en contacto con sus emociones, pero la verdad es que viendo al pequeño Jerry llorar sentimentalmente y siendo completamente vulnerable no te causa otra cosa que asco y lastima.

De nuevo te obligas a dejar de pensar de esa manera y dejas que Jerry te abrace.

Tratas de convencerte de que esto es el amor, así es como se siente, tranquilo, cómodo y aburrido, no emocionante, excitante y sumamente erótico como con el entrenador Tyrell.

Te acurrucas entre los brazos de Jerry y no se te escapa lo diferente que se siente su delgado brazo en comparación con el poderoso y musculoso brazo negro de Ty.

Enciendes la televisión y pronto Jerry y tú se relajan mientras ven alguna película repetida mil veces, pasa un tiempo y sientes como tu esposo te acaricia juguetonamente, después sientes un beso ocasional en tu cabeza para hacerte saber que está de humor.

Tú dudas mucho en seguirle el juego, pues la verdad es que nunca te has sentido realmente satisfecha con el sexo que te puede proporcionar tu pequeño esposo, pero, por otro lado, sigues alterada y excitada por lo vivido en la escuela, decides entonces darle una oportunidad, tal vez incluso puedas levantar el castigo de Jerry si él se pone a la altura y logra satisfacer el hambre que Ty despertó en tu vientre.

Te giras para mirar a tu esposo y tienes que admitir que a pesar de que Jerry nunca será tan fuerte y varonil como Tyrell es muy atractivo a su propia manera, los finos y elegantes rasgos de Jerry lo hacen ver lindo, incluso bonito, su rubio cabello y sus ojos azules son preciosos, es una lástima que sus facciones sean tan infantiles y delicadas, en un rostro más masculino esos atributos serian sumamente atractivos para cualquier mujer.

Jerry también te está observando con mucha intensidad y finalmente se besan, eres tú por supuesto la que inicia el beso, Jerry nunca ha sido de los que toman la iniciativa en el sexo, o en cualquier cosa en realidad.

Así pues, tú y Jerry se dan un beso. Luego otro. Y otro. Te sientas un poco más erguida y pasas tu mano por su pierna mientras continúan besándose amorosamente. Estás buscando una larga y gorda verga que cuelga hasta las rodillas… pero por supuesto no encuentras nada, este es Jerry Smalls tu pequeño esposo blanco, no Tyrell Black el enorme y bien dotado entrenador africano.

Subes tus caricias hasta la entrepierna de Jerry y por fin puedes sentir la erección de tu esposo. ¿Su pene siempre fue tan pequeño? Tal vez es solo que ahora has visto como luce el pene de un hombre de verdad, gracias a las hermosas películas de ACE, y a los traviesos vistazos que has tenido en la sala de pesas ahora sabes cómo luce una verga real, una verga negra.

Desabrochas la cremallera de sus pantalones y te das cuenta de que de verdad ha pasado mucho tiempo desde la última vez que tuvieron sexo, meses en realidad.

Tus dedos tocan aquel pene de diez centímetros desnudo, y te sorprende lo delgado y delicado que se siente entre tus dedos, incluso tienes miedo de lastimarlo o romperlo.

Jerry tiembla y gime casi femeninamente cuando acunas su pequeño escroto, Jerry también te acaricia y te manosea tratando de provocarte placer, pero está tan abrumado por tus atenciones que sus torpes caricias te causan más molestias que placer.

Aun así, te estás divirtiendo, te concentras en el recuerdo de Ty tocando tu seno con su enorme mano negra y sientes como te mojas poco a poco.

Sonríes entre besos, tratando de convencerte de que Jerry es un buen amante y que tú estás tan enamorada de él como cuando eran jóvenes, tu esposo gime en tu boca, el ancho de tu mano cubre con facilidad todo su pene, pero después de veinte años de matrimonio has aprendido a trabajar con esa pequeña herramienta.

Ahora estás excitada de verdad, y te sientes un poco dominante, las femeninas reacciones de Jerry estás despertando algo dentro de ti, una vena sexualmente dominante que no sabías que tenías.

“Mmm... ¿Te gusta eso, Jerry? ¿Te gusta la forma en que te toco?” Susurras sensualmente mientras besas su cuello. Sigues sacudiendo el delgado y pequeño pene de tu esposo usando solo el índice y el pulgar, en realidad no necesitas más.

“¡Oh, Hannah, eso se siente… demasiado bien!” Lloriquea Jerry mientras se esfuerza por no correrse, retorciéndose en su asiento.

“Cariño… ¿qué tal si vamos arriba?” El calor en tu útero nubla tu mente, y decides que si Jerry puede darte un poco de placer levantarás el castigo y le permitirás dormir en tu cama de nuevo.

Pero entonces Jerry lanza un gemidito patético y sientes como su diminuto pene tiembla y salta mientras deja salir su escasa carga en tu mano.

“Ahhhggg… ahh… lo siento mucho... Hannah se sintió demasiado bien… y no puede… no puede contenerme”. Jerry deja de acariciarte y completamente exhausto se deja caer en el sillón con los ojos cerrados y una sonrisa tonta.

Furiosa miras tu mano sucia con decepción y asco, nunca te ha gustado el semen; el olor el tacto y especialmente el sabor.

“¡Maldita sea, Jerry! ¡Qué asco! ¿Tardaste menos de un maldito minuto… ¿acaso no puedes controlarte un poco? ¿Y cómo te atreves a ensuciarme con tus asqueroso jugos?!” No puedes creer lo poco que ha durado tu esposo antes de correrse, siempre ha tenido eyaculación precoz, pero esta vez fue ridículamente rápido.

“Lo-lo siento Hannah… lo siento mucho… se sintió tan bien… no creo poder volver a levantarlo esta noche, pero si subimos tal vez no pueda cuidar de ti… ya sabe podría usar mi boca…” Jerry te mira suplicante, tratando de remediar la situación.

“Jesucristo! Supongo que esto es lo que me pasa por intentarlo. Una sesión de besos de cinco minutos, y un desastre asqueroso en mi mano” Piensas desanimada.

“No… Jerry, ya no estoy de humor…” Y para enfatizar tu punto limpias el escaso y aguado semen sobre el pantalón de Jerry, él hace un gesto de asco, pero no se atreve a reclamarte y se queda quieto hasta que tus dedos están casi limpios.

La verdad es que has estado con ganas de correrte durante horas y, a pesar del decepcionante final, sus caricias y besos te han excitado aún más, justo ahora te sientes muy caliente,

“Hannah en serio lo siento tanto… si me dejas usar mi boca yo podría… yo intentaré…” Jerry sigue rogando patéticamente por una oportunidad, pero tú ya tuviste suficiente.

“Solo quiero limpiarme e irme a la cama lo antes posible… Que tengas una buena noche en el sillón Jerry… creo que te quedarás aquí abajo hasta el lunes”.

Te levantas frustrada y subes a tu habitación recordando al fuerte y poderoso entrenador Tyrell… seguramente él no tendría problemas para satisfacerte con su enorme verga negra, Tyrell seguramente duraría mucho más que un minuto antes de correrse y llenarte con litros y litros de leche de macho.

Sacudes la cabeza para espantar aquellos pensamientos y subes las escaleras sin mirar a tu esposo.

Entras directo al baño y te lavas las manos hasta borrar cualquier rastro de la asquerosa semilla de Jerry, es tan repugnante, su débil y aguado semen siempre te ha parecido sucio y asqueroso, su olor es desagradable y nunca has entendido como algunas mujeres puedes beber aquello, por supuesto el semen de Jerry es completamente diferente a la espesa, blanca y abundante leche de macho que has visto soltar a Jarrad en sus películas.

El semen de Jarrad luce incluso apetitoso, piensas sintiéndote traviesa.

Al terminar te acuestas en tu cama y suspiras sintiéndote muy frustrada, sexualenete frustrada, Jerry siempre ha sido una decepción en la cama, pero útimamnete notas más sus fallas… tal vez es por que ahora tienes hombres de verdad… es decir hombres diferentes con quien comparrarlo.

Jarrad Christensen en la pantalla, el Sr. Osei y el guapo y enorme entrenador Black… esos si son machos de verdas, esos si son hombres reales.

Tiemblas al pensar en este ultimo, Tyrell, o Ty como todas las chicas le dicen, recuerdas su enorme y pesada mano sobre tu seno e inmediatamente te sientes ecxitada de nuevo.

Decides que puedes divertirte sin Jerry, y te quitas la ropa raidamente quedando vestida solamente con la sexy lencería negra que usaste hoy, piensas unos segundos y decides no quitártela, te hace sentir muy caliente vestir como una puta de lujo.

Asi pues te acuestas en tu cama cual larga eres y sacas tu celular, es hora de ver el Instagram del entrenador Black.

Cinco minutos después estás masturbándote intensamente mientras deslizas foto tras foto del atractivo y negro semental, en todas ellas él luce simplemente impresionante, en muchas de esas fotos Tyrell Black está acompañado por una o más mujeres, todas ellas hermosas y sexys, todas ellas blancas.

Te lames los labios al ver aquello, por alguna razón verlo rodeado de sexys perras blancas con diminutos vestidos, no te hace sentir celosa, bueno un poco celosa si te sientes, pero en realidad lo que piensas al ver lo popular que es Tyrell es admiración y deseo.

Un macho tan codiciado y con tantas mujeres a su disposición es obviamente un macho valioso, Ty es un macho que puede escoger a cualquier mujer del mundo, y tú quieres que ñel te escoja, seria un honor serescoguida por él, aun cuando eso significara ser solo otra puta blanca en su colección de conquistas.

Tus dedos chapotean dentro y fuera de tu apretada vagina al pensar en todo esto, y estás a punto de correrte, dealcanzar un orgasmo más fuerte que el que te ha dado Jerry en veinte años de matrimonio pero entonces…

Escuchas como un auto derrapa y se estaciona delante de tu edeificio, y no solo por el potente motor, sino también por la escandalosa y vulgar música a todo volumen que están escuchando los pasajeros.

Por un momento piensas en ignorar aquella repentina interrupción pero reconoces la canción, es uno de tus raps favoritos y la curiosidad te gana.

Te asomas por la ventana de tu cuarto y miras hacia abajo, la calle está oscura pero una farola ilumina perfectamente el asiento del conductor mostrando a un hombre negro increíblemente atractivo, su rostro es brutal y malvado, sus rasgos primitivos y negroides te recuerdan a un neandertal. En años pasados, no se te habría sentido atraída por un hombre con eses aspecto de malvado mafioso, pero después de ver decenas de videos de rap sin parar durante más de una semana seguida, parece que has adquirido gusto por los gánsteres.

Te quedas congelada frente a la ventana cuando ves este hombre meter su mano en sus pantalones y lentamente sacar la polla negra más grande que jamás hayas visto. Él mueve aquella enorme salchicha negra de un lado a otro como tentándote a probarla, tu mano regresa a tu coño, y el fuego se vuelve a encender, el vergonzoso pene de Jerry es un recuerdo lejano. Se te hace agua la boca mientras observas cómo esa gran polla negra crece y se pone completamente dura… luce absolutamente deliciosa, apetitosa y perfecta.

De repente, una cabellera larga y castaña emerge de la oscuridad del asiento del pasajero y se desliza sobre la gloriosa polla negra.

Tus dedos aceleran las caricias sobre tu clítoris cuando te das cuenta de que el hermoso cabello castaño que se mueve de arriba a abajo sobre el regazo de este matón pertenece a tu hija, Chloe.

Escandalizada te das cuenta de que estás viendo a tu hermosa y sexy hija dándole una intensa mamada a ese feo, pero atractivo macho negro que obviamente es Jamal, el famoso BLACK KING de tu hija. Sabes que está mal y que deberías regresar la cama, dándoles un poco de privacidad… per pareces no poder apartar la mirada.

De repente, Chloe se levanta y puedes ver su bonito rostro cubierto de saliva y otros misteriosos líquidos, tu hija tiene una enorme y hermosa sonrisa, es obvio que ella se lo está pasando en grande.

El primitivo macho negro y tu hija comparten entonces un obsceno beso francés donde él viola la pequeña boca de Chloe con su gruesa lengua. Se nota que tu hija desea disfrutar de ese húmedo beso más tiempo pero el mafioso la toma del cabello y la separa de sus labios casi a la fuerza, y aunque Vhloe se resiste y se nota que su macho la está lastimando nunca pierde su sonrisa. Entonces Jamal la inclina sobre su enorme y mojada polla negra exigiéndole regresar a su trabajo.

Chloe con esa sonrisa enorme en el rostro se mete aquella gloriosa polla negra en la boca y continúa con su descuidada mamada, tratando de llegar de comerse entera aquella perfecta verga negra de un pie de largo.

Pierdes la noción del tiempo al observar cuánto tiempo puede durar ese hombre negro. Continuas masturbándote frenéticamente con toda tu atención puesta en esa pornográfica escena en vivo, tus piernas se sienten débiles y tu vientre está ardiendo, puedes wsentir un enorme orgasmo construyéndose dentro de tu utero, e incluso te asustas un poco al comprender que será devastador.

Despues de veinticinco minutos estás a punto de correrte como nunca, pero Jamal no da señales de terminar a pesar de que Chloe le ha estado dando la mamada más intensa que jamás has visto, incluyendo las peliculas de Jarrad Christensen.

“Ojala Jerry pudiera durar la mitad del tiempo que este hombre...” susurras entre jadeos mientras te concentras en aguantar tu orgasmo, quieres correrte al mismo tiempo que Jamal suelte su carga.

Sigues dedeandote tu vagina con lamano derecha y con la izquierda pelliscas tus erectos pezones.

Despues de otros veinte minutos en los cuales tienes que detenerte tres veces para no correrte finalmente, el matón fuerza bruscamente la cabeza de tu hija hacia abajo y comienza a empujar sus caderas hacia arriba al mismo tiempo.

El rostro de Chloe se pone completamente rojo por la falta de oxigeno, mientras su macho la obliga a comer dos tereceras partes de su gigantesco miebro, pero aunque tu hija parece estar teniendo problemas, en ningún moembnto hace intentos por detener a Jamal, o alejarce de ese castigo, sus manos simplemente acarician las peludas piernas de su hombre y acunan sus pesados testículos de manera amorosa.

Puedes ver como esa gorda verga negra pulsa varias veces al mismo tiempo que sus grandes bolas se contraen rítmicamente, es obvioque Jamal está alimentando con lo que parecen litro de caliente y espeso semen a tu querida hija.

Es demasiado paria ti y por fin te dejas llevar, tus dedos se meten los más profundo que pueden dentro de tu mojado coño mientras pellizcas ferozmente una de tus enormes tetas, el orgasmo que habias estado aguantando por fin explota, y el placer te inunda como una ola de fuego.

Tiemblas gimes, lloras y gritas mientras caes de rodillas sobre la duela de tu habitación, mientras te corres como una perra, soltando chorros de jugos femeninos como si estuvieras orinando, tus ojos se ponen en blanco y entonces...

¡Comienzas a rogar a gritos por una verga negra, cualquier verga negra, la verga negra de Jamal, la enorme verga negra del Sr. Osei, o la larga polla negra del entrenador Tyrell… necesitas con desesperación una larga, gorda y pesada verga negra, necesitas urgentemente la polla de un hombre real!

Tardas un par de minutos en recuperar el aliento y la capacidad de pensar y te levantas lo suficiente para asomarte por la ventana de nuevo.

Chloe sigue inclinada sobre el regazo de Jamal, lamiendo cada centímetro de esa magnifica polla hasta dejarla completamente limpia, sorbiendo y tragando cada gota de espesa leche que hubiese sobrado.

Tú te pasas la lengua por los labios sintiéndote muy celosa por la suerte de tu huija y desando estar en su lugar.

Chloe vuelve a besar a su BLACK DADDY de esa pornográfica manera y con gran pesar baja del auto, y camina con pasos inseguros hasta la entrada del edificio. Gracias a la luz del lobby puedes ver como la escasa ropa de tu hija luce desordenada, la correa de su blusa cae por su brazo y su teta está a punto de quedar expuesta, tiene una sonrisa radiante, baba y semen gotean por su barbilla y ella no hace nado por limpiarlos.

Cuando ella entra al edificio puedes salir del trance en el que te encuentras y sintiéndote sucia, pervertida y culpable te regañas por ser una pervertida que se masturbó mientras veía como su hija le daba una mamada a su nuevo novio negro.

Con piernas débiles y temblorosas te metes a la ducha donde tratas de lavar tu culpa con agua caliente, pero lo único que terminas por hacer es masturbarte una vez más recordando las escenas recién vistas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que mal que la primera aventura de Alex quedará a la imaginación. Pero que interesante como todo avanza